El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia anunció recientemente la detención de dos ciudadanos colombianos, José Aarón Medina Aranda y Alexander Ante , acusados de participar como mercenarios en la guerra en Ucrania . Según el comunicado oficial, ambos fueron capturados en Venezuela mientras intentaban regresar a Colombia, siendo posteriormente entregados a las autoridades rusas.
La esposa de uno de ellos, Cielo Yasmin Paz, compartió su conmovedora historia en diálogo con Néstor Morales en Mañanas Blu
La detención en Venezuela
José Aarón Medina Aranda, exsoldado del Ejército colombiano, fue detenido junto a Alexander Ante en el aeropuerto de Caracas, Venezuela, mientras hacían una escala en su regreso desde Europa hacia Colombia.
"Desde el 18 del mes pasado, a las 5:38 de la tarde, fue la última vez que me comuniqué con mi esposo", relató Cielo Yasmin Paz, en medio de la incertidumbre que la ha acompañado desde entonces.
Publicidad
"Él estaba en Venezuela, en Caracas, en el aeropuerto", añadió, confirmando que su esposo nunca llegó a su destino final en Colombia.
La ruta elegida por Medina Aranda y su compañero incluía escalas en Varsovia, España y Venezuela antes de llegar a Colombia.
Publicidad
Según Cielo Yasmin, esta elección resultó ser un error fatal: "El error fue hacer la escala en Venezuela. De Varsovia, España. España, Venezuela. Venezuela, Colombia. Pero mi esposo nunca llegó a Colombia", expresó con resignación, refiriéndose a la situación como una consecuencia de la complicidad entre el régimen de Nicolás Maduro y el gobierno de Vladimir Putin.
¿Quiénes son los colombianos detenidos por Rusia?
Medina Aranda había pasado ocho meses en Ucrania, donde, según su esposa, decidió involucrarse en el conflicto debido a la promesa de un futuro económico mejor para su familia.
"Él se fue por un futuro para la familia, nada más. Le ofrecieron $12 millones mensuales", señaló Cielo Yasmin, quien explicó que la oferta fue realizada por un contacto a través del esposo de su prima.
La tentación del dinero y la posibilidad de mejorar su situación económica llevó a Medina Aranda a un conflicto en un país lejano, donde la situación se tornó cada vez más peligrosa.
Publicidad
Con el tiempo, las cosas se complicaron en Ucrania, y Medina Aranda decidió que era momento de regresar. "
Ya dijo que la situación estaba muy complicada, le habían matado muchos compañeros, entonces que él ya no iba a arriesgar más su vida", recordó su esposa en Mañanas Blu.
Publicidad
La falta de apoyo gubernamental
A pesar de la gravedad de la situación, la familia de José Aarón Medina Aranda no ha recibido apoyo por parte del Gobierno colombiano.
"No nos hemos hecho documentación todavía porque apenas nos enteramos esta mañana de que a mi esposo y al amigo los habían extraditado para Rusia", confesó Cielo Yasmin, quien hasta el momento no ha tenido comunicación con la Cancillería colombiana ni con la embajada de Colombia en Moscú.
El futuro de José Aarón Medina Aranda y Alexander Ante es incierto. Ambos enfrentan cargos bajo la parte 3 del artículo 359 del Código Penal de Rusia, que sanciona el mercenarismo con penas que podrían superar los 12 años de cárcel. La captura y entrega de los colombianos por parte de las autoridades venezolanas a Rusia ha generado una gran preocupación, no solo por la legalidad de las acciones, sino también por el destino que les espera en un país donde los derechos humanos son frecuentemente cuestionados.
Para Cielo Yasmin Paz, la angustia es inmensa, pues desconoce el paradero exacto y las condiciones en las que se encuentra su esposo en Rusia. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de este caso, que involucra a tres naciones en un contexto de creciente tensión geopolítica.
Publicidad
"Mi esposo reconocía no, pues la verdad no. Se fue a trabajar con el ejército ucraniano", señaló Cielo Yasmin.
La mujer dejó claro que José Aarón nunca se consideró a sí mismo como un mercenario, sino como alguien que buscaba una mejor vida para su familia. Ahora, con su esposo encarcelado en Rusia, ella enfrenta un futuro incierto, marcado por la espera de justicia y la esperanza de un eventual retorno a casa.
Publicidad