Thomas Mair, 52 años, fue imputado de homicidio voluntario de la diputada laborista de 41 años, baleada y apuñalada el jueves en su circunscripción de Birstall, en el norte de Inglaterra. Ese asesinato conmocionó al país y obligó a suspender por unos días la campaña del referéndum sobre la permanecía del Reino Unido en la Unión Europea. El acusado, de 52 años, exclamó esa consigna al confirmar su identidad ante la Corte de Magistrados de Westminester, en el centro de la capital británica, donde es juzgado. (Lea también: Acusan formalmente a sospechoso de asesinato de diputada británica). Mair, quien supuestamente tiene problemas mentales y vínculos con la extrema derecha, afronta varios cargos, incluidos el de asesinato, agresión y posesión de armas por haber matado a la parlamentaria proeuropea, de 41 años, este jueves en la localidad de Birstall, cercana a la ciudad de Leeds (norte de Inglaterra).
Thomas Mair, único sospechoso en el asesinato de la diputada británica Jo Cox, fue acusado formalmente de homicidio, anunció la policía británica el sábado. "Acusamos formalmente a un hombre de homicidio", indicó Nick Wallen, jefe de la policía de Yorkshire (norte de Inglaterra) en un comunicado. "Thomas Mair, de 52 años, de Birstall, comparecerá ante un tribunal hoy" (sábado), precisó. Wallen, responsable de la investigación, dijo que Thomas Mair fue procesado por una serie de cargos criminales, incluyendo asesinato, asalto agravado y posesión de arma. Jo Cox, de 41 años y madre de dos hijos, fue asesinada el jueves cuando se dirigía a una reunión con sus votantes en Birstall, en su circunscripción del norte de Inglaterra, a unos días del voto crucial sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Según testigos, Thomas Mair le disparó tres veces antes de apuñalarla varias veces mientras yacía en el suelo. Mair fue detenido poco después. La policía investiga presuntos vínculos con la extrema derecha.
Según Linford-Hall, de origen latino, se presume que “fue un asesinato de odio en contra de las personas que quieren quedarse dentro de la Unión Europea (...) (El homicida) es una persona que con mucho odio y con mucha maldad asesinó a la parlamentaria, creo que con dos o tres tiros, puñaladas y patadas”. Este crimen, según la política, afectará de manera directa a la campaña sobre el referéndum de permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, o Brexit, pues en su opinión “las personas que no sabían cómo votar decidirán votar para quedarse en la Unión Europea, pero mi mayor miedo es que la gente no salga a las calles a votar”. El crimen de la diputada laborista británica Jo Cox, de 41 años, se registró este jueves a manos de un hombre que le disparó en Birstall, en su circunscripción del norte de Inglaterra, en hechos que conmocionan a toda Europa. Cox era partidaria de la permanencia en la Unión Europea y, según varios medios, su agresor gritó "Britain first!", "¡el Reino Unido primero!", un lema de la ultraderecha británica, pero la policía no confirmó este extremo. “Nunca se sabe lo que pueda pasar, hay mucha gente loca, extremistas, que hacen lo que quieren. En todas partes hay problemas, pero el asesinato de Jo Cox me parece una cosa de locura. Todos los partidos políticos, excepto el Ukip, están unidos para condenar lo sucedido”, agregó Linford-Hall. Para la concejal, es claro que las opiniones y posiciones políticas de Cox fueron un detonante para el asesino, pues “las personas que están a favor del Brexit están en contra de los inmigrantes. Hay mucho odio contra las personas que están todos los días, como yo, metiéndose en esto para que los inmigrantes salgan adelante”. Tras la muerte de Cox, la campaña del referéndum se suspendió a siete días de las votaciones. "Hasta que los hechos no queden plenamente establecidos, no comentaré nada", dijo este jueves la ministra de Interior, Theresa May, describiendo a Cox como una de las diputadas "más brillantes y populares" del parlamento, al que llegó como diputada en las últimas elecciones, en 2015, procedente del mundo del activismo, en concreto de la organización Oxfam.