La resistencia bacteriana podría convertirse en la principal causa de muerte a nivel mundial para el 2050, por lo que es urgente adoptar medidas para revertir esta situación, alertó este viernes un especialista.“Se han hecho algunas estimaciones donde se calcula que si no controlamos este problema probablemente para el año 2050 mueran hasta 10 millones de personas por la falta de respuesta a los antibióticos que actualmente estamos manejando”, señaló a EFE Francisco Saynes Marín, presidente de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.En el marco de la semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el experto dijo que la inmunidad de las bacterias ante los medicamentos ha aumentado 10 % en tan solo tres años y las muertes por esta resistencia se han elevado en más de 171 %.El especialista explicó que la resistencia bacteriana se presenta cuando, ante un proceso infeccioso generado por algún virus, bacteria u hongo, se da un tratamiento antibiótico innecesario al cual el paciente no responde o incluso, le complica el cuadro, donde en casos extremos puede provocar la muerte.¿Por qué ocurre la resistencia bacteriana?Sin embargo, esta situación no solo ocurre por el mal uso o abuso de antibióticos, sino también porque muchas personas no completan el tratamiento, lo que provoca que las bacterias que tuvieron contacto con el antibiótico guarden esa información y la compartan con otras bacterias que llegan al organismo, lo que las hace resistentes.Aunado a ello, dijo que México es uno de los países con mayor automedicación, lo que también incide en que se genere esta resistencia. “Muchas veces el mismo paciente va y se automedica o busca quién le dé un antibiótico y eso también genera resistencia bacteriana”, enfatizó.Pero también, dijo, actualmente se sabe que la contaminación de las fuentes de agua con residuos industriales de empresas farmacéuticas también son parte del problema, pues esto se convierte en aguas tratadas que se utilizan para riego y para hidratar al ganado, y es a través del consumo de verduras y carnes que los antibióticos ingresan al organismo humano.Ante ello, Saynes Marín señaló la importancia de hacer conciencia no solo en la población, sino también en el personal médico, el cual muchas veces desconoce el efecto que tiene un antibiótico o cede a la presión, especialmente de padres de pacientes pediátricos, de que se les suministren estos fármacos aunque no sean necesarios.“Tenemos que adoptar la postura correcta, una postura ética y explicarle a los pacientes que no se requiere el consumo de antibióticos de forma indiscriminada”, señaló.Insistió en el papel que juegan los Gobiernos para diseñar planes de acción que permitan sanear aguas de riego para que no contengan antibióticos y mejorar la vigilancia a la industria agropecuaria para evitar el uso de antibióticos.Cada noviembre se realiza la Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, con el objetivo de implementar actividades encaminadas a comprender y dimensionar la creciente inmunidad de las bacterias a los medicamentos y con ello, promover acciones entre la población para revertir dicho fenómeno.
Durante la pandemia de COVID-19, el uso excesivo de antibióticos entre los pacientes hospitalizados fue señalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor que pudo intensificar la propagación de la resistencia a los antimicrobianos (AMR), un fenómeno que la entidad describe como una amenaza emergente para la salud pública mundial. A pesar de que solo un 8 % de los pacientes hospitalizados por COVID-19 también padecían infecciones bacterianas que justificaban el uso de antibióticos, se administraron estos fármacos al 75 % de los pacientes.El uso preventivo de antibióticos, aunque sin evidencia de beneficio, "podría haber aumentado la resistencia a los antimicrobianos", según la OMS, un problema que se proyecta como uno de los principales desafíos para la salud global. De acuerdo con datos de 2019, la AMR fue responsable directo de 1.27 millones de muertes y contribuyó a 4.19 millones más a nivel mundial."Cuando los antibióticos no son necesarios, pueden plantear riesgos, y su uso contribuye a la aparición y propagación de AMR", destacó Silvia Bertagnolio, experta de la OMS, en un comunicado. Los estudios indican que, a nivel mundial, los antibióticos no tuvieron un impacto positivo en los pacientes con COVID-19, y más bien perjudicaron a aquellos sin infecciones bacterianas.Las claves de la nueva reforma a la salud que acordó Petro con las EPSEsto destaca la "urgente necesidad de mejorar el uso racional de antibióticos, para minimizar innecesarias consecuencias negativas para pacientes y comunidades", según señala la agencia sanitaria de la OMS. Hubo variaciones significativas en el uso de antibióticos entre diferentes regiones, siendo mayor en Oriente Medio y África (83 % de los pacientes hospitalizados) y menor en Asia-Pacífico (33 %).La prevalencia del uso de antibióticos fue especialmente alta entre los pacientes con formas graves y agudas de COVID-19, que recibieron estos tratamientos en un 81 % de los casos. En Europa y América, el uso de estos medicamentos disminuyó durante la pandemia, mientras que en África aumentó.La OMS basa estas observaciones en un análisis de datos de 450,000 pacientes hospitalizados en 65 países desde enero de 2020 hasta marzo de 2023. Estos hallazgos serán presentados en el congreso de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas en Barcelona, España, entre el 27 y el 30 de abril.Finalmente, el Banco Mundial estima que la AMR podría generar pérdidas económicas de entre 1 y 3.4 billones de dólares anuales al PIB global para finales de esta década, además de los daños a la salud humana.
Un equipo de investigadores británicos y noruegos ha desmontado con un minucioso estudio genético la asunción de que el abuso de antibióticos es el único responsable de la resistencia a los mismos en determinadas infecciones, descubriendo que la composición genética de las llamadas 'superbacterias' de cada entorno es también clave.El estudio, que recoge este jueves la revista Lancet Microbe, analizó el impacto que tuvo el uso de antibióticos en el aumento de la resistencia a los mismos en los últimos 20 años en dos países: el Reino Unido y Noruega.La resistencia a los tratamientos con antibióticos cuando existe una infección grave, que en muchos casos puede derivar en complicaciones graves o en muerte, lleva décadas siendo investigada dando como resultado una asociación clara entre el abuso previo y la 'multiresistencia' en todo el mundo.Una de las bacterias que causa más resistencia es la llamada Escherichia coli (E. coli), que normalmente se encuentra en el intestino sin causar gran daño, pero si pasa al torrente sanguíneo de una persona con el sistema inmune debilitado puede causarle infecciones graves y potencialmente mortales.En el mundo hay muchísimas personas resistentes al antibiótico más efectivo contra la infección por E. coli; en el Reino Unido, por ejemplo, el 40 % de las personas lo son.Sin embargo, los investigadores habían visto que el auge de las bacterias a las que se da la resistencia no siempre estaba relacionado con un mayor uso previo de antibióticos, lo que implicaba que había más factores implicados en su propagación.Por ello, el objetivo de este estudio fue comparar el éxito de las distintas cepas de E. coli entre dos países -Noruega y el Reino Unido- y ver las diferencias en función de los niveles de uso de antibióticos en cada país.En total, compararon más de 700 nuevas muestras de sangre con casi 5.000 muestras bacterianas secuenciadas genéticamente previamente para responder a preguntas sobre qué factores influyen en la propagación de las 'superbacterias' resistentes a los antibióticos.La respuesta es que el éxito de los genes de resistencia a los antibióticos depende también de la composición genética de las bacterias que los portan, que puede variar dependiendo del entorno en el que estén.Analizando datos que abarcan casi 20 años, observaron que una clase de antibióticos denominados betalactámicos no penicilánicos, que se utilizaban entre tres y cinco veces más de media por persona en el Reino Unido que en Noruega, habían provocado una mayor incidencia de infecciones por una determinada cepa de E. coli multirresistente.Sin embargo, el Reino Unido también utiliza el antibiótico trimetoprima con más frecuencia que Noruega, pero el análisis no descubrió mayores niveles de resistencia en el Reino Unido al comparar las cepas comunes de E. coli encontradas en ambos países.La conclusión, por tanto, es que no es posible suponer que el uso generalizado de un tipo de antibiótico tendrá el mismo efecto sobre las bacterias resistentes a los mismos propagadas en distintos entornos.Los autores subrayan que sus resultados justifican "un esfuerzo continuado" de investigación para determinar qué otros factores impulsan la propagación de E. coli y otras bacterias de importancia clínica en diversos entornos ecológicos."Es necesario seguir trabajando para comprender plenamente el efecto combinado de los antibióticos, los viajes, los sistemas de producción de alimentos y otros factores que determinan los niveles de farmacorresistencia en un país", subraya una de las autoras, Anna Pöntinen, científica de la Universidad de Oslo.Le puede interesar:
El consumo excesivo de antibióticos reduce su eficacia y aumenta la resistencia a estos medicamentos, un fenómeno que podría ser responsable de 10 millones de muertes anuales en el mundo de aquí a 2050, advirtió el jueves la rama europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS)."Si bien la RAM, la resistencia a los antimocrobianos [una categoría que incluye los antibióticos], es un fenómeno natural, el desarrollo y la propagación de las superbacterias se ven acelerados por el uso abusivo de antimicrobianos, lo que complica el tratamiento eficaz de las infecciones", indica la OMS Europa, que abarca 53 países y se extiende hasta Asia Central."Todos los países de nuestra región han puesto en marcha normativas para prevenir el uso abusivo de antibióticos (...) La aplicación de estas normas permitiría resolver la mayoría de los problemas relacionados con el consumo abusivo de antibióticos", destacó Robb Butler, responsable de la división de Enfermedades contagiosas.La agencia de salud de la ONU, con sede en Ginebra, estima que si no hay una intervención inmediata la resistencia a los antimicrobianos podría causar para 2050 hasta 10 millones de muertes anuales.La principal fuente de inquietud para las autoridades son las malas prácticas a la hora de recetar antibióticos.Un estudio realizado en 14 países de la región, situados en Europa oriental y Asia Central, muestra que las razones invocadas para la toma de antibióticos son en un 24% de casos el resfriado, seguidos de síntomas gripales (16%), dolor de garganta (21%) y tos (18%)."Esta situación es preocupante, porque estos síntomas a menudo obedecen a virus contra los cuales los antibióticos no son eficaces", destaca el comunicado de OMS Europa.El estudio fue realizado en Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Bosnia-Herzogovina, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Montenegro, Macedonia del Norte, Moldavia, Tayikistán, Turquía y Uzbekistán.Un tercio de las alrededor de 8.200 personas sondeadas dijeron haber consumido antibióticos sin receta médica, según otro de los resultados.Le puede interesar: