El maestro, escritor y periodista Javier Darío Restrepo falleció en la tarde de este domingo en la ciudad de Bogotá, dejando un inmenso vacío entre las personas cercanas a su familia y en los amantes del periodismo.La última aparición en público de Restrepo, de 87 años, fue en la más reciente edición del Festival Gabo, en Medellín.A propósito, en diálogo con Mañanas BLU, cuando Colombia está al aire, Nubia Rojas, periodista y biógrafa del maestro Restrepo, lamentó su partida y aseguró que dejó un legado muy importante para el país.Aseguró Rojas que el profesor Restrepo creía que el periodismo se hacía mejor en equipo y que era una ventana eficaz para ayudarle a la sociedad a construir país.“Javier Darío creía que el periodismo se hacía mejor en equipo. Estaba en contra de la imagen del periodista que es llanero solitario, que solamente quiere destacar por sí mismo. Los consejos de redacción para él eran muy importantes”, dijo.“El buen periodismo, definitivamente, contribuye a la democracia y eso tiene que importarle a las audiencias y a la opinión pública. El trabajo de Restrepo trasciende lo meramente periodístico para ser un tema político, en el sentido de que la política nos afecta a todos como sociedad”, indicó. Convierta a BLU Radio en su fuente de información preferida en Google Noticias.“Javier Darío, como reportero, era tremendamente incisivo, directo con sus entrevistados e insumiso contra el poder, como tiene que ser cualquier periodista. Su experiencia como reportero nos demuestra que el tiempo no es una excusa para hacer mal periodismo”, añadió.Asimismo, manifestó que Restrepo contaba con una pasión enorme y una profunda vocación por el oficio, que deben aprender las nuevas generaciones no solo de periodistas, sino de profesionales en el país.*Escuche la entrevista completa con Nubia Rojas:
Nacido en Jericó, Antioquia, Restrepo contó lo importante que fue su padre. “En todos mis años de periodismo he entrevistado a personajes importantísimos y a ninguno admiro tanto como a mi padre, me marcó (…). Su alma estaba hecha de una inmensa honestidad, fue un hombre honesto 100 por ciento y eso es admirable”, contó. Restrepo, quien ejerció el sacerdocio durante diecisiete años, reveló cómo nació el interés por esa vocación. “El ambiente de la casa influye, desde muy pequeño me llevaron para que le ayudara en la misa como acolito a monseñor Vicente Castaño (…) Me parecía un personaje tan interesante, yo lo admiraba y naturalmente eso unido al ambiente del hogar me lleva a parar en el seminario”, dijo. Confesó que nunca se arrepintió de la decisión pues le debe al seminario “la formación. Cosas que ahora como periodista me han servido inmensamente para ordenarme la cabeza, el problema de los periodistas es que tienen la cabeza desordenada”. “Gran parte de lo que soy se lo debó a la disciplina y formación que obtuve en el seminario”, agrega. Durante su etapa en el seminario Restrepo también descubrió su amor por el periodismo, por eso creó dos periódicos y luego recibió en Bogotá una revista de circulación nacional sobre asuntos sociales. Sobre el episodio que fue el detonante de su salida de la iglesia católica Restrepo relató que ocurrió por una publicación de la revista de circulación nacional. “Decidimos un día que íbamos hacer una revista sobre sexo (…). Me pareció muy interesante hacer una reflexión teológica y filosófica sobre este tema (…). Se nos ocurrió una portada de un desnudo, de unos niños, le dejé la realización de la idea a un fotógrafo y él se consiguió un par de niños de 5 y 6 años junto a un paisaje precioso”, dijo. Restrepo manifestó que esto significó su salida de la Iglesia. “La justificación es que eso se había salido de los cánones que habían guiado la creación de la revista y que estaba haciendo mal”. Escuche toda la entrevista aquí.
“A mi juicio fue un linchamiento moral. Aquí hay que aplicar un principio de que nadie es juez de nadie salvo de sí mismo”, manifestó. Dijo que un periodista no puede tomar una decisión como la publicación de un video así sin consultarlo con alguien, evitando “un cierto egoísmo infantil porque uno está sujeto a sus propias emociones y entusiasmos y todo eso tiene que ser disminuido con la impresión de los otros”. Además, advirtió que los periodistas todos los días deberían aprender que no hay verdades absolutas, por lo que es necesario estar construyendo la verdad con varias versiones contrastadas. “Confundimos la ética con la ley. Lo ético es un compromiso con uno mismo, nadie me lo puede imponer”, enfatizó Restrepo. El director del consultorio ético de la Fundación Nuevo Periodismo finalmente subrayó que el periodista debe vigilar una sutil línea sobre qué es lo de interés público y qué es lo del interés del medio de comunicación o el propio.