Ocurrió mientras se anunciaba por parte de la Alcaldía la puesta en marcha de la construcción de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) en Bogotá, cuando estaban reunidas víctimas del conflicto en la ciudad y miembros de la antigua guerrilla de las Farc.
La senadora Sandra Ramírez tomó el micrófono y, en una tarima, pidió perdón a las víctimas, entre ellas, a Carmenza Adriana López, una mujer que perdió a su esposo en 2009, cuando era edil y sus victimarios fueron justamente las Farc.
“Le pido, señora Carmenza, que me dé un abrazo, que nos demos un abrazo. Me iré muy tranquila porque sé que sumercé nos ha perdonado; así como Carlos Antonio (Lozada) le pide perdón, yo también, de corazón, por ese dolor que sufrió, por ese dolor que nosotros causamos en un momento, le pido que nos demos un abrazo de corazón”, dijo Ramírez, cuyo nombre de pila es Griselda Lobo.
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Acto seguido, se fue acercando a la señora Carmenza, mientras no sabía cómo contener el dolor, su respuesta después de un silencio fue negativa a la petición del abrazo. Al menos no por ahora.
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“No es fácil, es muy difícil, porque yo lo que quiero es que ustedes me digan la verdad, me digan qué fue lo qué pasó, y quiero esa verdad, justa, honesta, donde podamos sentirnos un poco en paz. Sé que no es fácil, pero la verdad. Eso es lo que necesitamos”, dijo la señora Carmenza.
“La verdad sanará”, agregó la senadora de las Farc, e inmediatamente, con la ausencia del abrazo, quedó un compromiso de recorrer un camino de sanación y poder, luego, llegar a ese abrazo.