El 20 de febrero de 2011, el director del diario El Espectador, Fidel Cano, tuvouna reunión con Julian Assange , el fundador de WikiLeaks. En diálogo con Néstor Morales en Mañanas Blu, Cano compartió detalles inéditos de ese encuentro que marcó un capítulo importante en la historia del periodismo en Colombia.
Fidel Cano recordó cómo fue contactado por el equipo de WikiLeaks poco después de las primeras publicaciones masivas de documentos secretos en medios como The New York Times y The Guardian.
“Recuerdo que fue justo después de que salieron las primeras publicaciones en los grandes medios. Me contactaron y un mes después tuve la reunión”, explicó
La cita, según dijo, tuvo lugar en un pequeño pueblo cerca de Londres, bajo un estricto velo de secreto. La reunión fue planeada con precisión y secretismo. Cano relata cómo llegó al lugar siguiendo indicaciones parciales, tomando un tren y luego un taxi hasta una mansión donde finalmente se encontró con Assange.
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“Todo era con un gran secreto, con no poco temor de mi parte, porque estaba todo alrededor del contexto de la revelación de secretos de estado de los EE.UU”, comentó Cano.
Durante la reunión, Assange le entregó a Cano una memoria USB con información clasificada. Sin embargo, Cano solo recibió las claves para acceder a los documentos una vez que regresó a Bogotá y utilizó un computador sin acceso a Internet.
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El contenido de los WikiLeaks en Colombia
El Espectador se convirtió en el aliado de WikiLeaks en Colombia, siendo el responsable de filtrar y publicar los cables diplomáticos relacionados con el país.
Cano detalló el compromiso que asumieron: “Firmamos un acuerdo en el que teníamos que publicar absolutamente completo el cable que decidiéramos sacar. No había ninguna exigencia adicional ni económica, solo editar nombres que pudieran poner en peligro la vida de alguien”.
Los cables diplomáticos revelaron, entre otras cosas, detalles de reuniones del entonces político Gustavo Petro con la embajada de EE.UU., donde discutía temas internos del Polo Democrático y cuestionaba a otros líderes como Piedad Córdoba, Gloria Inés Ramírez y Wilson Borja por sus supuestos nexos inapropiados con las FARC.
Julian Assange, visto por muchos como un héroe de la transparencia y la libertad de información, tenía una visión muy ideologizada de Colombia. Cano explicó: “Assange tenía mucho conocimiento de personajes y lo que sucedía en Colombia, pero su visión era supremamente ideologizada, de izquierda, con muchas teorías de la conspiración”.
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Sin embargo, las revelaciones no alteraron significativamente la política colombiana, ya que muchas de las informaciones eran más bien confirmaciones de rumores conocidos. “Le daba un estatus fuerte a cosas que más o menos se sabían. No había pruebas contundentes que cambiaran la historia del país”, comentó Cano.
La alianza entre El Espectador yWikiLeaks suscitó un profundo debate sobre la ética periodística y la libertad de información. Cano defendió la importancia de divulgar estos documentos: “Creo que lo que se revela es que han violado normas de la diplomacia internacional y de la guerra. Exponer eso está por encima de proteger a un gobierno que ha sobrepasado las líneas”.
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La mayor revelación de WikiLeaks, según Cano, fue la exposición de los abusos en la guerra de Irak, lo cual puso en evidencia las faltas del gobierno estadounidense y justificó el trabajo de Assange como una contribución valiosa a la transparencia global.
El fundador de WikiLeaks dejó este lunes la prisión de alta seguridad británica donde estaba recluido y abandonó el Reino Unido con el objetivo de volver a Australia, poco después de saberse que planeaba declararse culpable de los cargos que se le imputan en EE.UU. como parte de un acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense.