El supuesto arresto domiciliario de Hui Ka-yan, el fundador y presidente del endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande, o las dificultades que enfrenta la compañía para sacar adelante su plan de reestructuración son los últimos capítulos de una crisis que data de hace más de dos años.Cinco claves para entender esta crisisEl estallido de la crisisTodas las alarmas saltaron a mediados de 2021, cuando Evergrande incurrió en el impago de su deuda extraterritorial ('offshore') en un momento en el que arrastraba un pasivo superior a los 300.000 millones de dólares, dando pie a cientos de litigios y a una coyuntura de gran incertidumbre en el sector por las implicaciones de una posible quiebra.Como muchas otras promotoras chinas, desde el 'boom' inmobiliario de finales de los 90 Evergrande dependía en buena medida de altos niveles de apalancamiento (usar deuda para financiar operaciones) y de ventas sobre plano para seguir sacando adelante sus promociones: algunos analistas estimaron que la firma tenía 1,4 millones de viviendas vendidas antes de su construcción cuando estalló la crisis, equivalente a más de 200.000 millones de dólares.Las 'tres líneas rojas'Entre las causas de la crisis inmobiliaria china destacan las llamadas 'tres líneas rojas', unas regulaciones impulsadas por Pekín en 2020 que buscaban limitar el acceso a financiación a aquellas promotoras que acumulasen un pasivo excesivo, superasen ciertos niveles de apalancamiento o no dispusieran de liquidez suficiente para hacer frente a las deudas a corto plazo.Esto hizo que múltiples firmas del sector se enfrentasen a una crisis de liquidez que se sumó a las restricciones aplicadas en aquellos años para "enfriar" el alto precio de las viviendas -inasequibles para muchas familias chinas- en línea con el principio establecido por el presidente del país, Xi Jinping, que aseguró que "las viviendas son para vivir en ellas, no para especular".El mercado no respondeEl frenazo del crecimiento tras el 'cero covid', el propio peso del sector inmobiliario sobre del PIB -según algunos analistas, en torno a un 30 %, sumando factores indirectos- y la desconfianza de los compradores se han traducido en un frenazo del mercado que preocupa no solo a las promotoras sino también a las familias, las cuales ven la vivienda como un importante vehículo de inversión.Ante la coyuntura, los reguladores han respondido en los últimos meses con numerosas medidas de apoyo al sector, garantías a la entrega de viviendas vendidas sobre plano y la retirada de múltiples de las citadas restricciones, pero el mercado no está respondiendo: según cifras oficiales, la ventas comerciales medidas por área de suelo descendieron un 5,3 % en el primer semestre tras desplomarse un 24,3 % en 2022.El plan de reestructuración, en peligroEvergrande presentó en marzo una propuesta para reestructurar casi 20.000 millones de dólares de deuda 'offshore' impagada, pero ha aplazado en varias ocasiones las votaciones en las que sus acreedores decidirán al respecto, la última de ellas la semana pasada, aduciendo una evolución de las ventas peor de lo esperado y la consiguiente necesidad de una "reevaluación" del plan.La compañía esperaba tener el apoyo de sus acreedores antes del 1 de octubre y finalizar con el proceso hacia mediados de diciembre, pero por el momento solo ha logrado algo más del 30 % de los votos para un importante segmento de deuda ("clase C") valorado en unos 13.000 millones de dólares, aunque sí tiene ya la luz verde para otros dos tipos.Vuelven las turbulenciasLas últimas semanas han sido especialmente turbulentas para Evergrande, que divulgó pérdidas superiores a 80.000 millones de euros desde 2021 y reactivó la cotización de sus acciones en Hong Kong tras año y medio suspendidas, cayendo un 8,6 % en el último mes y casi un 99 % desde su pico máximo, en octubre de 2017.Más allá del supuesto arresto domiciliario a su fundador, el grupo ha presentado una solicitud de bancarrota en EE. UU., ha alertado de la imposibilidad de emitir nuevos títulos de deuda por la investigación de los reguladores a su principal subsidiaria en China, se ha enfrentado a la detención de empleados de su filial de gestión de patrimonio y hoy mismo volvió a congelar sus acciones.Le puede interesar
El gigante inmobiliario chino Evergrande, con una enorme deuda y cuya salud financiera preocupa a los mercados, entró en suspensión de pagos, anunció el jueves la agencia de calificación Fitch.El 6 de noviembre, el grupo debería haber realizado un reembolso de 82,5 millones de dólares (73,1 millones de euros) por el que tenía un periodo de gracia de un mes más, que terminó el martes.El grupo se hunde bajo una deuda de unos 293.000 millones de dólares y se debate desde hace meses para honrar sus pagos de intereses y entregar apartamentos.El problema es un endurecimiento reglamentario decretado el año pasado por Pekín en el sector inmobiliario para reducir el recurso al endeudamiento. Desde entonces, Evergrande se quedó sin liquidez.La precaria situación de Evergrande se explica también por las inversiones de todo tipo y a veces arriesgadas (turismo, ocio, digital, coche eléctrico...), cuando sus finanzas lo permitían. El 6 de noviembre, el grupo habría tenido que pagar 82,5 millones de dólares. Dispuso de un período de gracia adicional de un mes, que terminó este martes.
El atribulado gigante inmobiliario chino Evergrande suspendió este lunes sus operaciones en la bolsa de Hong Kong sin dar un motivo.Las acciones de la empresa cayeron cerca de 80% desde inicios del año, al quedar al borde de un colapso por una enorme deuda que intenta pagar."El comercio de acciones del Grupo China Evergrande será detenido", indicó en una declaración de bolsa. "Con ello, el comercio de todos los productos relacionados con la empresa será suspendido al mismo tiempo".Las acciones de la empresa de vehículos eléctricos del grupo, que la semana pasada desistió de cotizar en Shanghai, no fueron suspendidas, pero cayeron 6% en el intercambio matinal.Autoridades de la empresa han luchado con una crisis que le dejó una deuda de más de 300.000 millones de dólares, desatando temores de un contagio en la economía china que algunos creen podría extenderse a todo el mundo.La empresa dijo la semana pasada que vendería sus acciones por 1.500 millones de dólares en un banco regional chino para recaudar capital, mientras intenta pagar los intereses a los dueños de sus bonos.Las autoridades chinas pidieron a los gobiernos locales prepararse por un posible colapso de Evergrande, según informes de la prensa estatal, lo que sugiere que es poco probable una intervención del gobierno para rescatar al gigante inmobiliario.Le puede interesar: escuche y siga La Intérprete, en Spotify