“Es un proyecto de2,6 billones de pesos y es para recuperar la navegabilidad desde Puerto Salgar hasta Bocas de Ceniza, sin embargo no se han terminado los diseños definitivos “, dijo Gutiérrez. El especialista señaló que pese a que se han contemplado dragados en puntos específicos y diques en las orillas, desde distintos científicos surgen varios cuestionamientos al respecto. “No están basados en escenarios futuros, es decir no se sabe qué hacer en un escenario como este del fenómeno de El Niño, de extrema sequía”, agregó el miembro de la Fundación Alma. Gutiérrez criticó el plan de acción para los sedimentos que se van a generar a la hora de dragar el río y señaló que al ser depositados en las orillas se va a generar una desconexión con los cuerpos de agua aledaños como ciénagas y terrenos inundables del magdalena medio. Así mismo, señaló que se desconocen indicadores sociales y económicos que podrían afectar a la población que habita en las riveras y que depende del río. Por su parte, Sandra Vilardy, PhD en Ecología y Medio Ambiente, también rechazó este proyecto y aseguró que el río Magdalena es un enfermo crónico afectado por la minería ilegal, la sedimentación y la contaminación. Vilardy señaló que aún están a la espera de los planes de manejo ambiental de Cormagdalena y las acciones que se van a implementar para poder analizar si son o no viables dentro de este proyecto.