Andeg, el gremio de la generación de energía térmica, advirtió al Gobierno Nacional que, de continuar los bloqueos en las carreteras, podría ponerse en riesgo el abastecimiento de energía eléctrica.Actualmente, el país está generando energía térmica debido a la escasez de lluvias, y las plantas que producen esta energía están enfrentando dificultades para abastecerse de diésel y carbón.“La situación de bloqueos en las principales vías del país está afectando de manera preocupante el suministro de carbón en los departamentos de La Guajira, Boyacá, Norte de Santander y Córdoba. Un caso similar ocurre en el Valle del Cauca con los combustibles líquidos, donde las rutas de acceso desde los terminales hasta las plantas de generación se encuentran bloqueadas”, señaló Andeg en un comunicado dirigido a los ministros de Minas y Transporte de Colombia.Según los datos de XM, Colombia está generando 48,96 GW de energía térmica de los 232 GW que consume diariamente.Las lluvias han estado por debajo de lo esperado, lo que ha llevado a que Colombia incluso subiera el precio de venta de energía a Ecuador para garantizar su propio suministro. Cabe recordar que la mayor parte de la energía en Colombia se produce en plantas hidroeléctricas, las cuales han sido duramente afectadas por el fenómeno de El Niño.“Instamos al Gobierno nacional a buscar mecanismos adecuados y oportunos para dar soluciones concretas a la solicitud del sector de los transportadores, y establecer medidas urgentes que permitan el transporte seguro de los energéticos hacia las plantas de generación. Esto con el fin de minimizar los riesgos de desabastecimiento eléctrico y garantizar que no se vulneren los derechos fundamentales de acceso a los servicios públicos esenciales y la libre circulación”, concluyó Alejandro Castañeda, presidente de Andeg.
El gobernador de Santander, Juvenal Díaz Mateus, confirmó que la Policía tiene indicios sobre los posibles responsables del hurto de un carrotanque que había sido enviado al municipio de Capitanejo para el abastecimiento de agua potable en las veredas, sin embargo, también se refirió al hecho de que han recibido llamadas pidiendo un millonario rescate."Hay una persona llamando, pero hay que tener cuidado con eso, porque son avivatos también. Llaman a decir, yo sé dónde está, pero me consignan 30 millones de pesos, que es lo que están pidiendo", dijo.Cabe recordar que el vehículo en cuestión desapareció el pasado lunes 8 de junio tal y como lo confirmó Nohora Cristina Flórez Barrera, gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Santander (Esant), entidad dueña del carrotanque avaluado en 1.400 millones de pesos.“He recibido una llamada telefónica del alcalde de Capitanejo, quien me informa sobre el hurto de un vehículo carrotanque de placas OSU-036 color blanco, de marca Chevrolet, el cual se encontraba en el marco de un convenio interadministrativo, prestando un servicio de abastecimiento de agua a la comunidad rural”, expresó la funcionaria.No obstante, aunque la Policía y el Ejército desplegaron casi de inmediato un operativo para la búsqueda de este vehículo, todavía no se ha podido encontrar. El mandatario de los santandereanos expresó que el compromiso de las autoridades es recuperar este carrotanque, pues presta una ayuda invaluable a las comunidades de las provincias. Además, invitó a la comunidad a brindar cualquier tipo de información que se tenga sobre este automotor a través de las líneas de emergencia.Es de resaltar que el carrotanque hurtado había sido entregado en custodia al municipio de Capitanejo el 6 de marzo pasado con el objetivo de mitigar el desabastecimiento causado por el Fenómeno del Niño y garantizar el acceso al agua potable para los habitantes del sector rural.
Según análisis del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), el fenómeno del El Niño se está debilitando y se espera que se siga presentando en los meses de junio y julio. Sin embargo, según análisis nacionales e internacionales, existe una probabilidad del 65 % de que la fase fría del fenómeno ENOS, conocida como La Niña, se establezca a nivel oceánico y atmosférico entre julio y septiembre. Se espera que La Niña se convierta en el fenómeno predominante durante el segundo semestre de 2024 e incluso durante los primeros meses de 2025.La presencia de La Niña durante el segundo semestre del año tendrá un impacto significativo en la temporada de ciclones tropicales, que se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, y se prevé que sea particularmente activa este año. Además, se espera que la segunda temporada de lluvias del país experimente un aumento en las precipitaciones por encima de los promedios climatológicos normales, especialmente en las regiones Andina, Caribe y Pacífica.Ante este panorama, se destaca la importancia de tomar medidas preventivas frente a los posibles impactos asociados con la ocurrencia simultánea de La Niña, la temporada de ciclones tropicales y la segunda temporada de lluvias. Se prevén precipitaciones intensas, así como posibles inundaciones y deslizamientos de tierra.El Sistema de Alertas Tempranas (SAT) ha advertido sobre la importancia de monitorear de cerca la evolución del clima en los próximos meses. En este sentido, el Ideam insta a las autoridades locales, organismos de socorro y comunidades a estar preparados y tomar medidas preventivas para mitigar los posibles impactos adversos que pueda traer consigo la llegada de La Niña.
El Gobierno nacional anunció el cierre de un acuerdo con seis comercializadoras de energía para una rebaja inmediata de las tarifas de electricidad en los departamentos de la Costa Caribe, pero también en otras regiones del país.Los elevados costos de la tarifa de electricidad han sido una preocupación para el Gobierno desde el inicio de su mandato. Inicialmente se hizo un acuerdo con las compañías de la cadena de electricidad, pero luego los precios volvieron a subir por cuenta de la inflación y el fenómeno de El Niño.¿En qué consiste el acuerdo para bajar las tarifas de la luz?El Gobierno se comprometió a pagar 2.8 billones de pesos de deudas pendientes por la congelación de tarifas de electricidad durante la pandemia, en los estratos 1, 2 y 3, algo conocido en el sector como opción tarifaria.Las empresas han recibido créditos de Findeter, pero la idea del Gobierno es presentar una ley ante el Congreso que le permita asumir esa deuda en lugar de cobrarlo a las compañías.“Lo que les estamos diciendo, y ese es el acuerdo con las comercializadoras, es: usted está recibiendo estos recursos con un periodo muerto de un año, bájenlo de la tarifa ya. Que generen el alivio a los hogares consumidores, particularmente los de la costa, quítenlo de la tarifa ya, y mientras tanto, el Gobierno procede a partir del 20 de julio a llevar el proyecto de ley para asumir la deuda”, explicó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en la cumbre de banqueros.La deuda total de opción tarifaria asciende en la actualidad a 6,7 billones de pesos.¿Cuándo y cuánto bajarán las facturas de luz?La tarifa de electricidad en la Costa Caribe podría bajar hasta un 20 % en los mercados de Afinia y un poco menos en los de Aire, si desaparece de la ecuación el problema de la opción tarifaria.Solo en diciembre, Aire, incluyó unos 200 pesos por kilovatio en la tarifa por concepto de opción tarifaria.Aún si la decisión de hacer la rebaja se toma este 7 de junio en cada compañía, el impacto no es inmediato debido al rezago de los ciclos de facturación. La luz que se está consumiendo hoy probablemente llegará en la factura del próximo mes. Así que es posible que los usuarios aún reciban una factura adicional con tarifas altas antes de recibir el alivio.
En una muestra de solidaridad y compromiso con el medio ambiente, más de 500 guardias de seguridad de toda Colombia y sus familias se congregaron para participar en la sexta edición de la jornada ecológica nacional. Este evento, que tuvo lugar en regiones como Bogotá, Boyacá, Atlántico, Antioquia, Medellín y Cundinamarca, permitió la siembra de 2.500 árboles, marcando un hito en los esfuerzos por mitigar los efectos adversos de la sequía y la degradación ambiental.El foco de esta iniciativa fue la protección y restauración de las cuencas hidrográficas esenciales para millones de personas. Al pie del páramo de Chingaza, un área crítica que provee agua a cerca de 8 millones de habitantes de Bogotá, se plantaron árboles nativos que juegan un papel crucial en la conservación del agua y la prevención de la erosión del suelo.Este proyecto fue liderado por la Fundación Andiseg con Amor Libia, en colaboración con la empresa de seguridad Andiseg y el apoyo del Ejército Nacional. Esta alianza estratégica subraya la importancia de la cooperación intersectorial, donde entidades privadas, organizaciones sin ánimo de lucro y cuerpos gubernamentales unen fuerzas para un bien común."En pleno corazón de la cordillera Oriental, al pie del páramo de Chingaza que nutre a 8 millones de bogotanos, hemos sembrado paz y amor con más de 2.000 árboles junto a nuestras familias para proteger las cuencas hidrográficas, los montes y, sobre todo, la vida. Hoy rendimos un homenaje a la tierra y a la sostenibilidad ambiental", dijo Miguel Ángel Díaz, gerente de Andiseg.Además de la reforestación, se realizaron talleres de educación ambiental para los participantes y sus familias, enfocando en la importancia de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Estas actividades buscan fomentar una cultura de responsabilidad ecológica y sensibilización que perdure más allá del evento.La jornada no solo contribuyó a la reforestación activa de áreas degradadas, sino que también sirvió como catalizador para futuras iniciativas ecológicas. La visión a largo plazo es establecer una red de jornadas de reforestación que se extienda a más regiones del país, multiplicando los beneficios ambientales y educativos.
La confluencia en América Latina y el Caribe del fenómeno de El Niño y un contexto previo de inseguridad alimentaria ha intensificado la crisis alimentaria en la región, alcanzando cifras alarmantes en 2024.Según el reporte del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición (SOFI) de julio de 2023, unos 43,2 millones de personas están subalimentadas, mientras que 83,4 millones enfrentan inseguridad alimentaria grave.La situación es aún más crítica en los países donde el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por su sigla en inglés) tiene presencia activa, como se detalla en el Global Report on Food Crises (GORP) de febrero de 2024, donde se estima que 28,5 millones de individuos padecen inseguridad alimentaria aguda, un número tres veces superior al observado durante el período de la pandemia del COVID-19.Específicamente, en el corredor centroamericano que incluye a El Salvador, Guatemala y Honduras, se reportan 743.000 personas en situación de inseguridad alimentaria grave, de acuerdo a evaluaciones realizadas por el WFP y el Integrated Food Security Phase Classification (IPC) en febrero de 2024.La región ha sido además duramente golpeada por condiciones climáticas extremas atribuidas a El Niño, que entre abril y noviembre de 2023 expuso a 1,3 millones de personas a sequías severas en países como Bolivia, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y Venezuela.El severo impacto en SudaméricaEl fenómeno de El Niño ha afectado severamente a Sudamérica entre 2023 y 2024, provocando una serie de eventos climáticos extremos que han tenido un impacto significativo en la vida, el sustento y la seguridad alimentaria de millones de personas en la región.En Colombia, Venezuela, Bolivia y Perú, se registraron sequías e incendios forestales, mientras que en las costas del Pacífico de Perú y Ecuador se intensificaron las tormentas y las precipitaciones, causando inundaciones.Según el Programa Mundial de Alimentos (WFP), más de 800.000 personas en estos países experimentaron sequía severa, con la cuenca del río Amazonas alcanzando sus niveles más bajos en 120 años.En Ecuador, las fuertes lluvias e inundaciones afectaron a decenas de miles, mientras que Bolivia declaró estado de emergencia en 51 municipios debido a incendios forestales y desastres naturales que afectaron a casi 5.000 familias.¿Qué pasó en Colombia?Colombia enfrentó múltiples amenazas climáticas, incluyendo incendios forestales y sequías que afectaron directamente a unos 45.000 personas y perturbaron actividades agrícolas esenciales.Perú fue testigo de una combinación de fuertes lluvias en la costa y condiciones más secas en las regiones andinas y amazónicas, lo que resultó en un aumento significativo de casos de dengue y afectó a más de 714.000 personas, exacerbando la inseguridad alimentaria y el deterioro de las condiciones de vida, especialmente entre los pequeños agricultores y comunidades indígenas.Mitigar la inseguridad alimentariaEn respuesta al devastador impacto del fenómeno de El Niño en Sudamérica durante 2023-2024, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (WFP) y Acción Contra el Hambre han implementado una serie de medidas críticas para mitigar la inseguridad alimentaria y fomentar la resiliencia comunitaria.Ambas organizaciones han realizado evaluaciones y estudios detallados para identificar las áreas más afectadas y comprender mejor las necesidades locales.En Colombia, la WFP y Acción Contra el Hambre han llevado a cabo evaluaciones de riesgo, estudios sobre la percepción de impactos y estrategias de afrontamiento, y han trabajado en colaboración con el gobierno para desarrollar un plan nacional de respuesta.Este esfuerzo conjunto busca enfrentar la amenaza de que otros 2,1 millones de personas caigan en la inseguridad alimentaria debido a El Niño.En Bolivia y Perú, el WFP ha prestado apoyo técnico y logístico a los esfuerzos del Gobierno, ayudando a posicionar recursos humanitarios y mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias.Acción Contra el Hambre en Perú ha capacitado a comunidades locales en salud, higiene y nutrición, mientras que en Colombia han trabajado en reducir riesgos ambientales y fortalecer las capacidades locales para enfrentar la variabilidad climática.El desarrollo de planes de acción anticipatoria y sistemas de alerta temprana en países como Ecuador y Perú permite actuar antes de que se materialicen las peores consecuencias de las lluvias y las inundaciones previstas.La respuesta de emergencia ha incluido la distribución de asistencia alimentaria y transferencias monetarias a miles de afectados en Colombia, Perú y Ecuador, a fin de asegurar el acceso a necesidades básicas como agua potable, alimentos y artículos de higiene en situaciones de extrema vulnerabilidad.Estas intervenciones no solo buscan mitigar los efectos inmediatos de El Niño, sino también fortalecer la preparación a largo plazo de las comunidades frente a futuras emergencias climáticas.