Este lunes, 20 de agosto, el alcalde Carlos Fernando Galán anunció el funcionamiento del nuevo modelo del programa Bogotá Sin Hambre 2.0, cuyo objetivo es reducir a la mitad la población que sufre hambre en la ciudad.“Bogotá tendrá 50 nuevos comedores comunitarios y 30 nuevos comedores escolares. Aumentaremos en un 6 % las personas en servicios con componente alimentario, alcanzando 982.00 beneficiarios y garantizaremos la alimentación de todos los estudiantes de Bogotá a través del PAE, sirviendo 909.000 raciones diarias. Además, incrementaremos el valor de las transferencias a 37.000 hogares en pobreza extrema, de $384.000 a $505.000”, declaró el alcalde Galán.El mandatario local resaltó que esta administración invertirá un total de 4.6 billones de pesos para erradicar el hambre. “Somos conscientes de que no es con discursos vacíos, sino con mayor crecimiento económico y programas serios y sin improvisación que se combate el hambre”, añadió.“La inseguridad alimentaria grave no es igual en toda la ciudad y se concentra en localidades como Usme, Santa Fe, Bosa y Tunjuelito, lo que nos pone en alerta y motiva a pensar en la estrategia de Bogotá Sin Hambre en el nuevo plan de desarrollo”, aseguró el secretario de Integración Social, Roberto Angulo, basándose en datos de la Encuesta de Calidad de Vida de 2022.En medio de una ciudad que concentra el 34,9 % del abastecimiento de alimentos a nivel nacional, el hecho de que un cuarto de la población viva en inseguridad alimentaria moderada o grave resalta la urgencia de este programa. Galán destacó que la meta para 2027 es reducir a la mitad el índice de inseguridad alimentaria grave, pasando del 4,2 % al 2,2 %.El programa Bogotá Sin Hambre 2.0 se enfoca en mejorar tanto la oferta como la demanda de alimentos. Para incentivar la oferta, se generarán 35,000 espacios de comercialización con mercados campesinos, un aumento del 12 % respecto a la administración anterior. Además, se fortalecerá a 5,000 actores del sistema de abastecimiento y se intervendrán 17 plazas de mercado distritales.En cuanto a la demanda, se implementarán 50 nuevos comedores comunitarios, incrementando los beneficiarios de 77,000 a 109,000. Además, se rediseñarán los programas de transferencias, aumentando el valor promedio de $384,000 a $505,000 para los hogares en pobreza extrema.Otro componente clave es la implementación de una estrategia que incluya al sector privado y organizaciones comunitarias, superando el simple enfoque en donaciones para desarrollar modelos operativos en cada canal. Esto permitirá ampliar el alcance del programa y asegurar la sostenibilidad de los esfuerzos.El programa también garantiza la alimentación saludable al 100 % de los estudiantes de colegios públicos, con 909,000 raciones diarias. Además, se aumentará al 55 % el porcentaje de raciones calientes y se construirán 30 nuevos comedores escolares, alcanzando un total de 242 en toda la ciudad.
En diálogo con Néstor Morales en Mañanas Blu, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, expresó su rechazo a la iniciativa del Departamento para la Prosperidad Social (DPS) que busca establecer comedores comunitarios en diferentes municipios y ciudades del país, incluida la capital.Galán argumentó que la lucha contra el hambre en Bogotá requiere políticas más efectivas y sostenibles, y que la propuesta del Gobierno Nacional no se ajusta a las necesidades específicas de la ciudad.Galán y su controversia con Prosperidad SocialLa propuesta del DPS consiste en que los municipios ofrezcan predios para la construcción de comedores comunitarios mediante estructuras prefabricadas. Sin embargo, el alcalde Galán se ha mostrado crítico frente a esta iniciativa. Dijo que Bogotá ya tiene una trayectoria en la lucha contra el hambre que debe ser respetada y fortalecida, en lugar de ser reemplazada por soluciones "improvisadas".Un modelo de lucha contra el hambre: Bogotá sin hambre 2.0Galán destacó que su administración está comprometida con expandir y mejorar el sistema de comedores comunitarios existente en la ciudad. Según el alcalde, Bogotá aumentará de 115 a 165 comedores comunitarios, con una inversión significativa de $46 billones en programas como el Plan de Alimentación Escolar (PAE) y otros esfuerzos de integración social.“Nuestra apuesta es reducir a la mitad la población que tiene inseguridad alimentaria grave en estos tres años y medio”, explicó el alcalde, quien enfatizó que el enfoque de su administración es crear una infraestructura alimentaria robusta y bien organizada que responda a las necesidades de la población más vulnerable.El alcalde expresó su desacuerdo con la propuesta del Gobierno Nacional de establecer comedores comunitarios en predios postulados por los municipios, argumentando que esta estrategia no garantiza la sostenibilidad ni la eficiencia necesarias para enfrentar el problema del hambre en Bogotá.“El hambre no se enfrenta con improvisación, con discursos, con ideologías, se enfrenta con proyectos efectivos, eficientes, que le lleguen a la población que se requiere, que funcionen”, afirmó Galán, destacando que su administración no postuló predios para el proyecto del DPS precisamente porque considera que la solución propuesta no es adecuada para las necesidades de Bogotá.A pesar de su rechazo a la propuesta del DPS, Galán extendió una invitación al Gobierno Nacional para que se sume al esfuerzo local, apoyando las iniciativas ya en marcha en la capital. “Si se suman y nos apoyan, podemos tener mejores resultados”, señaló el alcalde, quien además criticó la falta de comunicación con el director del DPS, Gustavo Bolívar, respecto a este tema.“Lo invito a que en lugar de estar atacando el metro, que va bien, que va a salir adelante, que se va a terminar, que va a funcionar, nos sentemos a lo que es la responsabilidad de él en términos de lucha contra el hambre, y busquemos cómo articular lo que Bogotá está haciendo, lo que va a hacer, con lo que quiere hacer la nación”, concluyó Galán.El reto de la inseguridad alimentaria en BogotáBogotá enfrenta un desafío significativo en términos de inseguridad alimentaria, exacerbado por la llegada constante de migrantes y víctimas del conflicto armado. Según el alcalde, actualmente están llegando a la ciudad entre 8,000 y 10,000 víctimas al mes, lo que aumenta la presión sobre los servicios sociales, incluida la alimentación.En respuesta a esta situación, Galán enfatizó la importancia de focalizar los esfuerzos en las zonas de mayor necesidad, utilizando criterios basados en estudios de Integración Social y otras herramientas como el Sisben.