Luego de 28 años, los familiares de Germán Eduardo Giraldo Agudelo, asesinado injustamente por miembros de la Policía durante el procedimiento de rescate de la periodista Diana Turbay, recibieron disculpas oficiales por parte del Estado, que reconoció su responsabilidad en el hecho.De acuerdo con las investigaciones, el 25 de enero de 1991, Germán Eduardo fue detenido sin motivos justos y ejecutado extrajudicialmente en zona rural de Copacabana por un grupo de hombres armados que, aunque vestían de civil, usaban brazaletes de autoridades y al parecer pertenecerían al Comando Especial Armado de la Policía Nacional.Convierta a BLU Radio en su fuente de información preferida en Google Noticias.Juanita López, viceministra de Promoción de la Justicia y encargada de transmitir el mensaje del Estado, dijo que no se trata solo es reconocer la responsabilidad en la muerte injusta de Germán sino además la afectación de su buen nombre, honra y dignidad y el de su familia.Le puede interesar: Coronel Hernán Mejía, investigado por falsos positivos, llamado a prestar servicio"Fueron muchos años de estigmatización por los hechos lamentables del secuestro de la periodista Diana Turbay, en los que efectivamente no participó, pero a pesar de eso se siempre llevó ese rótulo tan triste", agregó López.El evento de reconocimiento de la culpa se llevó a cabo en la cancha San Nicolás del barrio Santa Cruz, nororiente de Medellín. Allí estuvo presente también la Policía Metropolitana y los familiares de Germán.Ramón Giraldo, su padre, valoró este acto de perdón que habían esperado durante tantos años. "En su momento se les dijo y se les rogó que los hechos no eran así, pero si no cometeríamos tantas bestialidades no deberíamos estar pidiendo perdón, aunque hoy es bienvenido", puntualizó.Entérese en BLU Antioquia de todas las noticias de la región que son relevantes e importantes, con los hechos que son novedad, llevados a ustedes por un grupo de periodistas, analistas y líderes de opinión.
Durante cerca de seis meses de secuestro, Diana Turbay fue la plagiada más importante del jefe del cartel de Medellín quien buscaba presionar al gobierno de César Gaviria para que tumbara el tratado de extradición con el Gobierno de los Estados Unidos (Lea también: Entregan restos de María Lyda Mondol, otra desaparecida del Palacio de Justicia). El equipo periodístico de Turbay estaba integrado por Azucena Lievano, Richard Becerra, Orlando Acevedo, Juan Vitta y el periodista alemán de la BBC, Hero Buss. Cuando llegaron a la finca de Copacabana, los periodistas preguntaron por “El Cura Pérez” y la respuesta de los hombres de Escobar fue: "No hay ningún cura Pérez, ustedes están en manos de Los Extraditables". El temor en las salas de redacción Como si fuera poco, el capo siguió con la ola de secuestros y se llevó a Francisco Santos en ese entonces jefe de redacción del diario El Tiempo, a Marina Montoya de Pérez y el 7 de noviembre a Maruja Pachón de Villamizar, gerente en su momento de Focine y su cuñada Beatriz Villamizar. El inicio de la década de los 90 se develaba como la más peligrosa para el ejercicio del periodismo, en las salas de redacción había temor, las autoridades estaban en alerta ante una nueva acción de los extraditables (Lea también: Presidente de Banco Mundial dice que la paz en Colombia se logra con el perdón). El Gobierno del presidente Gaviria seguía en sus intentos por negociar para que Escobar se acogiera a la justicia a cambio de rebajas de penas y el compromiso de no enviarlo a una cárcel de los Estados Unidos, el mayor temor del capo. “Prefiero una tumba en Colombia que una cárcel en los Estados Unidos”, era el lema de los extraditables. Sin embargó, el Estado colombiano intentaba no doblegarse a los caprichos de Escobar y ordenaba operativos para rescatar a los secuestrados, mientras éste los liberaba uno a uno, pero teniendo claro que su carta fuerte para la negociación era la periodista Diana Turbay. Frustrado operativo y muerte de Diana Turbay Vestida de campesina, la hija del expresidente de la República, Julio César Turbay quedó gravemente herida en Sabaneta, zona rural de Copacabana, Antioquia, tras recibir un disparo por la espalada que afectó su hígado y riñón izquierdo el 25 de enero de 1991 y que horas después muriera en el hospital General de Medellín (Lea también: El abecé de la Jurisdicción Especial para la Paz). Su muerte se dio en medio de un operativo de rescate del Cuerpo Élite de la Policía que asegura que un sicario del capo le disparó por la espalda, mientras que alias 'Popeye', lugarteniente de Pablo Escobar sostiene, dos décadas después, que la bala que impactó a la periodista era de fusil calibre 7,62 que provenía al parecer de las autoridades. Lo que advirtió doña Nidia Quintero Doña Nidia Quintero afligida y entre sollozos dijo a la prensa colombiana que por todos los medios le pidió al entonces Gobierno de César Gaviria que no rescatara a su hija porque sabía de antemano el peligro que corrían (Lea también: Papa Francisco desea al mundo "un año de paz"). “Hablé con el señor presidente de la República en varias oportunidades en la primera etapa y posteriormente y personalmente en una cita que yo le pedí a él para pedirle que no fuera rescatada (Diana)”, dijo doña Nidia. El perdón María Carolina Hoyos con una profunda tristeza y con lágrimas en sus ojos perdonó a quien fuera uno de los responsables de la muerte de su madre. Hoyos en exclusiva con Noticias Caracol revivió en un cara a cara con John Jairo Velásquez Vásquez alias, ‘Popeye’, aquel 25 de enero de 1991. En esa cita el lugarteniente del capo le contó que los últimos días de cautiverio de Diana Turbay Quintero fue un vehículo para tumbar la extradición para presionar la caída de la extradición y presionar al expresidente Julio Cesar Turbay para que creara el ambiente de la no extradición (Lea también: Corte Constitucional admitió el estudio del plebiscito por la paz). ‘Popeye’ le dijo a Carolina de que la orden de Escobar era que Turbay fuera tratada con respeto, pero que si se caía la extradición la orden era matarla. También le manifestó que las cartas de doña Nidia a Pablo Escobar no le enternecían porque era un tipo muy duro de corazón. “Yo lo perdono y mi hermanito también. Nosotros tomamos la opción del perdón del corazón porque eso fue lo que vimos en el de mis abuelos. Ellos quedaron absolutamente destruidos. Mi abuelo se fue a la tumba de luto”, le dijo Carolina a alias ‘Popeye’.