Al pianista James Rhodes le gusta la música clásica desde pequeño. Su momento favorito del día llegaba cuando se ponía los audífonos, daba play a su walkman y cerraba los ojos mientras escuchaba la Chacona de Bach. Quince minutos después, cuando la grabación terminaba, el dolor que sentía lo obligaba a abrir los ojos y volver a la realidad para toparse de frente con las frías paredes de un pequeño cuarto sin ventanas en la parte trasera del gimnasio de su colegio, donde su profesor de boxeo, Mr. Peter Lee, lo violó decenas de veces durante años. La música fue refugio, milagro y salvación, pero cuando sintió que no era suficiente buscó alivio en el alcohol, el cigarrillo, las relaciones sexuales con otros hombres e incluso las drogas más peligrosas. Durante 30 años guardó su verdad como un secreto inconfesable que ni sus padres ni su exesposa, madre de su hijo, llegaron a sospechar jamás, al tiempo que lidiaba con desórdenes alimenticios, graves daños en su columna vertebral y Trastorno por Estrés Postraumático, aparentando una vida normal. La historia del concertista londinense está plagada de sufrimiento, abusos, secretos y, sobre todo, arte. Así lo describe en su autobiografía, Instrumental, éxito de ventas a nivel mundial y que la editorial Rey Naranjo trajo recientemente al mercado colombiano con motivo de su gira de conciertos en el país. Rhodes agotó entradas en el Hay Festival en Medellín y Cartagena, y cerró su visita a Colombia con broche de oro en el Teatro Colón de Bogotá el pasado 31 de enero. Allí, tras una hora y media de concierto, la ovación del público fue de tal magnitud que luego de despedirse regresó al escenario, tocó una última pieza y mientras el eco de las notas se desvanecía al interior de su piano Steinway, expresó un emotivo “gracias” en español extranjero. Pero James Rhodes tiene mucho más que contar sobre la vida además de su sufrimiento como víctima. Contrario al discurso revictimizante que se acostumbró a dar ante medios de comunicación de todo el mundo, en su habitación de hotel en Bogotá habló con Blu Radio sobre milagros, literatura, arte, tatuajes y música. Usted cree en los milagros, así lo expresa en su libro cuando cuenta cómo conoció la música clásica y la obra de Bach, que encontró por puro azar en un antiguo casete dentro de un walkman. Además de ese, ¿qué otros milagros se le han presentado a lo largo de su vida? Milagros. Sí, tengo que creer en los milagros, de otra forma no debería estar acá. El hecho de que esté acá dando conciertos y esté vivo es un milagro. La pieza de Bach fue el primer milagro, pero ha habido muchos otros. Personas, principalmente, que han llegado a mi vida, que realmente han ayudado, que realmente son milagros, así que me siento muy afortunado. Uno de sus compositores favoritos de todos los tiempos es Beethoven, pero su historia con Rajmáninov es muy particular; tiene su nombre tatuado en el brazo derecho. Sí, Beethoven es absolutamente mi compositor favorito de todos los tiempos. A Rajmáninov lo amo. La razón por la que me tatué su nombre en mi brazo es porque en una época en la que todos los demás compositores estaban moviéndose hacia una música tonal y música de doce tonos, Rajmáninov se quedó con grandes y románticas melodías, lo que amaba ser. Su opinión no fue cambiada por otras personas, él solo escribió lo que amaba y creo que todos necesitamos hacer eso más que otra cosa, todos debemos hacer lo que amamos e ignorar lo que la gente dice que deberíamos estar haciendo, si eso tiene sentido. En varias ocasiones ha expresado que le gusta la obra de Charles Bukowski, ¿qué otro tipo de libros le gusta leer? Me gusta Bukowski y me gusta leer todo. En serio, desde thrillers basura de crimen hasta clásicos como (Émile) Zola. Y amo a Paul Auster. Es muy difícil encontrar tiempo para leer porque trabajo, tengo que tocar el piano, tengo que escribir libros, y poder encontrar tiempo para leer es todo un lujo. Así que si tengo un festivo o vacaciones me aseguro de comprar unos diez libros e intento leerlos todos, pero yo leo de todo, ficción y no ficción. ¿Está leyendo actualmente algún libro? No recuerdo el nombre, no lo recuerdo. Está en mi Kindle porque cuando viajo no puedo llevar muchos libros conmigo, pero lo que sí releí recientemente fue La trilogía de Nueva York de Paul Auster, que es un muy, muy buen libro. ¿Escuchar música sigue siendo su vía de escape a la vida diaria? Sí, escucho música todo el tiempo, todo el tiempo, especialmente en aviones y trenes cuando estoy viajando, y principalmente música clásica, aunque escucho a Lana del Rey bastante, pienso que es realmente buena, pero escucho un montón de música clásica. ¿Escucha otro tipo de música además de la clásica? En este momento todo lo que escucho es así. Hay un director de orquesta que para mí es el más grande músico vivo hoy en día, su nombre es Teodor Currentzis, es asombroso y ha grabado algunas óperas de Mozart como Don Giovanni, Fígaro y Cosi Fan Tutte, y escucho estas tres grabaciones todo el tiempo sin parar. Me gusta Sigur Rós, por supuesto, pero no artistas clásicos contemporáneos. Sigur Rós es maravillo, yo escucharía cualquier cosa, de veras. Una de las cosas que es tan genial de Spotify es que puedes descubrir muchos artistas nuevos y es muy genial; cosas que nunca habría pensado escuchar ahora las oigo todo el tiempo. ¿Cuál es su concepto de arte y qué otras expresiones de arte le gustan? En cuanto a otras formas de arte, realmente no entiendo las pinturas, desearía saber más, pero no sé suficiente al respecto. Nunca lo he entendido y amaría saber más sobre ello. Me encantaría encontrar a alguien que me pudiera ayudar a entender el arte porque yo no puedo entenderlo. De todo el repertorio de canciones que prepara para sus conciertos, ¿con qué piezas musicales tiene una conexión emocional más fuerte? Yo solo toco piezas con las que tengo una fuerte conexión emocional, así que nunca tocaría algo que realmente no amara y lo bueno con la música clásica es que hay tanto con lo que tengo conexión, de Bach a Rajmáninov, y todo lo que hay en medio, así que soy afortunado por ello. Sé que la Chacona de Bach es tal vez la pieza más importante en su vida… Lo es, porque inició el amorío con la música para mí. Fue la primera pieza que descubrí. ¿Qué hay de otras piezas que tengan un significado importante para usted? Por supuesto, hay algunas como la Sinfonía No 3 de Beethoven, El emperador, el Concierto para piano No 3 de Rajmáninov, las Variaciones Goldberg de Bach… Hay tantas piezas, podría nombrar cien piezas musicales diferentes que son muy importantes para mí. Entonces debe ser muy difícil elegir cuáles piezas tocar en sus conciertos… Muy difícil, realmente difícil, y grabar también, decidir cuáles poner en el álbum, es difícil escoger. Pero es algo divertido de hacer. Hago un montón de notas y pienso en las piezas y qué tan largo será el programa. Si es un CD son 77 o 78 minutos, y también intento elegir piezas que amo y que realmente quiero aprender, y las aprendo, pero es algo muy divertido de hacer. ¿Cómo eligió el repertorio de su gira por Colombia? No toco algo especial en cada ciudad que visito, uso el mismo programa durante unos pocos meses y luego preparo uno nuevo, porque la música es universal, donde sea que estés tocando es lo mismo, atraviesa todas las culturas. En su nuevo libro, Toca el piano, se aleja totalmente de las temáticas y el tono narrativo que aborda en Instrumental, ¿por qué lo escribió; cómo nació la idea? Porque Instrumental fue un libro muy personal, hubo muchos problemas legales y fue muy costoso emocionalmente, costó mucho sacarlo. Yo solo quería volver a algo un poco más básico, algo más simple, enfocándome en la creatividad, y mucho de eso fue por un correo de un expiloto aéreo en México, en ese momento pensé ‘imagina si otras personas tuvieran la oportunidad de aprender a tocar un instrumento, tocar una pieza de Bach en el piano’. Creí que de hecho no es tan difícil como la gente cree, puede ser algo que la gente realmente disfrute, y por eso lo escribí. ¿Por qué escogió el Preludio No 1 en Do mayor de Bach para enseñar en su libro? ¿Por qué esa y no otra pieza? El Preludio No 1 es una pieza muy famosa por una razón: es una pieza hermosa. Puedes entrar a un salón lleno, con 100 personas que estén hablando, empiezas a tocar esa pieza y en dos o tres compases habrá silencio completo y la gente estará como ‘wow’. Es una pieza hermosa y no es muy larga, no es muy difícil, no hay grandes acordes. Es realizable y es algo a lo que, si le das 45 minutos al día por seis semanas, incluso si no has tocado el piano antes, conseguirás tocarla. Pienso que es adorable poder decir que has aprendido una pieza de música de Bach en el piano. ¡Qué cosa tan brillante para hacer en este día y en esta época! En el Hay Festival, el autor argentino Cesar Aira señaló que los libros que cuentan cosas duras, como la crueldad de la vida, protegen a sus lectores de las cosas malas que narran, ¿era esa su intención al escribir Instrumental, prevenir a los jóvenes lectores y padres de familia de los abusos a los que están expuestos los niños hoy? Sí, una de las intenciones al escribir el libro era asegurarse de que padres y profesores puedan ver las señales de abuso, y también permitir que personas que han pasado por cosas similares sepan que no están solas y que yo pasé por lo mismo también, que estamos de algún modo conectados. Y lo que es muy agradable es haber tenido miles de correos y mensajes de personas que se han sentido igual, han leído el libro y sintieron que no estaban solas, que les era de ayuda, eso es genial. Tras cruzar la barrera del miedo que suponía narrar su historia y, además, contársela al mundo en un libro que se convirtió en best seller internacional, ¿a qué otras cosas ya no les teme? Hoy tengo miedo de muchas cosas, pero pienso que el punto es que de todos modos debemos hacer cosas a las que temamos. Entonces sí, estaba asustado, especialmente después del caso legal con el libro, eso me asustó mucho, pero dije ‘si cancelo el libro sería un desastre’. Creo que por algunas cosas tienes que seguir luchando y tienes que hacerlas incluso si te sientes asustado. Es lo mismo con todo, si quieres salir con una chica linda y piensas que ella es muy linda para ti, o viajar en avión, que puede ser espantoso, ofrecer conciertos, grabar álbumes, todo da miedo, pero tienes que hacerlo. Sé que ha recibido mensajes de miles de lectores que le han contado historias difíciles, ¿cuál es el que más lo ha impactado? Hay muchos, pero hubo uno que no era sobre abuso. Era un tipo de México, decía que era un piloto aéreo retirado y que cuando era un niño solía tocar el piano y luego paró. Acababa de leer el libro y compró un piano, cada semana tenía una lección de piano y ahora toca todos los días. Terminó el correo diciendo: “Estos son los mejores días de mi vida”. Pensé que eso era grandioso. Por mí un hombre de sesenta años al otro lado del mundo está tocando el piano y realmente disfrutándolo, y eso se quedó conmigo. ¿Qué les diría a los jóvenes estudiantes de música y artes que sienten admiración por su obra como pianista y escritor, además de como ser humano que ha superado tantos problemas? Les diría gracias si sienten admiración, más que nada diría gracias. Pero también pienso que todos hemos superado problemas reales, todos hemos tenido traumas. La gente muere, los padres se divorcian, las relaciones fallan y experimentamos la pubertad, la enfermedad… ¿Y sabes? Esa es la condición humana, eso es lo que hacemos y tenemos que empujar a través de eso y hacer lo mejor que podamos. ¿Qué le diría al niño que usted fue; qué consejo le daría al pequeño James cuando era abusado? Diría ‘intenta superar los años siguientes porque estarás bien al final’. Realmente esta es una pregunta difícil, supongo que diría que ayudaría si hablaras más cuando eras niño y si encontraras a alguien en quien confiar, habla con ese alguien. Creo que eso me habría ahorrado mucho dolor.