El proceso de selección de residentes en la Universidad Javeriana ha sido motivo de escrutinio y debate, especialmente a raíz del trágico caso de Catalina Gutiérrez, una médica que se quitó la vida. Al respecto, Carlos Gómez Restrepo, decano de la Facultad de Medicina, habló con Néstor Morales en Mañanas Blu y explicó como es el proceso de selección de los residentes.Gómez Restrepo explicó que la selección es un proceso meticuloso que se realiza una o dos veces al año, dependiendo de la especialidad."Se tienen dos exámenes: uno de medicina general y otro que abarca investigación y cultura general", detalló el decano. Tras esta primera fase, añadió, los aspirantes pasan a evaluaciones específicas de cada departamento, que incluyen pruebas de habilidades técnicas y psicológicas. Este proceso, según dijo, garantiza que los futuros residentes no solo tengan el conocimiento técnico necesario, sino que también cuenten con las habilidades psicológicas y emocionales adecuadas para enfrentar las demandas de su formación.Una vez admitidos, los residentes participan en una semana de inducción que busca integrarlos a la universidad y proporcionarles las herramientas necesarias para su desarrollo académico y personal."En esta inducción se abordan temas de bienestar, comportamiento solidario y trato humano, que son pilares fundamentales de nuestra universidad", subrayó el decano. Además, se les informa sobre los recursos disponibles para apoyar su salud mental y emocional, incluyendo servicios de asesoría y programas de bienestar.La carga horaria y laboral para resientes de la JaverianaUno de los temas más controvertidos es la carga horaria de los residentes. La ley de residentes, que establece un máximo de 66 horas semanales, ha sido un avance significativo, pero aún existen desafíos en su implementación, según el decano."Antes de la ley, los residentes podían trabajar hasta 88 horas semanales. Ahora, aunque la normativa ha mejorado la situación, seguimos enfrentando situaciones excepcionales que requieren ajustes", explicó Gómez Restrepo.El decano también mencionó que, a pesar de la ley, en la práctica los residentes a veces deben trabajar más horas debido a la naturaleza impredecible de la medicina."Por ejemplo, si un cirujano está en medio de una operación compleja, no puede simplemente abandonar la sala al cumplir su horario. Estas son situaciones en las que la flexibilidad es necesaria", agregó.El impacto de la pandemiaLa pandemia de COVID-19 ha exacerbado la presión sobre los residentes y el personal médico. "Durante la pandemia, todos tuvimos que trabajar más, y eso afectó tanto a los médicos como a los residentes. Esto ha sido un recordatorio de la necesidad de revisar y ajustar nuestros programas," mencionó el decano,“El maltrato en la Universidad Javeriana no es bien visto”De acuerdo con el decano, en la Javeriana se han implementado diversas estrategias para abordar el maltrato y han implementado diversos mecanismos para implementarlo."No es bien visto el maltrato. Hemos emprendido numerosas acciones para prevenirlo, incluyendo la incorporación de médicos hospitalarios y programas de apoyo psicológico", puntualizó.Entre las medidas específicas, se destacan la creación de comités de bienestar, la implementación de talleres de manejo del estrés y la promoción de un entorno donde los estudiantes se sientan seguros para reportar cualquier incidente de maltrato sin temor a represalias."Desde hace más de ocho años, hemos venido trabajando en campañas y programas para fomentar un ambiente saludable y respetuoso", señaló el decano.El caso de Catalina Gutiérrez ha puesto en evidencia la complejidad de los problemas de salud mental entre los residentes."El suicidio es multifactorial y extremadamente difícil de predecir. Hemos estado trabajando en la prevención y el bienestar de nuestros estudiantes por más de cinco años. Las personas que deciden este tipo de conductas lo hacen por muchos motivos y por una historia personal compleja. Por eso, es crucial abordar el bienestar de los residentes desde múltiples ángulos," explicó Gómez.
Cientos de médicos y estudiantes de medicina se juntaron este lunes en Bogotá para expresar su solidaridad con una colega residente de cirugía general Catalina Gutiérrez Zuluaga, que se quitó la vida, al parecer agobiada por la carga laboral y las humillaciones de sus superiores en la Javeriana.A las seis de la tarde la transitada plazoleta de la Universidad Javeriana se sumió en un silencio estremecedor cuando la noche empezaba a caer, iluminada por la luz de las velas encendidas en memoria de la joven médica, residente de primer año en el hospital San Ignacio, que hace parte de ese centro de estudios.En diálogo con Mañanas Blu, con Néstor Morales, el padre Luis Múnera, rector de la Universidad Javeriana, habló sobre el caso que desató una polémica en el país, donde estudiantes y médicos denunciaron en las redes sociales los abusos y ofensas de que son víctimas como residentes de medicina en la Javeriana y otras universidades.Múnera mencionó que la familia de Catalina ha pedido prudencia en cuanto a revelar detalles personales de la situación. En ese sentido, reveló que se han realizado reuniones con los familiares de Catalina, así como con los profesores y residentes de la universidad. El padre señaló que también se han recogido quejas concretas de los residentes sobre las condiciones de trabajo y las dificultades con algunos profesores. El padre, además, reconoció la necesidad de mejorar muchas cosas, y menciona que la universidad está trabajando en un plan que aborda las cargas de trabajo y las exigencias de los residentes. "Esto nos llama a profundizar en las estrategias que tenemos. Esto nos llama a profundizar, como le digo en la transformación de esa cultura que no es nuestra cultura, no es lo que queremos", dijo. Dese la Universidad Javeriana iniciaron una investigación en respuesta a las quejas concretas de los residentes sobre situaciones difíciles con algunos profesores. En cuanto al ambiente en las reuniones, el padre Múnera describió que fueron duras y difíciles debido al profundo dolor que se experimenta. Finalmente, contó que se está llevando a cabo un estudio en colaboración con el Instituto de Salud Pública para obtener una línea de base sobre las violencias y discriminaciones en la universidad, esto con el fin de profundizar en las acciones correspondientes. Escuche aquí la entrevista:
En la noche de este lunes, 22 de julio, se realizó una velatón en honor a la médica Catalina Gutiérrez Zuluaga, que realizaba su primer año de posgrado como residente de cirugía general en la Universidad Javeriana de Bogotá.En la plazoleta de la Universidad Javeriana se reunieron decenas de personas y prendieron una vela para recordar la memoria de la médica residente, quien se quitó la vida en medio de un presunto caso de acoso laboral.En videos quedó registrado cómo médicos, estudiantes de la institución universitaria y allegados a Catalina Gutiérrez se unieron para alzar una voz de protesta y también para que se abra el debate sobre el trato a los residentes en el país.Vale recordar que Gutiérrez, antes de quitarse la vida, dejó una nota en donde enviaba un mensaje a los residentes y la firmaba al final con las iniciales de su nombre."A todos los residentes, gracias. De cada uno me llevo muchas enseñanzas. Siempre los llevaré en mi corazón. Ustedes pueden. Ánimo. CGZ", dice una nota dejada por la joven médica.Luego de la muerte de la médica se conocieron varios testimonios de residentes que afirmaron haber sido víctimas de malos tratos e, incluso, que eran "castigados" con más turnos que podrían llegar a jornadas de 20 horas.¿Qué dice la Universidad Javeriana por muerte de residente?La Universidad Javeriana publicó comunicado que afirmó que "revisará e indagará sobre la existencia de situaciones que no estén en línea" con el modo de proceder. Añadió que tomarán las medidas pertinentes para proteger a su comunidad estudiantil."Es un acontecimiento muy duro para nuestra comunidad educativa, que nos llama a reflexionar profundamente, y con humildad, sobre la cultura y los modos de proceder en la formación de nuestros médicos especialistas", agregó la institución universitaria.Asimismo, mencionaron que como la formación de medicina, implica "mucho estrés y presión", realizarán reuniones con los profesores, así como la creación de "espacios de diálogo" con los médicos residentes "para establecer la mejor línea de acción".
El pasado 19 de julio se conoció la muerte de Catalina Gutiérrez Zuluaga, una joven residente de cirugía de la Universidad Javeriana, quien dejó una carta en agradecimiento a sus compañeros, pero que a la vez expuso una preocupante situación de maltrato a la que están expuestos los estudiantes dentro de las instalaciones del hospital.Este caso generó gran consternación en el gremio de la medicina, pues ante este lamentable hecho, muchos doctores denunciaron lo que vivieron durante su proceso de aprendizaje.Uno de ellos es el doctor Carlos Jaramillo, quien, a través de su cuenta de Instagram, realizó un directo en el que expuso que durante su residencia como cirujano en esa universidad también fue víctima de maltrato psicológico por parte de sus superiores, a tal punto que el director de psiquiatría lo diagnosticó con depresión mayor y tuvo que abandonar su sueño.Jaramillo relató que cuando decidió ingresar a la residencia de cirugía, algunos de sus compañeros le indicaron que tenía que prepararse, pues según ellos, ese proceso requería mucho "aguante". El doctor detalló que cuando entró a la institución tenía 24 años, por lo que toda la situación de maltrato que vivió ocurrió aproximadamente en 2009.Durante el video, el doctor indicó que el maltrato no solo proviene de los residentes más avanzados, sino también de algunos profesores, quienes hacen quedar mal a los estudiantes frente a los pacientes y, en el caso de las mujeres, constantemente les hacen “chistes sexuales”.Alcaldía de Bogotá investiga la muerta de residente de medicinaCuando Jaramillo fue diagnosticado con depresión por los constantes abusos a los que fue sometido tuvo que abandonar su sueño. El maltrato llegó a tal punto que uno de los profesores de la residencia le dijo, delante de sus compañeros, que si ya se había tomado las pastillas, para que no estuviera "tristecito durante el día".A pesar de que el padre del doctor intentó denunciar a las personas que le estaban haciendo la vida imposible a su hijo, este le pidió que no lo hiciera por miedo a lo que pudieran hacerle para que perdiera la residencia. Sin embargo, a pesar de que el padre intentó detener la situación hablando, los doctores, según detalló Jaramillo, se desquitaron con él durante el examen oral.Vea el video completo acá:
La muerte de la médica residente Catalina Gutiérrez, de la Universidad Javeriana, encendió una alarma sobre el trato que reciben los médicos residentes en Colombia. Gutiérrez, quien cursaba su primer año de residencia en cirugía general, se quitó quitado la vida el pasado 17 de julio, en medio de un presunto acoso y maltrato por parte de sus profesores. La Universidad Javeriana emitió un comunicado en el que lamenta la muerte de Gutiérrez y expresa sus condolencias a su familia, amigos y compañeros."Durante la semana que inicia, se adelantarán reuniones con profesores y espacios de diálogo con residentes de diferentes especialidades para establecer la mejor ruta de acción", señaló la institución.Denuncias de maltrato en el sector saludLa presidenta de la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR), la doctora Cindy Viviana Rodríguez, ha sido una de las voces más activas en denunciar la situación de maltrato que viven muchos residentes en Colombia. Según dijo Rodríguez en Mañanas Blu, con Néstor Morales, el caso de Catalina Gutiérrez ha sido "el Florero de Llorente" que ha motivado a otros médicos a expresar sus propias experiencias de abuso."Hemos recibido casos muy crueles y alarmantes", comentó Rodríguez, quien mencionó que en solo dos días la ANIR ha recibido más de 20 denuncias de diferentes ciudades del país. Cultura de abuso y acosoRodríguez señaló que el problema del maltrato hacia los residentes es una cuestión cultural que se ha perpetuado en el tiempo.Esta mentalidad, según Rodríguez, es la que ha llevado a situaciones de abuso que incluyen desde insultos y empujones hasta la negación de derechos básicos, como el de descansar adecuadamente o recibir un trato humano.Entre los testimonios recibidos por la ANIR, uno de los más conmovedores fue el de una residente embarazada a quien se le impidió dirigirse al área de partos hasta finalizar su turno, a pesar de haber iniciado su trabajo de parto. "Esto no debería suceder. Nunca estuvo bien tener cinco días seguidos de turno sin dormir, es un riesgo para uno y para los pacientes", afirmó Rodríguez, destacando la gravedad de la situación. Denuncias y represaliasUno de los principales obstáculos para que los residentes denuncien es el miedo a las represalias. Rodríguez compartió su propia experiencia, donde al testificar en un caso de maltrato, ella misma fue castigada al no permitirle realizar procedimientos ni historias clínicas durante un mes de rotación."El miedo a represalias es muy real. Los docentes pueden burlarse, poner más trabajo o impedir prácticas necesarias para nuestra formación", añadió. Ante esta situación, la representante de ANIR exigió una acción conjunta del Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud para establecer una ruta clara que proteja a los residentes."Es necesario contratar más personal asistencial y que nuestro papel se enfoque más en lo académico que en lo asistencial", propuso Rodríguez, sugiriendo que la solución pasa por un cambio estructural que permita a los residentes formarse sin ser explotados.El estrés y la presión a la que están sometidos los residentes tiene graves consecuencias en su salud mental. Estudios recientes indican que hasta un 40% de los residentes sufren de burnout o síndrome del quemado, y un porcentaje significativo está medicado por trastornos de ansiedad y depresión. "La nueva generación está más consciente de la importancia de la salud mental y del bienestar integral, y no queremos seguir perpetuando este ciclo de abuso", concluyó Rodríguez.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, manifestó su solidaridad frente al caso de la estudiante de cirugía general de la Universidad Javeriana que se habría quitado la vida a consecuencia de los malos tratos que estaría recibiendo en su residencia médica de cirugía Interna en el Hospital San Ignacio de esa institución.El mandatario indicó que la Secretaría de Salud se encuentra adelantando investigaciones para determinar si existe alguna acción que el Distrito pueda ejecutar.“Nosotros somos consientes que después de la pandemia los problemas de salud mental se incrementaron y por eso estamos trabajando en fortalecer los programas de apoyo”, señaló el alcalde Galán.La Pontificia Universidad Javeriana, institución universitaria en la que la joven estaba matriculada, lamentó a través de las redes sociales lo sucedido.Catalina Gutiérrez dejó una carta a sus familiares y compañeros donde se despedía y les manifestaba su apoyo para lograr terminar la residencia médica.
El pasado 17 de julio, al parecer, la médica residente de cirugía de la Universidad Javeriana Catalina Gutiérrez Zuluaga se habría quitado la vida, en un presunto caso de acoso y maltrato por parte de sus profesores.La Universidad Javeriana se pronunció lamentando esta noticia y enviándole sus condolencias a la familia, amigos y compañeros de Catalina Gutiérrez, resaltan que ya han desarrollado algunas acciones para acompañar a los seres queridos de esta médica residente, resaltando que han desarrollado varias estrategias en este sentido lo que son conscientes de que estas se deben fortalecer para garantizar el cuidado de toda la comunidad educativa.“Durante la semana que inicia, se adelantarán reuniones con profesores, espacios de diálogo con residentes de diferentes especialidades y se acompañará dicho proceso amplio de conversación con el apoyo de la vicerrectoría, para establecer la mejor ruta de acción. La Universidad revisará e indagará sobre la existencia de situaciones que no estén en línea con nuestro modo de proceder y tomará las medidas que sean necesarias para garantizar el bienestar de la comunidad Javeriana”, señaló la Universidad por medio de un comunicado.Un hecho que ha causado una ola de críticas e indignación en torno a las condiciones de trabajo en el ámbito médico por parte de esta institución educativa, haciendo que múltiples asociaciones médicas verán que se investigará este caso, y se esclareciera cuáles fueron las causas que rodean la muerte de la residente Gutiérrez, afirmando que el mal rato no es un hecho aislado por lo que exigen a las autoridades tomar medidas efectivas con el fin de prevenir futuros casos similares.
En un evento que ha sacudido a la comunidad médica, Catalina Gutiérrez Zuluaga, una médica residente del Hospital San Ignacio vinculada a la Universidad Javeriana de Bogotá, se habría quitado la vida por presiones en su trabajo. Este suceso desencadenó una ola de indignación en torno a las condiciones de formación y trabajo en el ámbito médico.El hecho generó la reacción de La Asociación Nacional de Internos y Residentes y la Asociación de Sociedades Científicas de Estudiantes de Medicina que han instado a una investigación exhaustiva sobre las circunstancias que rodearon su muerte. Y denuncian que el maltrato no es un hecho aislado, sino que lamentablemente parece ser una dinámica persistente en las aulas médicas del país. Exigieron a las autoridades académicas y gubernamentales abordar estos problemas y tomar medidas efectivas para prevenir futuros casos similares.La Federación Médica Colombiana, por su parte, reflexionó sobre las presiones inherentes a la educación médica, que incluyen la exigencia de perfección y el miedo al error, factores que pueden intensificar situaciones de abuso y acoso. Han destacado la necesidad urgente de reformar la estructura de formación médica para promover un ambiente más humano y ético, que proteja la salud mental y el bienestar de los futuros médicos.También reaccionó la Universidad de Antioquia, específicamente la facultad de medicina, donde por medio de un comunicado señalaron que “Invitamos a la sociedad en general a unirnos en un mensaje de solidaridad por este hecho y por la labor de la misión médica en el día a día. El bienestar de quienes acompañan la vida de otros es una premisa ineludible por la que debemos insistir desde todas las esferas sociales, como también el rechazo a cualquier acción que vaya en contravía de eso.”Las reacciones no se han limitado a estos grupos, sino que involucraron a toda la comunidad médica y académica del país. En conjunto, han dirigido un llamado directo a la Universidad Javeriana para que tome medidas concretas frente a las denuncias de maltrato y asegure un entorno seguro y respetuoso para todos los residentes médicos.