Ferney Vásquez, exhabitante del Bronx que tuvo la oportunidad de cantarle al papa Francisco en Bogotá, habló en Mañanas BLU sobre su encuentro con el sumo pontífice a su llegada a la capital del país. Ferney reveló que vivió varios años en el mundo de las drogas, “hasta que llegó el operativo final de en el Bronx y San Bernardo” y ahí llegó al Idipron. Afirmó que se sintió afortunado por conocer y poder hablar directamente con el papa Francisco “porque el solo hecho de tocar la mano del papa le cambia a uno la vida”. Dijo que espera que su futuro sea diferente porque quiere tener una vida sana por él y sus hijos “y el papa Francisco definitivamente ayudó en eso”. Le puede interesar: Feligreses madrugaron a llegar a sitios de eventos del papa. Por su parte, el padre Wilfredo Grajales, director del Idipron, habló en Mañanas BLU, sobre los niños y jóvenes que tuvieron la oportunidad de recibir al papa Francisco en el momento de su llegada a la Nunciatura tras su aterrizaje en Bogotá. Reveló que desde hace tres meses se estaba preparando todo el evento que se llevó a cabo el miércoles para poder tomar la decisión de quiénes serían los jóvenes que acompañarían al sumo pontífice. Sobre el pequeño Brayan, quien entregó la ruana al papa Francisco, dijo que es un joven muy “espontáneo y tiene una historia dura de vida”. “Él me preguntó si podía hablarle al papa y yo le respondí que le dijera que se pusiera la ruana y todos vimos el resultado”, dijo.
El sacerdote Wilfredo Grajales, director del Idiprón, se refirió a la propuesta de llevar habitantes de calle de Bogotá, a un predio en Acandí, Chocó, para trabajar por su rehabilitación. El padre Grajales aseguró que se busca continuar con la tradición del padre Javier de Nicoló, donde en lugares adoptados se buscaba la rehabilitación voluntaria de muchos de los jóvenes que fueron desalojados del Bronx en Bogotá. “Seguimos la tradición del padre Javier que insiste en que hay una tención de la calle que se debe romper, por eso las sesiones se organizan fuera de la ciudad, hemos planteado la posibilidad de que los muchacho se puedan alejar un poco de la ciudad, como máximo 6 meses, llevarlos fuera, a la naturaleza, con un proceso de formación”, dijo Grajales. El sacerdote aseguró que es un proyecto que está en construcción y que antes de que cuente con el visto bueno del alcalde Enrique Peñalosa se debe someter al estudio de abogados, psicólogos, para poder, inicialmente, llevar grupos de aproximadamente “100 muchachos” que de manera voluntaria acepten el tratamiento. A su turno, la alcaldesa de Acandí en el Chocó, Lilia Córdoba, aseguró que se enteraron de la propuesta por los medios de comunicación y que en ningún momento la autoridad local nunca fue alertada sobre este proyecto, lo que según ella, genera desinformación en la comunidad. “Antes de tomar cualquier decisión se debió hablar con la alcaldesa del municipio, siento que se ha desconocido que Acandí es un municipio que no tiene nada que ver con Bogotá, por qué no se nos ha dicho nada sobre el tema y nos tenemos que enterar por los medios de comunicación, eso lo que hace es que haya especulación”, señaló Córdoba. Sobre el fondo de la propuesta, la alcaldesa indicó que “Depende qué tipo de muchachos, hay que mirar realmente, hoy el centro de Idipron no tiene las mismas condiciones que cuando operaba con el padre Javier de Nicoló, con la muerte del padre Javier eso ha estado abandonado”. Para finaliza señaló que sometería a consulta popular la decisión de permitir la llegada de estos jóvenes a su municipio.
El fallecimiento del sacerdote ocurrió el martes en un hospital de la capital, según la comunidad salesiana. "Lamento fallecimiento del padre Javier de Nicoló. Gran pérdida para el país y miles de niños que educó y protegió", escribió hoy en su cuenta de Twitter el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. El padre Javier de Nicoló nació en Bari (Italia) en 1928 y a los 18 años edad ingresó en la comunidad salesiana en Nápoles. Llegó a Colombia dos años después, en 1948, para dedicarse al cuidado de los enfermos de lepra en la localidad Agua de Dios, cercana a Bogotá, y concluyó sus estudios de filosofía y teología en 1958, año en que fue ordenado sacerdote. También estudió Matemáticas Modernas y metodología para la enseñanza de las Matemáticas en la Universidad Javeriana de Bogotá, actividad que compaginó en los años siguientes con el trabajo social en barrios marginales de ciudades como Barranquilla y Bucaramanga. A finales de los años sesenta ejerció como capellán de la cárcel de menores de Bogotá, donde se dedicó a trabajar con los niños de la calle y creó su gran obra, la Fundación Servicio Juvenil. Con su trabajo, el sacerdote retiró de las calles a más de 40.000 niños y adolescentes a quienes les ayudó a encontrar nuevas formas de vida en 70 centros que creó en todo el país. Su fallecimiento también fue lamentado por Cristina Plazas, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entidad que se ocupa de la protección de la infancia. "Decimos adiós a quien nos enseñó a cambiar el mundo de los niños con respeto, amor y comprensión. Padre Nicoló QEPD", escribió la funcionaria en Twitter. Esta fue la trayectoria del sacerdote en Colombia: -1950-1953 Promotor comunitario en Revolo, zona marginada de Barranquilla . -1959-1961 Coordinador de bachillerato técnico en zonas marginadas de Bucaramanga. -1962-1968 Coordinador nacional de movimientos juveniles en un crítico periodo para los jóvenes de América Latina y Europa (los años 60). -1968-1969 Capellán de la Cárcel De Menores de Bogotá. En esa época comenzó un trabajo sistemático con los niños de la calle distinguiéndose por su "Operación Amistad", que ha sido reconocida como método muy eficaz para atender la difícil juventud callejera. Así nació la Fundación Servicio Juvenil, de cobertura nacional. -1970 Después de haber sido encargado por el Distrito para realizar un amplio estudio sobre problemática callejera bogotana, fue nombrado director del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, IDIPRON, cargo que ejerció hasta Julio de 2008. -2008 a 2016: el padre Javier de Nicoló se dedicó a seguir ayudando a los jóvenes en extrema pobreza de Colombia, a través de los programas de Formación para el Trabajo y el desarrollo Humano que ofrece la Fundación Servicio Juvenil. Con infromación de fundacionbosconia.org
“Debemos dejar de tener una mirada un poco hipócrita frente al problema de la droga. Tenemos un alto nivel de drogadicción”, dijo al afirmar que generalmente el desorden social es el que lleva a la juventud a refugiarse en las drogas (Lea también: 750 puntos de Bogotá se intervendrán para combatir microtráfico: general Penilla). Agregó que los expendios están por todas partes y eso influye a la hora de controlar el contacto de los menores con las drogas, por lo que afirmó que la tarea del Idiprom es ayudar a los niños y jóvenes a prepararse para “enfrentar ese monstruo”.