Un equipo técnico de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) realizó este martes un monitoreo sobre la cuenca media del río Bogotá. El recorrido incluyó diversas zonas críticas de los ríos Bogotá y Soacha, así como la quebrada Tibanica, con el fin de verificar las condiciones de los cauces y los niveles de caudal.Durante el monitoreo, los expertos de la CAR constataron un aumento significativo en el caudal del río Bogotá como resultado de las lluvias recientes, aunque, hasta el momento, no se observó riesgo de desbordamiento en los puntos visitados. Lo mismo ocurrió con el río Soacha y la quebrada Tibanica, que también registraron un leve incremento en sus niveles.A pesar de la situación, la CAR destacó que se han emitido cuatro informes técnicos a lo largo de 2024 sobre el estado de estas fuentes hídricas, los cuales han evidenciado obstrucciones en el cauce de la quebrada Tibanica. En este sentido, la corporación ha recomendado intervenciones para limpiar y despejar estas zonas, con el fin de evitar posibles complicaciones durante la temporada de lluvias.El director de la CAR Soacha, César Augusto Rico Mayorga, señaló que, en años anteriores, la entidad entregó lonas para que el municipio de Soacha construyera bolsacretos en el sector El Charquito del río Bogotá, con el objetivo de mitigar los procesos de socavación.Ante esta situación, la CAR hizo un llamado a las autoridades locales para que adopten las recomendaciones sobre limpieza y mantenimiento de cauces y rondas, como medidas preventivas frente a posibles inundaciones, y reafirmó su compromiso con el seguimiento y la gestión del riesgo hídrico en la región.
Un alentador panorama reportó la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) en su más reciente reporte del nivel de embalses del departamento y que, algunos de estos, suministran de agua a la ciudad de Bogotá.En el último balance del 11 de noviembre se puede apreciar que la mayoría de embalses presentaron una condición ascendente en sus niveles de medición y solo dos se mantuvieron, es decir, ninguno tuvo un descenso gracias a las lluvias que se han presentado en los últimos días en la región andina del país.¿Cuál es el nivel de Chingaza?Uno de los principales embalses que suministran el agua potable a Bogotá es Chingaza, el cual está compuesto de Chuza y San Rafael, que tuvieron un estado ascendente hasta llegar a 38.05 % y 86.62 %, respectivamente.De esta manera, el total sistema de Chingaza está en 49.46 %, pero todavía está lejos de lo esperado por parte de la CAR, pues se estimaba que para esta época estuviera sobre el 70 % por lo que no se debe bajar la guardia en el ahorro de agua. Por eso, el alcalde Carlos Fernando Galán recordó a los ciudadanos que las medidas tomadas desde principio de año han aportado a llegar a este porcentaje."El racionamiento implementado desde abril nos ha permitido ahorrar 26,4 millones de metros cúbicos de agua, es decir que sin esta medida estaríamos hoy en 38,9 % y no en 48 %. Sin duda estas lluvias nos ayudan a alejarnos del 'Día Cero', pero no son suficientes todavía para volver a la normalidad, por lo que debemos mantener las medidas de racionamiento y el esfuerzo para seguir reduciendo el consumo de agua", escribió el mandatario en X el 10 de noviembre.¿Cómo está el embalse del Sisga?El Agregado Norte está conformado por los embalses Neusa, Tominé y Sisga, los cuales presentaron una condición ascendente con niveles de 75.80 %, 48.87 % y 64.02 %, respectivamente.Así las cosas, el Agregado Norte está en 53.54 %.Por otro lado, el Agregado Sur, integrado por Chisacá y Regadera, se mantuvo estable con el nivel de 93.14 %.
Los embalses de Chuza, Sisga y Neusa, vitales para el suministro de agua en Bogotá y sus zonas aledañas, han experimentado una reducción significativa en sus niveles de almacenamiento. Según Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), el fenómeno de La Niña, que normalmente incrementa las precipitaciones, no se consolidó este año, y las lluvias han disminuido un 70 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. Actualmente, embalses como Chuza se encuentran por debajo del 40 % de su capacidad, lo que genera preocupación sobre la posibilidad de un racionamiento de agua antes de finalizar el año."Si esta tendencia continúa, en noviembre estaríamos viendo niveles preocupantes en todos los embalses, especialmente en Chuza, que podría descender por debajo del 30 %, lo que llevaría a un racionamiento de agua", explicó Ballesteros.La falta de lluvias ha afectado principalmente a los embalses que dependen de la cuenca de la Orinoquía. El director de la CAR enfatizó en que, si bien las empresas encargadas del suministro de agua han seguido operando de manera controlada, los pronósticos del Ideam sobre las precipitaciones no han sido precisos, lo que ha dificultado la planificación para enfrentar la escasez de agua.Ballesteros también subrayó la necesidad de que las empresas de servicios públicos y los ciudadanos tomen medidas inmediatas. "Debemos activar los planes de contingencia y fomentar el uso eficiente del agua. No podemos simplemente reducir la demanda; necesitamos trabajar en mejorar la oferta hídrica a largo plazo", afirmó. Entre las soluciones que propone, se encuentran la construcción de nuevos embalses, la perforación de pozos para aguas subterráneas y la restauración de ecosistemas para aumentar la disponibilidad de agua.En cuanto a la posibilidad de construir un nuevo embalse en Chingaza, proyecto que ha sido debatido en el pasado, Ballesteros explicó que, aunque técnicamente es una opción, el problema radica en la falta de precipitaciones para llenar estos embalses. "No serviría de nada construir un nuevo embalse si no hay agua suficiente para llenarlo", concluyó.La CAR convocará una mesa de abastecimiento con el Ministerio de Ambiente, la Gobernación de Cundinamarca y la Alcaldía de Bogotá para discutir soluciones a esta problemática y garantizar la seguridad hídrica de la región en el futuro.
En una reciente entrevista con Mañanas Blu, Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), desmintió rotundamente las acusaciones de que la concesión de agua otorgada a la planta embotelladora de Coca Cola en La Calera esté relacionada con los problemas de abastecimiento de agua en Bogotá. Según Ballesteros, la captación de agua en esa zona no afecta en absoluto el suministro del embalse de San Rafael, principal fuente de abastecimiento de la capital.Ballesteros explicó que la concesión a la Industria Nacional de Gaseosas, titular de la planta embotelladora, fue otorgada en 1983 y ha sido renovada periódicamente según la normativa vigente. Actualmente, la concesión sigue activa, con un vencimiento programado para el 31 de diciembre de este año. Sin embargo, la empresa ha solicitado su renovación, lo que ha generado inquietudes entre los habitantes de La Calera.“Hay una preocupación de la comunidad que no se ha manifestado de manera formal en el trámite administrativo, pero que ya es conocida por la autoridad ambiental”, indicó Ballesteros. La inquietud principal es que esta captación de agua podría poner en riesgo el suministro para las comunidades locales.La verdad sobre la captación de agua en La CaleraBallesteros fue enfático al señalar que los siete manantiales de los cuales se capta el agua para la planta embotelladora no están conectados con el embalse de San Rafael, desmintiendo así los rumores que circulan en redes sociales. “Estos siete manantiales tributan a la quebrada San Lorenzo, que a su vez conduce a la quebrada La Socha, afluente del río Teusacá, pero llega al río Teusacá en el momento en que el río ya ha pasado por el embalse San Rafael. Es decir, que no tienen nada que ver con los temas del racionamiento en Bogotá”, aclaró.La concesión actual permite la captación de 3,23 litros por segundo (l/s), una cantidad significativamente reducida desde la última renovación en 2014, cuando se disminuyó a menos de la mitad de lo permitido anteriormente. Para ponerlo en perspectiva, el consumo de agua de los bogotanos se acerca a los 16 metros cúbicos por segundo (m³/s), por lo que la captación en La Calera representa un porcentaje mínimo en comparación con el total consumido por la capital.Impacto del fenómeno de El Niño y la respuesta de la CAREn cuanto a las quejas de la comunidad sobre la escasez de agua en La Calera, Ballesteros explicó que esto se debe principalmente a los efectos del fenómeno de El Niño, que ha afectado al departamento de Cundinamarca desde octubre del año pasado hasta abril de este año. “Entendemos el derecho que tiene la comunidad de exigir que el agua debe ser primero para ellos”, dijo Ballesteros, quien aseguró que la CAR está realizando un estudio hidrológico para determinar si la renovación de la concesión es viable desde un punto de vista técnico.El director de la CAR también se comprometió a desplazarse personalmente a la zona el 15 de septiembre para dialogar con las comunidades y escuchar sus preocupaciones. “La decisión que se va a tomar será eminentemente técnica. Si el agua solamente alcanza para las comunidades, pues solamente se le otorgará el acceso a las comunidades”, afirmó.El futuro de la concesión a Coca - ColaEn cuanto al futuro de la concesión, Ballesteros destacó que la decisión final se tomará en base a los resultados del estudio hidrológico y tras la realización de una visita técnica programada para finales de octubre. La decisión podría incluir la renovación, modificación o negación de la concesión, dependiendo de si la empresa cumple con las obligaciones y compensaciones ambientales impuestas.Ballesteros también instó a las comunidades a participar activamente en el proceso, constituyéndose como terceros intervinientes para poder aportar elementos técnicos y presentar recursos si lo consideran necesario. “Es un derecho de la ciudadanía”, subrayó.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) impuso una medida preventiva a tres empresas turísticas que operan en los páramos de Sumapaz y Cruz Verde, esta resolución obliga a estas compañías a suspender inmediatamente la promoción y realización de caminatas y senderismo en estas zonas ecológicamente sensibles.Esta entidad destacó que estas actividades se desarrollan en áreas protegidas donde está prohibido el turismo sin un estudio previo de capacidad de carga del sendero, además, los paquetes turísticos que incluyen caminatas y estadías de hasta un día, se ofrecían a un costo de aproximadamente 130 mil pesos por persona.“Es vital que los ciudadanos verifiquen si las empresas están o no autorizadas para operar en estas áreas, los páramos son ecosistemas cruciales para la recarga hídrica, y su protección es una responsabilidad compartida”, afirmó Alfred Ballesteros, director de la entidad.Esta medida, también exige que los operadores turísticos realicen una campaña informativa realicen una campaña informativa para explicar los motivos de la suspensión y resaltar la importancia ambientan en los páramos de Sumapaz y Cruz Verde, fuentes esenciales de agua para Bogotá y sus alrededores.Dicha decisión, implementada por la Dirección Regional Bogotá la Calera, también requiere que los operadores realicen una campaña informativa con la misma amplitud y alcance que utilizaron para promocionar los servicios en donde se expliquen las razones por las cuales las actividades no pueden llevarse a cabo y destacar los valores ambientales de las áreas protegidas.Por último, Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, les pide a las empresas turísticas colaborar en la protección de estos entornos naturales reconociendo así su papel fundamental en la regulación del ciclo hidrológico en el país.
La situación de los embalses de Chuza y Tominé, que abastecen a Bogotá y a varios municipios cercanos, sigue siendo crítica a pesar de las recientes lluvias intensas en la región. Según Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), estos embalses mantienen una tendencia de disminución en sus niveles de agua. Esta disminución se debe a que el volumen de agua que se está extrayendo es mayor que el que está ingresando.Los embalses, que son cuerpos artificiales, dependen del agua proveniente de fuentes naturales como los páramos en la Orinoquía y la cuenca alta del Río Bogotá. Sin embargo, las precipitaciones en estas áreas han sido insuficientes para satisfacer la demanda de agua. Los técnicos de la CAR estiman que, por ejemplo, el embalse de Chuza necesitaría recibir al menos 30 metros cúbicos de agua por segundo, sin extracciones, durante aproximadamente cuatro meses para alcanzar su capacidad máxima.A pesar de las fuertes lluvias recientes, el fenómeno de La Niña aún no se ha activado y las lluvias en la cuenca de la Orinoquía, esencial para alimentar el sistema Chingaza, han sido insuficientes. Esto hace poco probable que los niveles de los embalses se normalicen durante el resto del año.Vea también Especialistas a minsalud: "Hablar de mutilación desinforma sobre cáncer de mama"Ballesteros enfatizó que no será posible alcanzar el objetivo de estabilización del 20% en el sistema Chingaza debido a la falta persistente de lluvias en las áreas críticas para la recarga de los embalses. Además, reiteró la importancia de continuar con el racionamiento del agua y mantener las medidas restrictivas, ya que las lluvias locales en Bogotá y sus alrededores no contribuyen significativamente a la recarga de los embalses.“Claramente no será posible cumplir la meta de 20 % de estabilización en el sistema Chinzaga pues allí persiste la situación de escasez por la ausencia de lluvias en el páramo y subpáramo que es donde deberían presentarse”, subrayó el funcionario.Actualmente, los niveles de agua en los embalses de Neusa, Sisga y Tominé están al 53,18%, mientras que los embalses de Chisacá y La Regadera están al 49,70%. El sistema Chingaza, por su parte, se encuentra en un crítico 16,29%.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), anunció este viernes 29 de marzo, el inicio de las obras del primero de los 5.000 reservorios de aguas lluvias, que entregan con el objetivo de apoyar en la lucha contra el cambio climático en el departamento, durante los próximos cuatro años.“Un reservorio es un depósito donde pretendemos que se acumule el agua en las épocas de invierno para utilizarlo en temporadas de escasas lluvias. Con ello los campesinos del territorio contarán con el recurso hídrico necesario para sus actividades agrícolas y ganaderas”, explicó Alfred Ballesteros, director general de la CAR.Los dueños de los predios en donde se han construido o se limpie alguno de estos reservorios, podrán firmar un acuerdo donde se les ayudará y permitirá sembrar como mínimo 200 árboles nativos, con los cuales los mismos habitantes ayudarán a reverdecer el departamento.Ese proyecto será coordinado a través de las distintas juntas de acción comunal en cada uno de los territorios en donde se construya uno de los reservorios. Sacando que serán los mismos presidentes de las juntas quienes realizarán las convocatorias para las respectivas capacitaciones, y ayudar a seleccionar a los beneficiarios.Para la construcción de este primer reservorio, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), dispuso de máquinas de su propio banco de maquinaria, mismas con las que se espera sean construidos los 5.000 reservorios de agua.“Anunciamos que arrancaríamos este proyecto en la primera semana de abril y hoy estamos cumpliéndole al territorio”, señaló director general de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros.
Un llamado de atención se originó desde el Ministerio Público frente a los procesos pendientes para elegir a por los menos 5 directores regionales de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), donde “persisten prácticas y maniobras con el objetivo de dilatar dichos procesos”, según el ente de control.Esta situación para la Procuraduría genera “preocupación” y “riesgo” a pocas semanas de culminar el plazo de la elección de directores y el inicio de los periodos de los nuevos directores.“La preocupación fue referenciada en reunión por el procurador para Asuntos Ambientales, Gustavo Guerrero, con varios directores integrantes de la Junta Directiva Asocars”, manifestó la entidad.Durante esa reunión, la Procuraduría se ofreció a intervenir mediante un espacio de diálogo entre la CAR y el Gobierno que “permita resolver las fricciones y desacuerdos que ponen en riesgo la estabilidad y fortalecimiento de la Institución del Sistema Nacional Ambiental”.El ente de control confirmó que 25 corporaciones eligieron director y directores generales, de los cuales 12 fueron reelegidos y 5 mujeres fueron escogidas como directoras de la corporaciones.La Procuraduría, mediante la Delegada para Asuntos Ambientales, Minero Energéticos y Agrarios, subrayó que la supervisión y regulación de los procedimientos de designación de los directores de las CAR no concluye con las designaciones. Al contrario, se orientará hacia los procesos de transición entre las administraciones salientes y entrantes de las corporaciones.Le puede interesar:
Alfred Ballesteros, un abogado con experiencia en derecho público y contencioso administrativo, fue elegido como el nuevo director de la Corporación Autónoma Regional (CAR). La decisión, que se tomó con 11 votos a favor.El perfil de Alfred BallesterosAlfred Ballesteros es un abogado con formación académica y con trayectoria en roles de asesoramiento, consultoría y dirección de entidades gubernamentales.Su experiencia, según su hoja de vida, abarca no solo la gerencia pública, sino también un liderazgo estratégico en la planeación y ejecución de proyectos y políticas ambientales, siempre bajo los principios de sostenibilidad, pertinencia, idoneidad y viabilidad en aspectos sociales, técnicos, jurídicos, administrativos y contractuales.La carrera de Ballesteros en el ámbito laboral se destaca por su servicio en varias instituciones gubernamentales, incluyendo Corpoguavio, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, el Ministerio de Trabajo, la Personería de Bogotá, la Región Administrativa y de Planeación Especial RAP-E, el Senado de la República, la Procuraduría General de la Nación y la Alcaldía de Bogotá.
Ante el mal estado de la calidad de aire en Bogotá y la región, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) declaró el estado de alerta en el municipio de Soacha y de prevención en el sector de El Mochuelo, zona rural de Bogotá que está ubicada en el oriente de la ciudad.La CAR anunció las siguientes restricciones a fuentes móviles, como medida de prevención para para mejorar la calidad del aire: en el caso del transporte de carga, en El Mochuelo, se tendrá restricción para circular de lunes a viernes entre las 5:00 y las 11:00 de la mañana, y entre las 4:00 de la tarde y las 10:00 de la noche. La medida regirá para modelos anteriores a 10 años, es decir 2012 y anteriores, mientras que en Soacha será el mismo horario, pero para modelos anteriores a cinco años.Situación similar para los vehículos diésel particulares: no podrán circular entre las 6:00 y 9:00 de la noche, con rotación de placa par e impar. La medida regirá en El Mochuelo para vehículos cuya antigüedad sea de más de 10 años, en Soacha será de cinco años.“Se observan que las condiciones de la atmósfera muestran vientos provenientes del occidente en niveles altos. Para el día 26 se presentan inversiones térmicas en diferentes niveles de la atmósfera, que generan acumulación de material particulado entre capas atmosféricas, lo que a su vez ocasiona altos niveles de concentración de material particulado en suspensión”, explicó Richard Giovanny Villamil, director de Recursos Naturales de la CAR Cundinamarca.La entidad aclaró que no se restringirá la operación de vehículos eléctricos, híbridos y de cero emisiones, y que además habrá excepciones al transporte de carga de alimentos, animales vivos, entre otros, en estas zonas. También estarán exceptos de la restricción la caravana Presidencial, los vehículos de servicio diplomático, las carrozas fúnebres, los vehículos del Estado, los automotores de emergencia o de personas en condición de discapacidad.Las medidas comienzan a regir este lunes, 27 de febrero, y se mantendrán indefinidamente, por el tiempo que, según la autoridad ambiental, considera que sea necesario.