Trámite de reforma política sella divorcio entre Partido de La U y Cambio Radical

En las últimas horas se agudizó la tensión entre un sector del Partido de La U y Cambio Radical por reclamos que hizo el senador Roy Barreras a Cambio, a propósito de las demoras que se han presentado para aprobar la reforma política, que agoniza hoy en el Congreso de la República.

Aunque La U se declaró partido de Gobierno y Cambio como independiente, meses atrás facciones de ambas colectividades diseñaron una estrategia que le complicó al Gobierno el arranque del actual periodo de sesiones, consiguiendo las mayorías en las comisiones primeras.

Roy Barreras, Roosvelt Rodríguez y Armando Benedetti, de La U, y Temístocles Ortega, Rodrigo Lara y Germán Varón, de Cambio Radical, lograron trabajar de forma coordinada en una estrategia que le trajo varias derrotas al Gobierno en esa célula legislativa, de la mano de los sectores alternativos.

Y aunque la fórmula funcionó en un principio, en las últimas semanas varios temas han fracturado esa alianza. Uno de esos temas fue el impulso que Cambio Radical dio al fallido proyecto del uribismo para crear una sala especial para el juzgamiento de militares y policías en la Jurisdicción Especial de Paz.

Esta vez, la manzana de la discordia fue la moribunda reforma política. Barreras acusó a Cambio de “liderar el hundimiento de las listas cerradas por mandato de los Char”, considerada la familia más influyente de la política y la economía en Barranquilla.

“Hace unos minutos negaron el artículo 8 de la Reforma Política, que es el de la lista cerrada contra la compra y venta de votos y el clientelismo. Sin lista cerrada no hay reforma. Cambio Radical lideró el hundimiento por mandato de los Char. Le apuestan a que siga el pantano clientelista”, dijo el pasado jueves, tras la votación del cuarto debate en la Cámara de Representantes.

Después de este mensaje, Cambio Radical activó una ofensiva, principalmente en redes sociales, atacando a Barreras y anunciando medidas en su contra.

El partido denunció, incluso, una reunión del senador de La U con el presidente Iván Duque y otros congresistas en la cual, supuestamente, acordaron salvar la reforma, con ‘mermelada’ de por medio.

“Yo nunca creí, y de hecho me sorprendí, cuando se presentó ante los medios de comunicación la opción de trabajar como bancadas unidas Cambio Radical y el Partido de La U, porque las diferencias entre muchos de los actores políticos de estos partidos han sido evidentes en las contiendas políticas anteriores”, explicó el senador Carlos Fernando Motoa, miembro de la bancada de Cambio.

El congresista agregó que “se ha hecho evidente la fractura entre Cambio Radical y la U en las últimas semanas, por unos señalamientos del senador Barreras, principal líder de La U, contra Cambio Radical, que ha defendido su posición frente a la reforma política, con argumentos sólidos y claros. Eso evidencia el distanciamiento, cada vez mayor, entre Cambio Radical y La U, que hace algunos meses se tomaban algunas fotos tratando de presentar una bancada unificada en el Congreso de la República”, afirmó.

Ha sido tal la inconformidad del partido del ex vicepresidente Germán Vargas Lleras con Barreras, que la colectividad anunció además que denunciará ante las autoridades “a las personas que levantan falsos testimonios”.

Pese a todo esto, Roy Barreras ha insistido en sus denuncias contra los sectores políticos que se han opuesto a buena parte de la reforma: no solo Cambio Radical sino además los partidos de la llamada “bancada alternativa”, que han sugerido que la iniciativa del Gobierno sería un ataque contra esas colectividades pequeñas, ante la opción que tienen de llegar al poder en futuros comicios.

“Quiero denunciar que quienes se han ausentado de este reciento rompiendo el quórum lo han hecho con cálculo mezquino electoral pensando en el 2022, quieren que todo fracase para proponerse como alternativa y no le hacen bien a Colombia”, argumentó el senador en la más reciente sesión plenaria.

En este cierre de sesiones ordinarias lo que está claro es que en el Capitolio Nacional reinan las divisiones al interior de los partidos, en la oposición y hasta en la débil y casi que inexistente coalición de gobierno.

El próximo año, cuando se reanuden las tareas del legislativo, se dará una nueva alineación de fuerzas, para intentar componer la fracturada relación entre el Gobierno y el Congreso.