En el Amazonas colombiano hay alegría. La comunidad de La Chorrera celebró su aniversario número 34 de la entrega del resguardo predio Putumayo que sirve a la comunidad de los pueblos Okaina, Bora, Muinane y Huitoto Muneca.Durante la celebración, que duró tres días, hizo presencia el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNHM, entidad que conoció de primera mano las vivencias de estas comunidades que se unieron con muestras tradicionales y gastronómicas.De acuerdo con Darío Acevedo Carmona, director de la mencionada entidad, esta celebración se realiza cada 23 de abril y es un espacio en que se celebra la vida.“Esta celebración acompañada por nuestra entidad, espera fortalecer el plan de vida y de abundancia de los hijos de La Chorrera, en los procesos de memoria y gobernabilidad de los 4 pueblos que conforman esta área no municipalizada del país”, puntualizó Acevedo Carmona.Al evento asistieron más de 500 personas de distintas comunidades de las etnias circundantes a La Chorrera, también se sumó la presencia de uno de los abuelos de la comunidad, el Mayor Reinaldo Giagrekudo Pacaya.“Gracias a este centro podemos revivir el espíritu de lucha de los pioneros que se entregaron al sueño de recuperar nuestro territorio, para mantener la autonomía de nuestra cultura”, precisó Giagrekudo.Por otra parte, la líder Gladys Angulo, encargada de los proceso de enfoque étnico del equipo de la dirección de Construcción de Memoria Histórica del CNMH, expresó sobre la jornada que “el balance es bastante positivo”.“El desarrollo de estas actividades permiten contemplar la memoria viva de los pueblos, con su gastronomía, los bailes tradicionales y la pervivencia de las cuatro lenguas de los pueblos Bora, Ocaina, Muinane y Uitoto”, indicó la funcionaria.Cabe resaltar que a esta celebración también se sumaron los estudiantes del Colegio Casa del Conocimiento, cuyos bailes nativos fueron organizados por el rector Edwin Teteye.“Tenemos un compromiso con nuestra historia, debemos seguir trabajando en la administración de nuestro territorio y por eso debemos seguir formando a la juventud, sin el territorio no hay vida”, precisó el rector.Unido a ello, la muestra gastronómica estuvo a cargo de mujeres provenientes de distintos asentamientos de la comunidad centro, distribuidos en el territorio; platos con variedades de chontaduros, nuez del Brasil, marañón y aguacates, entre otros productos cosechables.También en esta muestra hubo productos derivados de la caza y la recolección, como el armadillo, la boruga, la danta, el mico y la piraña e insectos como el mojojoi.Finalmente, desde el Centro Nacional de Memoria Histórica precisaron que se seguirá trabajando en el acompañamiento a las comunidades de La Chorrera en el departamento del Amazonas.Afirmaron que lo harán con medidas de reparación y entrega de herramientas para la preservación de la autonomía y la pervivencia de las distintas culturas que aún subsisten en las más de 6 millones de hectáreas del predio Putumayo, donde conviven más de 25 cabildos y una población aproximada a los 4.000 habitantes.Escuche más de los podcast de BLU Radio:
Jaramillo hace parte del grupo de humedales que se encargó de la publicación Colombia Anfibia, trabajo que explica por qué Colombia es llamado un país anfibio. Sobre los humedales, Jaramillo indicó que cualquier obra o proyecto que se pretenda adelantar en sus inmediaciones, debe respetar el ecosistema, sin querer decir que deba suspenderse, esto con el fin de poder evitar tragedias o catástrofes naturales. “Por supuesto una gran cantidad de comunidades viven adaptadas a ese territorio de agua, lo que necesitamos son herramientas basadas en investigaciones serias que permitan entender cuando se van a dar esos pulsos, cuando se inundan o no”, dijo Jaramillo. Así mismo, indicó que necesario tener en cuenta la capacidad de inundación de los humedales y cómo ellos reaccionan ante la sequía, ya que muchas construcciones desconocen estos factores y terminan afectando la naturaleza, la comunidad y el entorno. “Hay que reconocer que cualquier emprendimiento que se de en esas áreas esté preparado para la sequía o para las inundaciones (…) Que respeta las dinámicas naturales del humedal para no causar un desastre por cualquier emprendimiento que se haga. Por su parte Carlos Flórez miembro del grupo de trabajo de Colombia Anfibia, resaltó la importancia de estos ecosistemas para afrontar la sequía o diferentes fenómenos naturales tan frecuentes hoy en día. “En la medida que conozcamos estas áreas y sepamos cómo se pueden integrar a la sociedad podrán permitirnos enfrentar eventos como la sequía o fenómenos como del de El Niño y la Niña”, dijo Flórez. Así mismo, Carlos Sarmiento, coordinador del proyecto de páramos y humedales, indicó que son muchas las personas involucradas en este trabajo y que gracias al apoyo brindo es que hoy por hoy son más los “dolientes” de la naturaleza en el país. Así mismo señaló que con este impreso, lo que se busca es ampliar la base de conocimiento sobre los humedales y nivelar todo lo que se sabe de ellos”.