El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, eligió este jueves al excandidato presidencial Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus teorías de la conspiración sobre las vacunas, como nuevo secretario de Salud.Trump subrayó en su red social, Truth Social, que velar por la salud de los ciudadanos es el puesto más importante de la Administración y destacó que "durante demasiado tiempo los estadounidenses han sido aplastados por el sistema industrial alimenticio y las farmacéuticas que se han involucrado en engaños y desinformación en lo que respecta a la sanidad pública". El futuro presidente prometió que la Secretaría de Sanidad desempeñará un papel importante a la hora de garantizar que la población esté protegida "de productos químicos nocivos, contaminantes, pesticidas, productos farmacéuticos y aditivos alimentarios que han contribuido a la abrumadora crisis de salud" en el país.Kennedy Jr., en su opinión, se asegurará de que esas agencias vuelvan a cumplir con los mandatos de la ciencia "para poner fin a la epidemia de enfermedades crónicas y hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande y saludable"En un mitin en Nueva York al final de la campaña electoral, Trump ya había avanzado que en caso de ganar el 5 de noviembre a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, iba a permitir que Kennedy Jr. "se volviera loco" con la sanidad.El hijo del ex fiscal general de EE.UU. Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy, ambos asesinados en la década de los sesenta, es a juicio de Trump "un tipo fantástico" y con buen conocimiento sobre los pesticidas y el medio ambiente.Antes de dar su apoyo a Trump, Kennedy Jr. comenzó su fallida carrera a la presidencia en el bando demócrata.En abril del año pasado se presentó como la alternativa al presidente, Joe Biden, y anunció sus aspiraciones a ser el candidato de ese partido, pero en octubre apuntó que dejaba esa formación para postularse como independiente, algo que finalmente acabó suspendiendo.Gran parte del clan Kennedy le había dado la espalda por las teorías conspiratorias que comenzó a difundir durante la pandemia sobre las vacunas y la covid-19, como que ese virus tenía como objetivo atacar a los caucásicos y a los negros y que las personas más inmunes son los chinos y los judíos asquenazíes.Kennedy Jr. ha vinculado además los tiroteos masivos en las escuelas con antidepresivos como el Prozac, ha denunciado que los demócratas reciben mucho más dinero de las farmacéuticas que los republicanos y está convencido de que las vacunas provocan autismo.Trump le había asegurado que tendría un puesto relacionado con la Sanidad en su futuro Ejecutivo: "Promesa cumplida", dijo este jueves en X el hijo mayor del exmandatario (2017-2021) y magnate neoyorquino, Donald Trump Jr..Su nombramiento se une a la controvertida lista con la que Trump está apoyando su segundo mandato, que incluye como fiscal general al legislador ultraderechista Matt Gaetz, acusado de tráfico sexual de una menor, al dueño de X, Elon Musk, como responsable de eficiencia gubernamental o al presentador de Fox News Pete Hegseth como jefe del Pentágono.
Teniendo en cuenta el panorama internacional y los posibles cambios en la política exterior de Estados Unidos con la victoria de Donald Trump, el excanciller colombiano Julio Londoño Paredes compartió en Sala de Prensa de Blu Radio su perspectiva sobre los retos que el mandatario enfrentará al asumir el poder. Según Londoño, Trump deberá abordar de inmediato temas críticos en el ámbito internacional, comenzando con las guerras en Ucrania y en Medio Oriente. "Trump tiene en sus manos dos conflictos que podrían escalar a conflictos nucleares limitados, algo que no sucedió en su administración anterior", señaló. Londoño resaltó también la creciente falta de apoyo de los ciudadanos estadounidenses hacia los conflictos internacionales, especialmente a aquellos en los que Estados Unidos se involucra enviando tropas. "Los norteamericanos no quieren estar más en la guerra", indicó, refiriéndose al sentimiento de descontento popular que predomina en Estados Unidos respecto a su participación en conflictos externos. Otro tema que, en opinión de Londoño, resultó clave para la victoria de Trump fue la cuestión de la migración y la inseguridad. "La migración fue el tema central de la campaña, y los estadounidenses se sienten cada vez más inseguros por el flujo desmedido de migrantes", destacó Londoño. Además, el exfuncionario señaló que estas percepciones se alimentan de rumores, como la presencia de grupos criminales de origen extranjero en Estados Unidos, y aseguró que Trump capitalizó en gran medida el miedo de la población para consolidar su victoria.¿Por qué Kamala Harris no consiguió la presidencia de Estados Unidos?En cuanto a las razones por las cuales Kamala Harris, entonces candidata demócrata, no logró captar el voto necesario para retener el poder, Londoño ofreció un análisis sobre los prejuicios latentes en la sociedad estadounidense. "Todavía hay un sentimiento machista soterrado en Estados Unidos. El país no está preparado para tener una mujer presidente, y menos aún una mujer de color", afirmó. Según Londoño, la vicepresidenta Harris, además, no tuvo un desempeño destacado ni logró conectar con el público durante su tiempo en el cargo, lo cual se sumó a las dificultades de la campaña demócrata. Para el excanciller, estas razones, junto con la estrategia efectista de Trump, fueron determinantes en los resultados electorales.¿Cómo influye la victoria de Donald Trump en Colombia?En cuanto a la relación de Trump con Colombia, Londoño manifestó que el país sudamericano no figura entre las prioridades de la administración entrante. Estados Unidos, explicó, estará mucho más enfocado en controlar la situación migratoria en la frontera con México y en la lucha contra la cocaína que entra en su territorio. "A la administración de Trump no le importa si hay más o menos cultivos de coca en Colombia; lo que les interesa es que no entre más cocaína a Estados Unidos", afirmó Londoño, y añadió que aunque los programas de cooperación podrían reducirse, el interés primordial será detener el flujo de drogas hacia el país norteamericano.El excanciller también comentó que, en el ámbito económico, las políticas proteccionistas de Trump podrían afectar el comercio exterior, no solo con China, sino también con países de América Latina. En este contexto, mencionó la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles adicionales a productos extranjeros, lo cual afectaría a socios comerciales como México y Colombia. Finalmente, en cuanto a la relación de Estados Unidos con Venezuela, Londoño señaló que Trump podría mostrarse más pragmático, especialmente en lo relacionado con el petróleo, dado que el país norteamericano necesita un suministro estable y confiable. “Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, y en medio de la situación en Medio Oriente, Estados Unidos podría ver en Venezuela una alternativa conveniente”, concluyó Londoño, augurando que este tema será de gran interés para la administración entrante en el marco de la política energética y la seguridad nacional.
La jueza Tanya Chutkan aceptó este viernes conceder una pausa al juicio que enfrenta el expresidente Donald Trump en Washington por el asalto de enero de 2021 al Capitolio para dar tiempo al fiscal especial, Jack Smith, a evaluar cómo proceder tras la victoria del republicano en las elecciones del martes.La magistrada autorizó que se suspendan los plazos pendientes y que el Gobierno presente para el 2 de diciembre sus deliberaciones sobre el camino a seguir en este caso penal, tal y como lo había solicitado Smith.El fiscal pidió la pausa para estudiar cómo avanzar en consonancia con las políticas del Departamento de Justicia, que impiden investigar a los presidentes mientras estén en ejercicio y que, por tanto, obligarían a Smith a cerrar el caso.Este 21 de noviembre estaba previsto que los abogados de Trump presentaran a la jueza su documentación sobre por qué no debería ser juzgado en Washington después de que el Supremo fallara que los expresidentes gozan de una amplia inmunidad judicial.Trump, que el martes venció a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, está acusado en el Distrito de Columbia por sus intentos para revertir los resultados de las elecciones que perdió en 2020 contra Joe Biden y por haber presuntamente instigado el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.Está previsto que se certifique su victoria el 6 de enero y que sea investido el día 20 de ese mes.Según el diario The New York Times, Smith ya había iniciado discusiones con integrantes del Departamento de Justicia sobre cómo avanzar tras las elecciones en los dos casos federales: el del Capitolio y la acusación en Florida por haberse llevado de la Casa Blanca documentos clasificados al abandonar el poder.La cadena NBC News añadió que el Departamento de Justicia parece haber asumido que ni el proceso en Washington ni el de Florida pueden tener lugar en un futuro cercano y que ahora que (Trump) ha sido elegido de nuevo, no ve margen para continuarlos.El fiscal especial no ha solicitado de momento una pausa en el proceso en Florida. Ese caso fue desestimado el 15 de julio, pero Smith reclamó el 26 agosto a un tribunal de apelaciones que fuera restaurado.El republicano dijo durante la campaña que en su primer día como presidente despediría a Smith y ordenaría al Departamento de Justicia cerrar los casos en su contra que, según sostiene, fueron motivados por una persecución política.Trump enfrenta cuatro juicios penales paralelos: los dos federales y otros dos en cortes locales de Nueva York y de Georgia.El único donde hay condena es el que tiene en Nueva York por falsificación de registros comerciales para encubrir un pago a la exactriz porno Stormy Daniels, con quien supuestamente tuvo una aventura en el pasado, para evitar que le perjudicara en su campaña de 2016.El objetivo del equipo de Trump, según NBC News, es que todos los casos sean desestimados. En el de Nueva York, se contempla también la posibilidad de posponer de forma indefinida la vista programada para finales de noviembre.Según la Constitución estadounidense, un presidente no puede perdonarse en una acusación estatal, como sucede en Nueva York, y en el caso de Georgia, donde está acusado de injerencia electoral, tampoco podría indultarlo el gobernador.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este jueves que "uno no puede amar a su país solo cuando gana", repitiendo una frase que ha utilizado en ocasiones anteriores para referirse a las teorías falsas de fraude que su futuro sucesor, Donald Trump, difundió tras su derrota en 2020."El país elige a uno o a otro. Aceptamos la elección que el país ha hecho. He dicho muchas veces que uno no puede amar a su país solo cuando gana", manifestó Biden en su primera intervención ante la prensa desde la victoria de Trump.El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, envió este jueves un mensaje a los demócratas apenados y preocupados por la victoria de Donald Trump, reconociendo que su partido ha "perdido una batalla", pero subrayando que eso no significa que estén "derrotados".Así se pronunció Biden en su primera intervención ante la prensa desde que Trump derrotara a la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones del martes, en un discurso que tuvo como escenario la Rosaleda de la Casa Blanca, donde se congregaron decenas de periodistas, su gabinete e incluso miembros de su familia."Los reveses son inevitables, pero rendirse es imperdonable. Todos caemos, pero el verdadero carácter, como decía mi padre, se mide por la rapidez con la que nos levantamos", aseveró Biden, en la parte final de su discurso, donde buscó elevar el ánimo de sus seguidores."Recuerden, una derrota no significa que estemos derrotados. Perdimos esta batalla", dijo Biden, quien agregó: "Estados Unidos, el país de sus sueños, les llama a levantarse".Biden se convierte ahora en lo que en la jerga política de EE.UU. se conoce como "pato cojo", un presidente en su último periodo en el poder y con menor capacidad de impulsar medidas en el Congreso, aunque aún puede sacar adelante iniciativas mediante órdenes ejecutivas y extender perdones presidenciales.Al referirse a esta nueva etapa, Biden aseguró que continuará trabajando por el pueblo estadounidense y destacó los logros de su administración en la recuperación de la pandemia y la inversión en infraestructuras en todo el país.Biden dejará el poder el 20 de enero de 2025, cuando Trump será investido como nuevo presidente.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, aseguró este miércoles, tras perder las elecciones presidenciales contra el expresidente Donald Trump, que acepta su derrota, pero que no renuncia a la lucha para que la luz vuelva a Estados Unidos."Estoy aquí para decir: aunque acepto la derrota, no renuncio a la lucha que impulsó esta campaña", aseguró Harris, visiblemente emocionada, en un discurso en la Universidad de Howard de Washington, el primero desde que fue declarada perdedora de las elecciones.Harris recordó que "un principio fundamental de la democracia estadounidense" es que cuando se pierden unas elecciones se aceptan los resultados."Ese principio, tanto como cualquier otro, distingue a la democracia de la monarquía o la tiranía, y cualquiera que busque la confianza pública debe honrarlo", añadió, en una referencia velada hacia Trump, que no quiso aceptar los resultados en 2020 cuando perdió contra Joe Biden.Harris, que ya ha hablado por teléfono y felicitado al republicano, aseguró que trabajará para que haya "una transición pacífica de poder"."Volverá la luz"La vicepresidenta, que asumió la misión de llegar a la Casa Blanca tras la retirada en julio del presidente Biden, reconoció su derrota en las elecciones asegurando que el resultado no es el que querían ni por el que trabajaron, pero prometió que "la luz del EE.UU. prometido volverá"."El resultado no es el que quisimos ni por el que trabajamos ni por el que votamos, pero la luz del EE.UU. prometido volverá mientras sigamos trabajando y sigamos luchando", apuntó en el lugar en el que ayer se instaló el cuartel general de su campaña y en el que estaba previsto que apareciera.Pero poco más allá de la medianoche del martes, conforme los resultados del escrutinio llegaban y apuntaban a una contundente derrota, la campaña de Harris anunciaba que se cancelaba la comparecencia y la pospuso para hoy.En su discurso, que duró poco más de diez minutos, la vicepresidenta agradeció a su campaña, a su familia y al presidente Biden por la confianza depositada en ella, así como a su fórmula presidencial, el gobernador Tim Waltz."Estoy muy orgullosa de la campaña que hicimos y de la manera en que la hicimos. Durante los 107 días de esta campaña, nos hemos propuesto construir una comunidad y formar coaliciones, uniendo a personas de todos los ámbitos y orígenes, unidas por el amor a la patria", afirmó en el campus en el que un día estudió, ante decenas de personas que quisieron estar para apoyarla.Pese a que la gente está sintiendo "una variedad de emociones en este momento", agregó, hay que "aceptar los resultados de esta elección", insistió la demócrata, en un discurso en el que ha tenido que contener las lágrimas en más de una ocasión.Seguirá la lucha"Nunca renunciaré a la lucha por un futuro en el que los estadounidenses puedan perseguir sus sueños, ambiciones y aspiraciones; en el que las mujeres de Estados Unidos tengan la libertad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo y que el gobierno no les diga qué hacer. Nunca renunciaremos a la lucha para proteger nuestras escuelas y nuestras calles de la violencia armada", afirmó la vicepresidenta.Así, continuará librando esa lucha "en las urnas, en los tribunales y en la plaza pública". "La lucha por nuestra libertad requerirá mucho trabajo, pero como siempre digo, nos gusta el trabajo duro", agregó.La victoria de Trump fue anunciada esta madrugada al conseguir más de los 270 compromisarios necesarios del Colegio Electoral. A la espera del escrutinio en apenas dos estados, la demócrata tiene 226 delegados frente a los 295 del republicano.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, tiene previsto dirigirse a sus seguidores en la Universidad de Howard, en Washington D.C., y también planea llamar por teléfono al candidato republicano, Donald Trump, para reconocer su victoria.Su agenda oficial, publicada casi al mediodía del miércoles, muestra que Harris dará un discurso en Howard, el mismo lugar donde sus seguidores se congregaron la noche del martes con la esperanza de celebrar su triunfo, pero que fueron abandonando a medida que se hacía cada vez más clara la ventaja de Trump.La Universidad de Howard había sido elegida como escenario para la celebración de una posible victoria al tratarse de una institución histórica de la comunidad afroamericana en EEUU y también por el vínculo personal de la vicepresidenta con el centro, donde se graduó en Ciencias Políticas y Economía en 1986.Según el diario The Washington Post, antes del discurso Harris prevé llamar por teléfono a Trump para reconocer su victoria, cumpliendo con la tradición estadounidense en la que el candidato perdedor contacta al ganador para reconocer oficialmente el resultado de la elección.Harris no ha aparecido en público desde que Trump logró matemáticamente la victoria en la noche del martes. Alcanzó 277 delegados de los 270 necesarios del Colegio Electoral al ganar en los estados clave de Pensilvania, Wisconsin, Carolina del Norte y Georgia.La ventaja de Trump sobre Harris, que ha conseguido 224 votos electorales, podría incrementarse en las próximas horas a medida que continúa el recuento en otros tres estados decisivos: Míchigan, Arizona y Nevada.La última vez que se vio a Harris en público fue el martes, cuando visitó por sorpresa la sede del Partido Demócrata en la capital estadounidense para participar en un evento junto a voluntarios y llamar por teléfono a votantes para pedirles el voto.La noche del martes, Harris tenía previsto dar un discurso en Howard, pero lo canceló al observar la tendencia favorable a Trump. En su lugar, envió al copresidente de campaña, Cedric L. Richmond, quien explicó a los seguidores que aún quedaban votos por contar y que Harris se dirigiría a ellos este miércoles.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, llamó este miércoles al expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) para felicitarlo por su victoria en las elecciones del martes, en las que este se impuso tras una ajustada campaña. La campaña demócrata informó que en esa conversación de concesión de la derrota, la candidata subrayó la importancia de que haya una transición "pacífica" de poderes y que ejerza como presidente "para todos los estadounidenses".Esa llamada se produce poco antes de que Harris acuda a la Universidad de Howard para dirigirse al país y pronunciarse sobre los resultados.Estaba previsto que esa intervención se produjera el martes al final de la jornada electoral, pero se pospuso a hoy alegando que todavía se estaban contando votos y que había estados que aún no estaban decididos.Para entonces, la desventaja de Harris sobre Trump era evidente y el público que acudió a ese centro universitario del noroeste de Washington, donde ella estudió, lo había prácticamente abandonado.Según las previsiones de medios CNN o NBC News, y a la espera de que se conozca el recuento en los estados clave de Nevada y Arizona, Trump ha logrado ya 292 de los 270 delegados del Colegio Electoral necesarios para declararse ganador, frente a los 224 de Harris.
Donald Trump es el nuevo presidente de Estados Unidos y el voto latino influyó notablemente en un resultado que fue más holgado de lo esperado, frente a la vicepresidenta Kamala Harris. En diálogo con Mañanas Blu con Camila Zuluaga, el escritor y editor de American Quartely, Brian Winter, hizo un análisis de las elecciones y lo que se viene con el triunfo del expresidente republicano.Tras una intensa contienda electoral, Trump demostró tener un sustancial respaldo, no solo en el Colegio Electoral, sino también en el voto popular, un fenómeno que lo llevó a ganar la contienda. Winter señaló que las encuestas que predecían un resultado diferente claramente fallaron, destacando que un bajo porcentaje de estadounidenses estaban satisfechos con el rumbo del país, lo que favoreció a Trump por ser el candidato del cambio.Trump sin frenos: una nueva era políticaLos puntos que resaltó Winter sobre el dominio de Trump en la Corte Suprema y el Senado apuntan a un Gobierno con pocos contrapesos. Esto despierta preocupaciones acerca de un posible carácter autoritario, algo que intensifica la mirada crítica hacia su anterior gestión y las expectativas de lo que vendrá, según explicó.“Va a ser un Trump sin frenos esta vez, no solo por los factores mencionados, sino también la decisión de la Corte Suprema, que dio prácticamente inmunidad a él por cualquier decisión política. Eso por una decisión que fue tomada este año. Así que, bueno, Trump es un hombre que ha cumplido con su palabra en su Gobierno anterior. Creo que hay que escucharlo y hay que tomarlo literalmente cuando dice que va a buscar venganza en los enemigos, por ejemplo, la gente que dice que lo ha perseguido judicialmente en los últimos años”, recalcó.Relaciones con líderes autoritariosUno de los temas más controversiales es cómo Trump podría verse tentado a establecer relaciones con líderes considerados autoritarios. Winter argumentó que la relación de Trump con dictadores se basa en intereses pragmáticos, especialmente en materia de inmigración.La pregunta recae sobre qué significaría esto para América Latina, donde muchos países han mantenido una postura crítica hacia la dictadura venezolana. ¿Se abrirá un espacio para el diálogo por parte de Estados Unidos?Latinos y sus elecciones en medio de la insatisfacciónEl escritor Winter también abordó el comportamiento electoral de la comunidad hispana. El análisis indica que, a pesar de que Trump es visto como el responsable de una política dura en inmigración, muchos votantes latinos se alzaron contra el malestar económico."La insatisfacción con la inflación ha sido crucial en el voto de los hispanos, que ha reflejado un cambio en sus prioridades políticas", concluyó.El futuro de la democracia estadounidensePor último, sugirió que estos resultados plantean serias preguntas sobre el futuro de la democracia en Estados Unidos. La polarización y las tensiones entre diferentes grupos de votantes se han intensificado, lo que plantea cuestiones sobre la efectividad de la representación política en una nación cada vez más dividida.Winter añadió que la próxima administración de Trump probablemente planteará desafíos y oportunidades para América Latina, y que es esencial seguir de cerca cada movimiento en estos tiempos en que las relaciones internacionales están en constante evolución.
Con el reciente triunfo de Donald Trump, diversas interrogantes se abren en torno al futuro de la relación entre Estados Unidos y Colombia, en especial en lo que respecta a la lucha antidrogas y el combate al narcotráfico.En una entrevista concedida a Néstor Morales en Blu Radio, Kevin Whitaker, exembajador de Estados Unidos en Colombia, analizó las posibles implicaciones de esta victoria para Colombia. Habló de un posible giro en las políticas antidrogas y en el enfoque hacia temas como la migración y la seguridad regional.Enfoque en la fumigación y presión en la lucha antidrogasPara Whitaker, la postura de Trump sobre la lucha contra las drogas es clara y podría significar un aumento en la presión hacia Colombia para retomar estrategias más agresivas, como la fumigación de cultivos ilícitos.Según el exembajador, esta fue una constante durante el primer mandato de Trump, quien insistió en que “la única manera de demostrar compromiso en contra de las drogas era reanudar la fumigación”.Aunque el Gobierno de Iván Duque enfrentó críticas de Trump por la falta de resultados en la erradicación, es probable que esta estrategia vuelva a estar en la mesa, a pesar de los riesgos y controversias que rodean a la fumigación en Colombia.“La administración Trump podría enfocar su relación con Colombia exigiendo una postura más dura y visible en la lucha contra las drogas, un retorno a los métodos de fumigación para combatir los cultivos ilícitos”, afirmó Whitaker.Sin embargo, enfatizó que la situación actual en Estados Unidos podría desviar parte de la atención hacia otras prioridades.Impacto del cambio de enfoque hacia el fentaniloUn aspecto relevante señalado por Whitaker es el cambio en las prioridades de la política antidrogas en Estados Unidos, donde el problema del fentanilo ha cobrado mayor relevancia que el de la cocaína.Esta sustancia, que ha generado una crisis de salud pública en el país norteamericano, está modificando las prioridades de los recursos y esfuerzos del Departamento de Estado y de agencias como la DEA, que han comenzado a reducir su presencia en Colombia para enfocarse en países como México y en combatir la entrada de fentanilo proveniente de China.“La cocaína ha perdido contundencia en el interés de la política estadounidense en comparación con el fentanilo, una droga que representa una crisis de salud pública sin precedentes”, aseguró Whitaker. No obstante, el exembajador destacó que esta situación no implica que la presión sobre Colombia vaya a desaparecer, aunque podría redirigirse en función de las necesidades estratégicas de Estados Unidos.La migración y el Tapón del Darién en la agenda bilateralAdemás de la lucha antidrogas, el tema de la migración podría tener un impacto importante en la relación entre ambos países. Whitaker subrayó que, en esta nueva administración, Trump se enfocará en buscar soluciones más estrictas para controlar el flujo migratorio, lo que podría traducirse en demandas de colaboración hacia Colombia para aumentar la vigilancia en zonas críticas como el Tapón del Darién.Este corredor, situado en la frontera entre Colombia y Panamá, ha sido un punto neurálgico para el tráfico de migrantes provenientes de diversos países de América Latina.“No es cuestión de construir un muro; ya intentamos eso con México. Sin embargo, se puede esperar una presión para que Colombia tenga una presencia disuasiva en esa zona, para gestionar el flujo migratorio que cruza el Darién hacia el norte”, comentó Whitaker.Venezuela y la política regional de seguridadOtro de los temas clave que podría resurgir en la política exterior de Trump es el enfoque hacia Venezuela y su relación con Colombia en este contexto.Whitaker considera que el regreso de Trump a la Casa Blanca podría traducirse en un incremento de las acciones en contra del régimen de Nicolás Maduro, lo cual afectaría tanto a la política exterior de Colombia como a la dinámica regional en general.“Venezuela será un tema de interés y puede haber una postura más fuerte en contra de Maduro, lo cual exigirá una coordinación más estrecha con Colombia en términos de seguridad”, expresó Whitaker.El papel de la diplomacia en una relación complejaFinalmente, Whitaker resaltó la importancia de nombrar a un nuevo embajador en Colombia que comprenda las complejidades de la relación actual entre ambas naciones, en especial ante las diferencias políticas entre los gobiernos de Petro y Trump.“Se necesitará a alguien con habilidades diplomáticas para manejar la relación entre Petro y Trump, una relación que no será nada fácil”, mencionó el exembajador.
Con el regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, se vislumbran cambios significativos para América Latina, especialmente para Colombia, que podría enfrentar mayores tensiones en temas clave como migración, comercio y lucha contra el narcotráfico. En entrevista con Mañanas Blu, con Néstor Morales, Michael Shifter, experto en relaciones interamericanas y director emérito del Diálogo Interamericano, analiza las implicancias de esta nueva administración para la región.La política de Trump hacia América Latina: entre migración, comercio y ChinaDesde su primer mandato, Donald Trump demostró que América Latina no era una prioridad para su gobierno, manteniendo una relación ambivalente con la región. Sin embargo, tres temas sí destacaron en su agenda: la migración, el comercio y la influencia de China. Shifter anticipa que, en esta segunda presidencia, Trump adoptará una postura más dura, “con amenazas y castigos” como instrumentos principales de su política exterior.“El presidente Trump no va a prestar mucha atención a la región en su conjunto, pero en temas específicos como la migración y el comercio, podemos esperar una mayor presión”, señaló Shifter. La política migratoria de Trump, centrada en la deportación de migrantes, especialmente latinos, podría intensificarse. Para el profesor, este endurecimiento no solo busca controlar la frontera sur, sino que tiene un componente simbólico.“Trump quiere implementar algo significativo en el tema de migración, aunque no pueda llevarlo a cabo en su totalidad, pues Estados Unidos depende de la mano de obra de esos trabajadores”, enfatizó Shifter.Por otro lado, la política de confrontación con China también podría afectar indirectamente a los países latinoamericanos, que en años recientes han incrementado sus lazos comerciales con el gigante asiático.“La influencia de China en la región es cada vez mayor, y Trump, con un enfoque aún más agresivo que el de su predecesor, presionará para que los países de América Latina elijan entre Estados Unidos y China”, explicó el analista. Colombia en la mira: narcotráfico y tensiones diplomáticasLa relación entre Colombia y Estados Unidos podría verse particularmente afectada bajo la administración Trump debido a temas sensibles como la producción de coca y la cooperación en la lucha contra el narcotráfico. Shifter prevé que este asunto generará mayores tensiones entre ambos gobiernos, dado que la agenda de Trump no prioriza a Colombia, pero sí le presta atención al problema de las drogas.“Para Trump, el narcotráfico en Colombia será un tema importante, y es posible que ejerza más presión sobre el gobierno colombiano en esta área”, indicó Shifter.El presidente Gustavo Petro y Donald Trump, ambos de personalidades combativas, podrían desencadenar enfrentamientos diplomáticos y públicos. De hecho, la relación ya ha tenido episodios de confrontación en redes sociales. En noviembre de 2020, Petro llamó “Loser” a Trump tras perder las elecciones con Joe Biden, una provocación a la que Trump respondió de manera similar, evidenciando una animosidad mutua que podría dificultar la cooperación en temas cruciales.“No creo que vaya a haber grandes abrazos entre Trump y Petro”, comentó Shifter. “Será una relación conflictiva, más de ataques y tensiones, que podría obstaculizar el avance en la cooperación bilateral”.La política de Trump hacia Venezuela: ¿giro o continuidad?La estrategia de Estados Unidos hacia Venezuela también es una incógnita. Durante su primer mandato, Trump apoyó una política de “máxima presión” sobre el gobierno de Nicolás Maduro y reconoció a Juan Guaidó como presidente legítimo.Sin embargo, Shifter considera que es poco probable que Trump repita esta estrategia en su segundo mandato.“La apuesta por Guaidó fue un fracaso, y dado que Florida será menos relevante para Trump ahora que ya está en la Casa Blanca, podría optar por una postura más pragmática e incluso negociar con Maduro”, sugirió el profesor.Para Trump, quien suele admirar a los “hombres fuertes”, Maduro podría dejar de ser una excepción. Shifter especula que Trump podría buscar algún tipo de acomodación con el gobierno venezolano, especialmente si esto beneficia los intereses comerciales de sus aliados.“Hay mucho dinero que se puede hacer en Venezuela, particularmente en el sector petrolero. No me sorprendería que Trump considere un giro dramático en su política hacia Caracas”, argumentó.Las repercusiones para la izquierda latinoamericanaLa llegada de Trump representa una amenaza particular para los gobiernos de izquierda en América Latina. La administración Biden, aunque también fue crítica hacia ciertos líderes izquierdistas, mantenía una postura más moderada. En contraste, Trump podría optar por una retórica y políticas más confrontativas. Este cambio tiene implicaciones políticas para figuras como Petro en Colombia, quienes han construido parte de su narrativa en la oposición al “imperialismo” estadounidense y a sus políticas intervencionistas. Según el análisis de Shifter, “los populismos de izquierda y derecha en América Latina encuentran en figuras como Trump una oportunidad para mantener vivos sus antagonismos, pues ambos lados tienden a beneficiarse de estas dinámicas polarizantes”.A pesar de las dificultades que puedan enfrentar, los líderes de izquierda probablemente utilizarán la figura de Trump como un símbolo de resistencia para fortalecer su base de apoyo y victimizarse frente a sus opositores. ¿Una relación complicada sin miras a mejorar?Para Shifter, la relación entre Colombia y Estados Unidos bajo Trump no promete avances significativos. El Congreso estadounidense, dividido entre ambas cámaras, también jugará un papel en la política exterior hacia América Latina. Con un Senado controlado por republicanos y una Cámara Baja que aún podría inclinarse hacia los demócratas, la relación bilateral podría oscilar entre la confrontación y la indiferencia. “El Senado republicano podría agravar más la relación con Colombia, y sin una agenda clara hacia el país, es probable que veamos intercambios hostiles en redes sociales y en la diplomacia pública”, concluyó Shifter.