El panorama en el Ártico es cada vez más preocupante. Según un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, el Ártico podría quedar completamente libre de hielo durante el verano tan pronto como en 2027. Este hallazgo, respaldado por más de 300 simulaciones por ordenador, recalca la urgencia de actuar frente al cambio climático.Resultados alarmantes: ¿ué está ocurriendo en el Ártico?El equipo internacional de investigadores, liderado por las climatólogas Alexandra Jahn (Universidad de Colorado) y Céline Heuzé (Universidad de Gotemburgo), descubrió que los patrones extremos de calentamiento podrían acelerar la desaparición del hielo marino. Fenómenos como otoños cálidos, seguidos de inviernos y primaveras templados, están debilitando la capacidad del Ártico para regenerar su hielo marino.En condiciones normales, el Ártico experimenta un ciclo de deshielo durante el verano y regeneración en invierno. Sin embargo, el calentamiento global ha roto este equilibrio natural. La investigación concluye que, incluso si se lograra reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el Ártico podría vivir su primer día sin hielo en menos de una década.Consecuencias de un Ártico azulEl impacto de un Ártico sin hielo será global. La desaparición del hielo marino alterará los patrones climáticos y los ecosistemas de formas impredecibles. Algunos de los efectos más preocupantes incluyen:Alteración de los patrones meteorológicos: Los cambios en la cobertura de hielo afectan directamente las corrientes de aire y los patrones de lluvia en todo el mundo.Aceleración del calentamiento global: El hielo actúa como un reflector natural del calor solar. Sin él, el Océano Ártico absorberá más calor, amplificando el calentamiento global.Amenaza a los ecosistemas árticos: Especies como los osos polares y las focas dependen del hielo marino para sobrevivir.¿Qué podemos hacer para mitigar el deshielo?Aunque el panorama es sombrío, aún hay esperanza. Reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero podría retrasar el deshielo y mitigar sus consecuencias. Algunos pasos clave incluyen:Transición a energías renovables: Sustituir los combustibles fósiles por energías limpias como la solar y la eólica.Protección de los ecosistemas árticos: Crear áreas protegidas para garantizar la supervivencia de las especies más vulnerables.Concienciación y acción global: La colaboración internacional es crucial para implementar políticas climáticas más ambiciosas.Datos clave sobre el deshielo del ÁrticoDesde 1979, el Ártico ha perdido más del 12% de su hielo marino cada década.En septiembre de 2023, la cobertura de hielo marino alcanzó uno de sus mínimos históricos, con solo 4,28 millones de kilómetros cuadrados.Los científicos consideran que el Ártico está "libre de hielo" cuando su cobertura se reduce a menos de 1 millón de kilómetros cuadrados.
El informe Planeta Vivo 2024 presenta un panorama alarmante sobre la biodiversidad del planeta, revelando que se ha perdido un impresionante 85 % en ecosistemas de agua dulce, un 69 % en animales terrestres y un 56 % en especies marinas. Estos datos, contundentes y preocupantes, destacan la profunda crisis ecológica que enfrentamos, donde la pérdida de hábitats se identifica como la principal amenaza. Este fenómeno es impulsado por diversos factores, entre los que destacan el sistema alimentario insostenible, la sobreexplotación de recursos naturales y el cambio climático, que están afectando de manera severa a América Latina y el Caribe.Carlos Mauricio Herrera, director de Gobernanza de WWF, enfatiza que, a pesar de los compromisos globales establecidos para controlar el cambio climático y preservar la biodiversidad, los resultados hasta la fecha son desalentadores. "Los objetivos propuestos no se están cumpliendo", señala. En relación con el calentamiento global, las proyecciones actuales sugieren que la temperatura media del planeta podría aumentar hasta tres grados para 2030, un escenario catastrófico que, de no ser abordado, tendrá consecuencias devastadoras para los ecosistemas y el bienestar humano.Herrera dice que, aunque se han generado compromisos para limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grados, los análisis de las contribuciones y metas de los países apuntan hacia un escenario mucho más sombrío. La comunidad internacional debe evaluar urgentemente estos impactos potenciales, ya que las proyecciones actuales no han tenido en cuenta los efectos en el comportamiento de la naturaleza y las implicaciones para la vida humana.Ante esta crítica situación, el viceministro de Ambiente, Mauricio Cabrera Leal, presentó las estrategias que se implementarán en la próxima COP16 para restaurar la biodiversidad. Destacó que es crucial adoptar un enfoque de ordenamiento territorial que involucre a la ciudadanía, promoviendo la formalización de actividades económicas que hoy contribuyen a la pérdida de biodiversidad. Esto es fundamental en un contexto donde las economías ilícitas han generado una degradación ambiental alarmante.El 29 de octubre, se firmará un acuerdo de voluntades entre varios países para establecer un marco internacional que regule la extracción de minerales, un elemento clave en la transición energética global. Este acuerdo busca mitigar las presiones que enfrentan diversas naciones debido a la explotación de minerales de alto valor, que están provocando graves daños ambientales en regiones como África, Asia y América Latina. La intención es que Colombia, como sede de la COP 16, lidere este esfuerzo, especialmente ante el creciente desafío de la gestión de sus recursos minerales.Cabrera también advirtió sobre la alarmante pérdida de conectividad ecológica en Colombia, señalando que las regiones Caribe y Andina están particularmente afectadas. El Instituto Von Humboldt ha documentado una pérdida significativa de ecosistemas y de integridad ecosistémica en estos territorios. La fragmentación del hábitat, especialmente entre la región amazónica y la andina, ha alcanzado niveles críticos, con pocos corredores ecológicos que aún mantienen la conectividad necesaria para la biodiversidad.Uno de los aspectos que más preocupa al Gobierno Nacional son las especies invasoras, que representan una amenaza adicional para la biodiversidad. En respuesta, se ha promulgado una reglamentación para controlar la proliferación de especies invasoras, como los hipopótamos, y se ha diseñado un plan de acción para reducir su población de manera efectiva. Esto incluye medidas para minimizar la procreación y controlar otras especies que afectan negativamente a los ecosistemas locales.El informe concluye con un apremiante llamado a la acción, estableciendo que se dispone de un plazo de cinco años para implementar planes de acción que permitan recuperar parte de la biodiversidad perdida y mitigar el impacto del cambio climático.
La crisis climática escala sin precedentes: un estudio recogido este martes en la revista BioScience sostiene que 25 de las 35 constantes vitales del planeta están al límite y se dirige a un escenario de aumento de la temperatura global de 2,7 grados, por encima de niveles preindustriales, a finales de siglo.Se trata de la edición de 2024 del "Informe sobre el estado del clima: Tiempos peligrosos para el planeta Tierra" que dirige anualmente un equipo internacional de científicos liderados por William Ripple y Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), y que han financiado la Fundación CO2 y el abogado Roger Worthington.Los autores actualizan el estado de los 35 indicadores clave para calcular la salud del planeta y alertan del empeoramiento de 25 de ellos hasta extremos "preocupantes".Una de las "constantes vitales" que más ha fallado este año ha sido la temperatura media de la superficie terrestre, que estuvo en máximos en 2023 y, según alertan los autores, no tiene visos de mejorar: los tres días más calurosos de la historia han tenido lugar en 2024.Le sigue, en gravedad, el consumo de combustibles fósiles, que creció un 1,5% en 2023, con un aumento del carbón del 1,6% y del petróleo en un 2,5%.Aunque el consumo conjunto de las energías eólica y solar creció un 15% a nivel global en 2023 respecto a 2022, los investigadores recuerdan que el uso de las renovables sólo supone una cuarta parte del total de los combustibles fósiles, al tiempo que advierten de que el crecimiento de las energías limpias tiene que ver más con cubrir la nueva demanda energética que con sustituir fósiles.El informe muestra que la pérdida anual de cubierta arbórea en todo el mundo aumentó de 22,8 millones de hectáreas en 2022 a 28,3 millones en 2023, contribuyendo también al aumento de las emisiones de dióxido de carbono.La ganadería también creció, a un ritmo de 170.000 cabezas de ganado más al año, y con ello las emisiones de metano; la acidificación de los océanos se aceleró por el récord de calor en las temperaturas marinas; y las masas de hielo de Groenlandia o la Antártida están en mínimos históricos, como también lo está el grosor de los glaciares.Los investigadores subrayan, no obstante, que hay soluciones viables pasa detener la crisis climática, y hablan de la eficacia de un impuesto mundial al CO2, que además de reducir las emisiones proporcionaría una financiación para medidas frente al calentamiento.Aumentar la eficiencia energética, proteger y restaurar ecosistemas, fomentar hábitos alimentarios más saludables, centrados en los alimentos de origen vegetal, reducir la producción y el consumo, promover una economía más sostenible o implementar la educación ambiental son otras de las medidas que proponen."El futuro de la humanidad pende de un hilo. Sólo mediante una acción decisiva podremos salvaguardar el mundo natural, evitar un profundo sufrimiento humano y garantizar que las generaciones futuras hereden el planeta habitable que merecen", concluye el informe.
Según la Asociación Internacional de Expertos en Salas de Computo (ICREA, por sus siglas en inglés), los Centros de Datos representan el 2 % de la huella de carbono global. Además, la mayoría de estos centros carecen de tecnologías enfocadas en la protección ambiental, lo que resulta en un desperdicio de cerca del 90% de su energía eléctrica.Los Centros de Datos son instalaciones cruciales que almacenan equipos de computación y la infraestructura necesaria para los sistemas de tecnología de la información, como servidores, unidades de almacenamiento y equipos de red. Estos centros permiten que todos los dispositivos tecnológicos en un edificio funcionen correctamente y facilitan el uso global de tecnologías como la inteligencia artificial.Se espera que la demanda de inteligencias artificiales crezca un 37% en los próximos nueve años, según Grand View Research. Esto implicará un mayor impulso a los Centros de Datos, ya que actualmente se estima que el funcionamiento de una IA requiere aproximadamente 1 millón de kWh, lo que conlleva un significativo consumo de agua para refrigeración. Se prevé que para 2027, los Centros de Datos necesiten hasta 6.600 millones de metros cúbicos de agua para soportar las demandas de la inteligencia artificial. Ante esta situación, Panduit reafirma su compromiso con la sostenibilidad y la innovación en el desarrollo de edificios y ciudades inteligentes. Pablo Huapaya, gerente de cuentas de la compañía, destaca los esfuerzos y avances de la empresa en esta área."Panduit está decidida a ser un líder en sostenibilidad, tanto en sus prioridades de negocio como en la mentalidad de todos nuestros colaboradores. Nuestros procesos de producción están diseñados para minimizar la huella de carbono. Por ejemplo, nuestra planta en Costa Rica reportó en 2020 que aproximadamente el 99% de la energía utilizada provino de fuentes renovables, reduciendo significativamente el uso de petróleo y carbón," explica el ejecutivo. "Esto nos impulsa a seguir comprometidos con la protección del medio ambiente para las futuras generaciones."Con estos esfuerzos, Panduit demuestra su liderazgo en la transición hacia un futuro más sostenible e inteligente, apoyando tanto a las empresas como a las ciudades en su evolución tecnológica y ambiental.
Las temperaturas en París, durante los Juegos Olímpicos, han superado los 30 grados. Mientras la tenista colombiana María Camila Osorio competía este martes, la temperatura alcanzada fue de hasta 33 grados.En diferentes puntos de la ciudad se han instalado cientos de aspersores de agua y puntos para poder llenar las botellas de los turistas y nacionales, quienes han llegado por los Olímpicos.En las zonas adecuadas para los fanáticos, también se implementaron y adecuaron unas para que las personas puedan refrescarse.“Ayer hizo más de 40 grados y la gente no se podía quedar al sol, entonces, se han hecho este tipo de refrescaduras con toda esta agua y toda la gente ha venido para sentarse aquí, para estar mejor y ver las pantallas”, explicó Claudia, una voluntaria de la Alcaldía de París que se encuentran apoyando una zona fan.En los dispensadores de agua se puede ver a la gente haciendo fila para llenar sus botellas. Estos puntos están en zonas estratégicas y hay quienes deciden quedarse a ver competencias o tener charlas cerca a estos puntos.“Todo el mundo estaba esperando esto, está haciendo mucho calor, son como 35 grados hoy y ayer estaba peor. Entonces, estos puntos son una buena idea, tú ves familias viniendo a buscar agua fresca para poder ver los juegos”, señaló a Blu Radio un ciudadano francés.Hasta el momento, la organización de los Juegos no ha planteado la posibilidad de aplazar pruebas por las altas temperaturas, pero aseguran que están haciendo un monitoreo constante a la situación con el fin de evaluar cualquier medida a tomar.Le puede interesar:
En 2024 se registró el mes de junio más caluroso de la historia, superando el récord ya excepcional de 2023, anunció el lunes el observatorio europeo Copernicus.Cada mes desde junio de 2023 batió su propio récord de temperatura, es decir una racha de 13 meses de calor histórico, indicó Copernicus, añadiendo que como consecuencia "la temperatura media global de los últimos 12 meses (julio 2023 - junio 2024) es la más alta jamás registrada"."Esto es más que una rareza estadística y pone de relieve un cambio importante y continuo en nuestro clima", declaró el director del servicio, Carlo Buontempo, tras un mes marcado por fuertes olas de calor en México, China, Grecia y Arabia Saudita, donde murieron más de 1.300 personas durante la peregrinación a La Meca.Las lluvias incesantes, un fenómeno que los científicos también relacionaron con el calentamiento del planeta, provocaron grandes inundaciones en Brasil, China, Kenia, Afganistán, Rusia y Francia.En el inicio de julio el huracán Beryl arrasó varias islas del Caribe y se convirtió en el huracán atlántico de categoría cinco más temprano del que se tiene constancia."Aunque esta racha concreta de extremos termine en algún momento, estamos abocados a ver cómo se baten nuevos récords a medida que el clima sigue calentándose", añadió Buontempo.Los récords de temperatura consecutivos coincidieron con El Niño, un fenómeno natural cíclico de calentamiento del agua en el centro y el este del océano Pacífico tropical, que contribuye a subir el promedio de las temperaturas mundiales."Fue uno de los factores que explican los récords de temperatura, pero no el único", declaró Julian Nicolas, científico del C3S.Océanos más calientesLas temperaturas del océano también alcanzaron nuevos máximos, con récords de la temperatura superficial del mar en el Atlántico, el Pacífico Norte y el Índico que influyeron en el aumento del calor en todo el planeta.En junio, las temperaturas de la superficie del mar alcanzaron otro hito: 15 meses consecutivos de nuevos máximos, un hecho que Nicolas calificó de "impactante".Los océanos cubren el 70 % de la superficie de la Tierra y absorben el 90 % del calor adicional asociado al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero."Lo que ocurre en la superficie de los océanos tiene un gran impacto en la temperatura del aire por encima de la superficie y también en la temperatura media global", afirmó Nicolas.Sin embargo, el mundo está a punto de entrar en una fase de La Niña, que tiene un efecto de enfriamiento, por lo que "podemos esperar que la temperatura global (del aire) disminuya en los próximos meses", indicó."Si persisten estas temperaturas récord (de la superficie del mar), aunque se desarrollen las condiciones de La Niña el 2024 podría ser más cálido que 2023. Pero es demasiado pronto para saberlo", añadió.Tras más de un año de récords mensuales consecutivos, "la temperatura media global (del aire) de los últimos 12 meses (julio 2023 - junio 2024) es la más alta jamás registrada", según Copernicus.Lo que supone que está "1,64 ºC por encima de la media preindustrial de 1850-1900, cuando las emisiones de gases de efecto invernadero de la humanidad aún no habían calentado el planeta".Esto no quiere decir que se haya incumplido el objetivo del Acuerdo de París de 2015 de limitar el calentamiento planetario a 1,5 ºC respecto a la era preindustrial, ya que se mide en décadas y no en años individuales.No obstante, el mes pasado Copernicus dijo que había un 80% de posibilidades de que las temperaturas medias anuales de la Tierra superaran al menos temporalmente el umbral de 1,5 ºC durante los próximos cinco años.
El cambio climático, causado por el calentamiento global, genera cada vez más estragos en el planeta. Uno de los más notorios son las olas de calor que se presentan en algunas regiones del mundo, donde las temperaturas son tan altas que las personas mueren a causa de esto.Además, el incremento anual de las temperaturas también ha provocado que el nivel de los océanos aumente debido al deshielo de los casquetes polares.Según estudios publicados en la revista Nature, para 2050 se prevé que algunas ciudades del mundo se vean afectadas por este incremento, e incluso podrían quedar bajo el agua en las próximas décadas.El fenómeno de El Niño y el calentamiento global aumentaron desastres en LatinoaméricaPaíses que podrían desaparecerSegún un artículo publicado por National Geographic, el cambio climático supone varias amenazas para las regiones del Océano Pacífico. Islas como Maldivas, Marshall, Polinesia Francesa, Vanuatu, Nueva Caledonia, Papúa Nueva Guinea y Tuvalu podrían quedar bajo el agua debido al deshielo de los casquetes polares.Por ejemplo, las Maldivas, que cuentan con una elevación promedio de un metro, podrían verse afectadas cuando el mar suba 45 centímetros, ya que el 77 % de su territorio se hundiría, afectando a la mayoría de sus 540,000 habitantes. La fecha prevista para que esto ocurra es en 2100.Tuvalu, un país ubicado en medio del Pacífico Sur, podría perder la mitad de su isla más grande para el año 2050. De no tomarse medidas contra el calentamiento global, el 95 % del territorio se verá afectado para el año 2100. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el cambio climático es un riesgo para la seguridad alimentaria, las infraestructuras y el suministro energético de la región.
El calentamiento inducido por el ser humano alcanzó una media de 1,19 grados en la última década (2014-2023) por encima de los niveles preindustriales, lo que se traduce en un aumento a un ritmo sin precedentes, alcanzando aproximadamente 0,26 grados por década.Estos datos surgen del segundo informe anual Indicadores del Cambio Climático Global, el cual agrega que si se considera solo 2023, el calentamiento causado únicamente por la actividad humana fue de 1,3 grados.El estudio, dirigido por la Universidad de Leeds (Reino Unido) y que publica Earth System Science Data, señala que el calentamiento de 1,19 grados supone un incremento respecto a los 1,14 grados observados en 2013-2022 y que recogía el primer informe, publicado el año pasado.El calentamiento antropogénico ha aumentado “a un ritmo sin precedentes en el registro instrumental, alcanzando los 0,26 por década durante el periodo 2014-2023", escriben los autores.La causa de un ritmo tan elevado es una combinación entre el nivel constantemente alto de emisiones de gases de efecto invernadero, equivalente a 53.000 millones de toneladas de CO2 al año para el periodo analizado, y otro conjunto de factores.Los altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero también afectan al equilibrio energético de la Tierra, pues las boyas oceánicas y satélites están registrando flujos térmicos "sin precedentes" hacia los océanos, masas glaciares, suelos y atmósfera del planeta.Este flujo térmico es un 50 % superior a la media a largo plazo, destaca en un comunicado la Universidad de Leeds, que encabeza un grupo internacional de más de 50 científicos.El análisis está diseñado para seguir las tendencias a largo plazo causadas por las actividades humanas. Las temperaturas observadas son producto de esta tendencia a largo plazo modulada por variaciones naturales a más corto plazo.Presupuesto de carbonoSi se considera 2023 de forma aislada, el calentamiento causado por la actividad humana alcanzó 1,3 grados, cifra inferior a la del calentamiento total de ese año (1,43 grados), lo que indica que la variabilidad natural del clima, en particular El Niño, también desempeñó un papel en las temperaturas récord.El análisis también muestra que el presupuesto de carbono restante (el dióxido de carbono que puede emitirse antes de que un calentamiento global de 1,5 °C sea inevitable) es solo de unas 200 gigatoneladas, lo que equivale a unos cinco años de emisiones en los niveles actuales.El investigador Piers Forster, de la Universidad de Leeds y coordinador del grupo, señaló que este análisis muestra que el nivel de calentamiento global causado por la acción humana ha seguido aumentando durante el último año.Y ello se produce a pesar de que “la acción climática ha frenado el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las temperaturas globales siguen yendo en la dirección equivocada y más rápido que nunca”.Las emisiones de combustibles fósiles representan alrededor del 70 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero y son “claramente el principal motor del cambio climático”, aseveró Foster.Sin embargo, otras fuentes de contaminación procedentes de la producción de cemento, la agricultura y la deforestación, así como los recortes en el nivel de emisiones de azufre, también contribuyen al calentamiento.Emisiones cero netoEl informe también habla de los efectos de las reducciones, por parte del sector de transporte de mercancías a nivel mundial, de la emisiones de azufre, que han disminuido desde 2020.El azufre tiene el efecto de enfriar el clima, ya que refleja directamente la luz solar y contribuye a la formación de más nubes reflectantes, pero este efecto se ve mitigado por las actuales reducciones en dichas emisiones.Una rápida bajada de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta alcanzar el cero neto servirá para limitar el grado de calentamiento global que se llegue a experimentar, pero además -destacó Foster, se necesita “que nuestras sociedades sean más capaces de soportar las adversidades”.La devastación provocada por los incendios forestales, las sequías, las inundaciones y las olas de calor que el mundo presenció en 2023 “no deben convertirse en la nueva normalidad”.En todo caso, “hay evidencias” de que el ritmo de aumento de las emisiones de CO2 en la última década se ha ralentizado en comparación con la década de 2000, señala el estudio.Dependiendo de las decisiones de la sociedad, “una serie continuada de estas actualizaciones anuales durante la década crítica de 2020 podría seguir un cambio de dirección para algunos de los indicadores presentados aquí”, agrega el texto.
El fenómeno de El Niño y los efectos del calentamiento global debido a la actividad humana provocaron un récord de desastres climáticos en Latinoamérica y el Caribe en 2023, indicó este miércoles la Organización Meteorológica Mundial (OMM), una agencia de la ONU.El año pasado fue el más cálido del que se tiene registro en la región, señaló el informe, que además advirtió que prosiguió el aumento del nivel del mar y el retroceso de los glaciares, y que "un gran cambio" en la distribución de las precipitaciones causó sequías e incendios forestales, pero también inundaciones y deslaves."Desafortunadamente, 2023 fue un año en el que los peligros climáticos batieron récords en América Latina y el Caribe", dijo la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, citada en un comunicado.Saulo atribuyó el incremento de estos eventos extremos a la combinación de las condiciones asociadas a El Niño con las consecuencias del cambio climático inducido por los seres humanos.La OMM describe a El Niño como un patrón climático natural asociado al calentamiento de la superficie oceánica en el Pacífico tropical, que suele producirse cada dos o siete años y durar entre nueve y doce meses. Pero remarcó que actualmente tiene lugar en el contexto de un clima alterado por las actividades humanas.En 2023 se notificaron 67 episodios de desastres meteorológicos, hidrológicos y climáticos en la región. De ellos, el 77% estaban vinculados a tormentas e inundaciones, señaló el informe de la OMM en función de datos del Centro de Investigación de la Epidemiología de los Desastres (CRED).Entre los desastres climáticos de 2023, la OMM destacó el huracán Otis, que devastó el balneario mexicano Acapulco en octubre dejando al menos 45 muertos y daños millonarios.También mencionó la intensa sequía que golpeó la región, que hizo que en la Amazonía se registrara el nivel más bajo del río Negro en más de 120 años de mediciones, y que el tráfico de buques por el Canal de Panamá se perturbara "gravemente" desde agosto.Además, resaltó que la sequía en la cuenca del Plata afectó el norte de Argentina y el sur de Brasil y golpeó en especial a Uruguay, que vivió su verano más seco en 42 años y experimentó una crítica falta de agua.La OMM sumó a todo esto el azote de lluvias torrenciales que dejaron decenas de muertos por deslizamientos de tierra e inundaciones, tanto en el sudeste de Brasil en febrero, como en Jamaica, Haití y República Dominicana, en noviembre.2023, el año más cálidoEn 2023, la temperatura media fue la más alta registrada hasta ahora en Latinoamérica y el Caribe: estuvo 0,82°C por encima de la media del período 1991-2020, y 1,39°C por encima del valor de referencia del período 1961-1990, indicó la OMM.En México, el país de la región que tuvo el ritmo de calentamiento más rápido, el verano boreal fue excepcionalmente tórrido, con una máxima de 51,4ºC en agosto.En tanto, la región central de Sudamérica experimentó un calor abrasador de agosto a diciembre, apuntó el informe. En algunas zonas de Brasil el termómetro marcó 41ºC en agosto, en pleno invierno austral.Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú registraron sus temperaturas más altas para un mes de septiembre y hubo grandes incendios forestales en varios lugares.La OMM advirtió también que se acelera la subida del nivel del mar. El ritmo de incremento del nivel medio del mar en el Atlántico sur y en las zonas subtropical y tropical del Atlántico norte supera la media mundial, dijo.De acuerdo con el informe, en Chile, el glaciar Echaurren Norte, de referencia para el Servicio Mundial de Vigilancia de Glaciares (WGMS), perdió unos 31 metros de equivalente en agua entre 1975 y 2023.Por otra parte, la OMM consideró "insuficientes" los servicios meteorológicos y climáticos prestados en América Latina y el Caribe.No obstante, resaltó los "progresos para aumentar la resiliencia del sector de la salud al cambio climático", y apuntó que en 12 de los 35 países americanos se están elaborando planes nacionales de adaptación para la salud.
Europa soportó en 2023 un número récord de días en los que la población vivió "shocks térmicos", es decir, una sensación de temperatura superior a los 46 ºC, según datos de dos grandes observatorios climáticos, Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial (OMM)."En 2023 se alcanzó un número récord de días con 'shock térmico', equivalente a una temperatura 'sentida' de más de 46 ºC", señaló su informe conjunto.Este fenómeno causó miles de millones de dólares en daños e impactó a más de dos millones de personas, según los cálculos."Estamos viendo una tendencia creciente en el número de días con 'shock térmico' [o hipertermia] en toda Europa y 2023 no fue una excepción", dijo Rebecca Emerton, una científica climática de Copernicus.Para este estudio, Copernicus y la OMM utilizaron el Índice Climático Térmico Universal, que mide el efecto del medio ambiente en el cuerpo humano.Ese índice toma en cuenta no solo las altas temperaturas, sino también la humedad, la velocidad del viento, la luz solar y el calor emitido por el entorno.El índice tiene diez categorías diferentes de estrés térmico, ya sea por calor y frío.El estrés por calor extremo "equivale a una temperatura 'sentida' de más de 46 grados Celsius, momento en el que es imperativo tomar medidas para evitar riesgos para la salud", dijo Emerton."Verano prolongado"La exposición prolongada a la hipertermia es particularmente peligrosa para personas vulnerables, como los ancianos o aquellas con problemas preexistentes.El efecto del calor es más fuerte en las ciudades, recuerda el informe.Veintitrés de las 30 peores olas de calor registradas en Europa ocurrieron en este siglo y las muertes relacionadas con el calor han aumentado alrededor del 30% en los últimos 20 años, según el reporte.El año 2023 fue el más caluroso a nivel mundial, y los océanos también registraron niveles récord. El verano (boreal) no fue el más caluroso en Europa, de hecho fue el quinto, pero eso no significa que no fuera abrasador.Gran parte de Europa sufrió olas de calor durante un "verano prolongado" entre junio y septiembre, explicó Emerton, quien destacó que en 2023, Europa, en su conjunto, vivió su septiembre más cálido.El 23 de julio, el 13% del territorio europeo experimentó un "shock térmico", en particular los países del sur.Los datos sobre decesos en Europa por calor extremo en 2023 aún no están disponibles pero se estima que decenas de miles de personas murieron debido a olas de calor durante veranos europeos, igualmente sofocantes, en 2003, 2010 y 2022, indica el informe."Vemos que hay una mortalidad excesiva cuando hay olas de calor extremas como fue el caso en 2023", señaló Álvaro Silva, climatólogo de la OMM."Este aumento de la mortalidad... está afectando a la gran mayoría de las regiones europeas. Es una gran preocupación".Consecuencias gravesLa mayoría de científicos están de acuerdo en que las emisiones de gases de efecto invernadero están calentando el planeta y causan eventos climáticos extremos más intensos y frecuentes.Europa se está calentando el doble de rápido que el promedio global y las olas de calor serán más largas y poderosas en el futuro, advierte el informe.Esto, junto con el envejecimiento de la población y el hecho de que cada vez más personas se trasladan a las ciudades, tendrá "consecuencias graves para la salud pública", agregó.2023 también fue uno de los años más lluviosos de Europa, con inundaciones importantes que afectaron a 1,6 millones de personas. Las tormentas, en tanto, afectaron a otras 550.000.