Chris Pincher, un miembro del gobierno del primer ministro británico Boris Johnson, encargado de la disciplina de voto parlamentaria de los diputados conservadores, dimitió tras acusaciones de haber realizado tocamientos a dos hombres, un nuevo escándalo político para el dirigente ya debilitado.En una carta de dimisión fechada el jueves, Pincher admitió haber bebido "demasiado" y se disculpó por haberse "avergonzado a sí mismo y a otros".Según varios medios británicos, el político conservador, de 52 años, realizó tocamientos a dos hombres, entre ellos un diputado, el miércoles en un club privado del centro de Londres, el Carlton Club, lo que provocó quejas al partido conservador.Pincher dimitió como encargado de la disciplina de partido, pero sigue siendo diputado, lo que provocó peticiones de expulsarlo y de una investigación interna."De ninguna manera los 'tories' deben ignorar una posible agresión sexual", tuiteó Angela Rayner, la número dos del partido laborista, principal formación de oposición.Este caso se suma a otros casos similares en el partido conservador en los últimos meses.A mediados de mayo un diputado sospechoso de violación fue detenido y posteriormente puesto en libertad bajo fianza. En abril otro dimitió por ver pornografía en la cámara en su teléfono móvil. Y un exdiputado fue condenado en mayo a 18 meses de prisión por agredir sexualmente a una niña de 15 años.El gobierno de Boris Johnson también se ha visto sacudido por el escándalo de las fiestas de Downing Street celebradas a pesar de las restricciones contra el COVID durante la pandemia.Escuche el podcast Cómo como:
La Policía Metropolitana de Londres (Met, o Scotland Yard) empezó este lunes a interrogar a "testigos clave" sobre las fiestas celebradas durante la pandemia en Downing Street, sede de la residencia y despacho oficiales del primer ministro británico, Boris Johnson.Paralelamente, lleva a cabo "un análisis detallado de todo el material disponible", como fotografías, grabaciones y un centenar de cuestionarios enviados a los presuntos asistentes, entre ellos el propio Johnson y su ministro de Economía, Rishi Sunak, indica la Met en un comunicado.Scotland Yard explica que los destinatarios de esos cuestionarios tienen siete días para responderlos y, a partir de la información recabada, los detectives de la llamada Operación Hillman deciden a quien entrevistar, de momento no como sospechosos sino "como testigos".La Policía, que inició su investigación en enero, precisa que hasta ahora no ha impuesto ninguna multa por violación de la normativa de la COVID en esos festejos, si bien no descarta hacerlo en el futuro si se supera el umbral de culpabilidad establecido.La MET investiga formalmente doce eventos, de muchos más que tuvieron lugar entre 2020 y 2021, incluidos tres a los que asistió el primer ministro, que ha declinado confirmar si asistió a un cuarto en su apartamento privado en noviembre de 2020.El líder de los liberaldemócratas, Ed Davey, pidió hoy a Johnson que revele si Scotland Yard le está interrogando y que se comprometa a dimitir si se demuestra que infringió la ley.Antes de la intervención de la Policía, realizó una investigación interna la funcionaria Sue Gray, que concluyó que hubo "fallos de liderazgo y de juicio" en Downing Street así como un consumo excesivo de alcohol en el lugar de trabajo durante la pandemia.Gray se comprometió a publicar la totalidad de sus conclusiones una vez la Policía concluya su investigación.La revelación de que hubo decenas de fiestas en la sede del Gobierno mientras el país estaba sujeto a duras restricciones socavó la reputación de Johnson y estuvo a punto de costarle el cargo, si bien el líder "tory" recuperó terreno con su gestión durante la guerra en Ucrania. Le puede interesar. Escuche El Mundo Hoy:
El primer ministro británico, Boris Johnson, ofreció este miércoles sus "disculpas" ante el Parlamento británico por haber acudido a lo que pensó que era un "evento de trabajo" en los jardines de Downing Street el 20 de mayo de 2020, en pleno confinamiento."Me quiero disculpar. Sé que millones de ciudadanos de este país han hecho sacrificios extraordinarios durante los últimos 18 meses. Sé la angustia por la que han pasado, sin poder llorar a sus familiares, sin poder vivir su vida como querían o hacer las cosas que les gustan", afirmó el líder conservador, que reiteró que "debería haber hecho las cosas de manera diferente".En medio de crecientes críticas y llamamientos para que considere el mantenimiento de su cargo, Johnson rindió por primera vez cuentas en la sesión de control en los Comunes por una fiesta convocada en un momento en el que todo el país se atenía a duras normas impuestas por su Ejecutivo, que restringían el contacto social.El primer ministro aseguró que es consciente de la "rabia" que ahora sienten los británicos hacia su persona y el Gobierno que lidera, "cuando creen que en Downing Street no se siguen las reglas adecuadamente por aquellas personas que las dictan"."No puedo anticipar las conclusiones que arrojará la pesquisa actual (que lleva a cabo la alta funcionaria Sue Gray sobre presuntos festejos sociales en Downing Street durante 2020) he aprendido lo suficiente para saber que hubo cosas que simplemente no hicimos bien y debo asumir la responsabilidad", apuntó.Su disculpa fue recibida con sorna por Keir Starmer, el líder del Partido Laborista -principal grupo opositor- que lo tildó de "espectáculo patético" y consideró "ofensivo" para los británicos que ofreciera como disculpa el argumento de que "no sabía que iba a una fiesta", sino que pensaba que se trataba de "un evento de trabajo"."¿Va a hacer ahora lo correcto y dimitir?", se preguntó el dirigente del Partido Laborista.Starmer acusó a su rival político de haber "engañado" al Parlamento, algo que, según recordó, también supone una violación de las reglas y cuestionó si será el partido conservador o los ciudadanos quienes "vayan a echarlo" del cargo ante las insistentes disculpas de Johnson durante la sesión.Escuche el podcast de Ser campeón viene con manual aquí:
El incendio de un bloque de viviendas sociales en Londres la semana pasada dejó 79 muertos o presumiblemente muertos, anunció la policía este lunes revisando al alza el anterior balance de 58 muertos. "A hora de esta mañana, temo decir que hay ahora 79 personas que creemos que están muertas o desaparecidas, y desgraciadamente tengo que asumir que están muertas", dijo a la prensa el comandante de policía Stuart Cundy. Cundy expresó su esperanza de que algunas de las víctimas estén finalmente vivas, citando algunos casos de personas dadas por desaparecidas que finalmente estaban bien. El incendio en la madrugada del miércoles consumió rápidamente la Torre Grenfel, un edificio de 24 plantas en el barrio londinense de Kensington. Cerca de 600 personas vivían en ese inmueble de 120 apartamentos. "La cifra de 79 podría cambiar", dijo Cundy, previendo nuevos cambios en el balance y recordando las dificultades para identificar los cuerpos "debido a la intensidad del fuego y la devastación". De hecho, sólo cinco cadáveres fueron formalmente identificados. "Es realmente difícil describir la devastación causada por el fuego", aseguró.