Buscando reactivar la economía colombiana, el equipo económico del Gobierno nacional se reunió con los principales gremios de la producción el pasado 8 de julio de 2024. Este encuentro, que tuvo lugar en un contexto de creciente preocupación por la desaceleración económica, marcó el inicio de una serie de reuniones destinadas a fomentar el diálogo y la colaboración entre el Gobierno y el sector privado.El presidente de la Asociación de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, vocero de estos gremios, destacó la importancia de esta reunión en una entrevista concedida a Mañanas Blu con Néstor Morales."Es positivo que faltando prácticamente dos años de gobierno busquemos sentarnos a ponernos de acuerdo", afirmó Bedoya, quien dijo que el reconocimiento por parte del Gobierno de la necesidad de una reactivación económica y su disposición a dialogar con los sectores productivos es un avance significativo.Durante la cumbre, en la que participaron 32 gremios y destacados funcionarios gubernamentales, se acordó crear siete ejes temáticos para identificar y abordar los problemas de cada sector. Estos temas incluyen la ejecución presupuestal, el fortalecimiento de la infraestructura, el turismo, el sector agropecuario, las vías terciarias y los caminos para la paz, la conectividad y el tema energético."Fue una convocatoria inicial porque claramente no estaban todos los sectores que al menos en concepto deberían asistir", señaló Bedoya.Aunque la reunión inicial no produjo decisiones definitivas, Bedoya enfatizó la importancia de continuar con reuniones sectoriales para afinar las propuestas y asegurar que las medidas adoptadas sean adecuadas para cada sector."Una cosa es lo que el Gobierno proponga y otra cosa es lo que los sectores consideremos que se necesitan", explicó.En cuanto a la posibilidad de implementar un plan de recuperación económica paralelo a una reforma tributaria, Bedoya expresó sus reservas."Imagínense entrar en un plan de reactivación. Ahora, un tema de una ley de financiamiento, una nueva reforma tributaria, pues eso habrá que discutirlo", dijo. La preocupación principal es que la implementación de nuevos impuestos podría asfixiar a una economía que ya necesita reactivarse.En este sentido, Bedoya hizo hincapié en la necesidad de abordar la evasión y el contrabando como parte de la estrategia de reactivación económica. "La semana pasada tuvimos una reunión con el director de la Dian, precisamente en lo que es la lucha contra la evasión y el contrabando", comentó. Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de imponer más impuestos sin un diálogo constructivo que incluya a todos los sectores involucrados.La posible reforma tributaria es un tema delicado y complejo que, según Bedoya, requiere un análisis detallado y consensuado. "Esto es como la cobija, usted la quita por un lado y se tapa la cabeza y deja descubierto los pies", dijo, subrayando que cualquier ajuste tributario debe ser manejado con cautela para evitar efectos negativos en la economía.El presidente de la SAC recordó las dificultades anteriores con reformas tributarias y la importancia de buscar acuerdos sensatos y equilibrados. "Creo que es muy positivo tratar de sentarnos con el gobierno a buscar consensos a propósito de los acuerdos, pero bajo el entendido que aquí hay que hacer las cosas es con sensatez", añadió.Optimismo cautelosoA pesar de las incertidumbres y desafíos, Bedoya mantiene una actitud optimista respecto al futuro del diálogo entre el Gobierno y los gremios."La esperanza es lo último que se pierde", afirmó, destacando la disposición de los gremios a ofrecer su conocimiento y propuestas para contribuir a la reactivación económica del país.El camino hacia la concertación es largo y complejo, pero como bien dijo Bedoya, "para bailar tango se necesitan dos". Este acercamiento inicial entre el Gobierno y los gremios es un paso crucial en la dirección correcta, con la esperanza de que las futuras reuniones sectoriales conduzcan a soluciones efectivas y consensuadas para revitalizar la economía colombiana.Vea la entrevista completa:
En medio del debate de la reforma laboral en Colombia, la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) alzó la voz con preocupaciones sobre los posibles efectos que la propuesta actual podría tener en el mercado laboral del país. En diálogo con Mañanas Blu, el presidente de la SAC, Jorge Enrique Bedoya, comparó la trayectoria de la reforma laboral con la ya debatida reforma a la salud, y señalo que, aunque parece avanzar rápidamente, aún queda un largo camino antes de su aprobación. Hizo énfasis en que, al igual que con la reforma a la salud, existe el riesgo de que la reforma laboral termine dividiendo aún más la coalición gubernamental.La entrevista reveló la preocupación de la SAC sobre la posible falta de escucha a los gremios y empresarios, quienes argumentan que la reforma laboral no solo no generará más empleo, sino que podría resultar en la destrucción de puestos de trabajo. Bedoya subrayó la importancia de considerar las propuestas de diferentes sectores y la necesidad de evitar que las tasas de desempleo aumenten como consecuencia de la reforma.“A propósito de lo que usted mencionaba de la cancha de fútbol. Esto también es como en el fútbol, mucho toque, toque y de aquello nada. Por eso es muy importante que el Congreso de la República y la opinión pues tengan presente todas estas observaciones. Porque es que reformas laborales no se tramitan todos los años. Con un país, con un mercado laboral de 20 millones de colombianos, de los cuales la mitad están en informalidad laboral, esto aquí se juega con candela, con lo que se haga en la reforma laboral”, dijo.Sobre este aspecto, la SAC envió una carta detallada a los representantes encargados de la reforma laboral en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes. La carta, fechada el pasado jueves, contiene propuestas específicas sobre relaciones individuales y colectivas de trabajo, así como aspectos fundamentales de la reforma. Bedoya resaltó en Blu Radio la importancia de tener en cuenta estas observaciones para evitar consecuencias negativas en el mercado laboral colombiano.En cuanto al impacto en el sector agropecuario, Bedoya advirtió que, tal como está planteada la reforma laboral podría generar más informalidad laboral en la ruralidad. Señaló que ciertos aspectos, como la prohibición de la tercerización en el contrato agropecuario, no reflejan la realidad de las actividades agrícolas y pecuarias, lo que podría complicar la contratación y pago por tiempo efectivamente trabajado.El presidente de la SAC destacó la paradoja de que, aunque este sea el primer Gobierno que preste atención al régimen laboral para el campo, la propuesta podría resultar peor que la situación actual. Bedoya hizo un llamado a un debate serio y técnico y recordó la responsabilidad histórica de los congresistas en la toma de decisiones sobre reformas laborales que no se presentan con frecuencia.Finalmente, el presidente de la SAC abordó la relación entre la discusión del salario mínimo y la reforma laboral y destacó la necesidad de que ambas se aborden con coherencia y responsabilidad. Mencionó la importancia de la concertación entre empresarios y trabajadores en la mesa de discusión del salario mínimo y expresó su esperanza de que se alcance un acuerdo que tenga en cuenta las variables económicas y las necesidades de formalización del empleo en el país.
La inflación en Colombia sigue en aumento, razón por la cual el Gobierno solicitó la colaboración de los empresarios para encontrar una solución al problema. El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, llamó a los empresarios para que ayuden a moderar la inflación de productos industriales y de servicios. Según los datos presentados por el Dane, la variación anual de la inflación en marzo ha llegado al 13,34 %, lo cual es preocupante para la economía del país.Al respecto, la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) dijo que está dispuesta a hablar con el Gobierno sobre estas medidas, pero descartó, de plano, el control de precios de los alimentos. En diálogo con Mañanas Blu, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC, afirmó que ese no es el camino, pues, experiencias como las de Venezuela y Argentina dejan lecciones qué aprender.“Si quieren más inflación, hagan control de precios o suban aranceles a los alimentos o a los insumos que tenemos que importar al país. Eso ya está aprobado. Mire lo que ha pasado en Argentina y mire lo que ha pasado en otros países. Se ponen a hacer control de precios y lo que generan son mercados paralelos o simplemente escasez de algunos productos. ¿Por qué? Porque si el precio está por debajo del costo de producción, pues nadie se va a ir a producir ese alimento. Entonces, esas medidas, definitivamente, por lo menos desde nuestra óptica, hay que descartarlas y confiamos en que el gobierno así lo haga. Y por eso el enfoque de la conversación, creemos que debe ser por la lógica de los costos de producción, pero también de la estabilidad macroeconómica para enviar señales claras en variables tan importantes, solo por mencionar alguna de ellas, la tasa de cambio”, dijo.En lugar de un control de precios, el presidente de la SAC propuso concentrarse en reducir los costos de producción de los alimentos y generar una estabilidad macroeconómica que permita enviar señales claras en variables como la tasa de cambio. Bedoya también destacó la importancia de destinar recursos para reducir las tasas de interés y apoyar a los pequeños agricultores.“Cuando usted mira que las tasas de interés subieron más de 12 veces el año pasado y el costo del crédito se subió muchísimo, aquí tal vez toca destinar recursos más, de un valor más importante para que se sienta mucho más la reducción del costo del crédito. Pero igual, ten en cuenta las limitaciones fiscales del país y por eso lo que hemos sugerido al gobierno es que hay que concentrar esto en aquellos cultivos o actividades que son mucho más sensibles al tema de costos en materia de los consumidores, de forma moderada”, puntualizó Bedoya.
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Jorge Bedoya, se refirió al anuncio del Gobierno del presidente Gustavo Petro de adelantar una desindexación de algunos precios de alimentos y servicios con el fin de garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores, después del alza al salario mínimo del 16%.“Si usted quiere mantener los precios de la comida, lo mejor que puede hacer es fomentar la producción de alimentos y no controlarlos por decreto”, indicó el vocero gremial.Bedoya puso como ejemplo de su planteamiento el precio del pollo y aseguró que sostener ese costo pasa primero por garantizar que los insumos se mantengan en su actor valor.“Para producir un kilo de pollo el 75% de la producción es el maíz, la soya o el alimento concentrado que viene importado; el resto puede ser entre mano de obra, que sube el salario mínimo y demás. Creo que en el anuncio que hizo el presidente, tal vez pensó con el deseo de lo que no debería subir la canasta de alimentos, pero usted no la puede controlar por decreto, porque si no lo que hace es tirarse el tema de la inflación”, aseguró.Bedoya, adicionalmente, aseguró que hay varios factores que son fundamentales en el momento de determinar los precios de los alimentos, como por ejemplo las distintas causas de efecto y demanda, que no necesariamente dependen de elementos internos de la economía colombiana.“Tenemos que ir mirando qué ocurre, pero no necesariamente los costos de la mano de obra son lo que más pesa en las estructuras de precios de los productores y la desindexación no le va a jugar a los insumos que más usamos en el sector agropecuario, porque estos dependen de la tasa de cambio, el costo del crédito y lo que suceda con las lluvias”, complementó Bedoya.
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, Jorge Enrique Bedoya, dijo que las partes llegaron a la mesa de negociación del salario mínimo con muchas expectativas, pero, sobre todo, con los pies en la tierra.Para el dirigente gremial es bastante positivo el ambiente para llegar a un buen acuerdo, si se tiene en cuenta que el jueves hubo concertación sobre el dato de productividad de 1,24%, como punto de partida. En ese sentido, Bedoya manifestó que en la discusión sobre el salario mínimo hay dos conceptos que son base: la inflación y la productividad, pero habrá que tener otras variables.“Esa cifra hará parte de lo que entrará en la mesa de concertación. Nosotros llegamos con amplitud, pero también con los pies en la tierra para que esta cifra que se concerté esté de acuerdo con la realidad de la economía colombiana, empezando por los trabajadores, pero para que haya empleo, la economía debe también poder absorber los mayores costos”, indicó.De otro lado, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Francisco Maltés, dijo que es muy temprano para hablar de cifras, pero se mostró bastante complacido con el acuerdo logrado sobre la productividad como punto de partida.Sobre las características de un buen aumento del salario mínimo, Maltés manifestó que, principalmente, se debe garantizar la capacidad adquisitiva de los trabajadores en medio de la inflación.“Está muy temprano para hablar de cifras, falta del dato de la inflación de noviembre, que puede ser complicado. En esto tenemos un debate permanente con el Gobierno y los gremios. Estamos hablando de salarios y, por lo tanto, debemos tener en cuenta qué aportan las personas”, añadió.Maltés insistió en que en la concertación del nuevo salario mínimo no puede pasar lo ocurrido en diciembre pasado cuando, pese a que el aumento fue considerable, se vio rápidamente rebasado por la inflación.