Hoy hace 30 años, el 6 de junio de 1994, un terremoto de magnitud 6,8 sacudió el municipio de Páez, en el departamento del Cauca, dejando una huella imborrable en la historia de Colombia .
Con epicentro en esta región, el sismo desató más de 3.000 deslizamientos, resultando en una catástrofe que cobró la vida de 1.100 personas y afectó a casi 8.000 más, según recordó el Servicio Geológico Colombiano .
Un desastre natural de proporciones devastadoras
El terreno ya estaba vulnerable debido a intensas lluvias que habían saturado los suelos, facilitando la ocurrencia de deslizamientos masivos.
En el cauce del río Páez, los flujos de agua, lodo, material vegetal y roca alcanzaron alturas de entre 10 y 40 metros y se desplazaron a velocidades de 50 a 60 kilómetros por hora.
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Estos inmensos flujos arrasaron con viviendas, puentes y otras estructuras en diversas poblaciones del Cauca, causando estragos en la infraestructura y los ecosistemas locales.
La tragedia dejó un saldo devastador:
- Más de 1.100 personas muertas, en su mayoría de la comunidad indígena Nasa.
- 500 personas desaparecidas.
- Miles de damnificados que perdieron sus hogares y medios de subsistencia.
- Daños severos en viviendas, infraestructura y ecosistemas, que dejaron a la región sumida en el caos y la desolación.
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El terremoto de Páez es considerado el segundo más mortífero en la historia de Colombia, solo superado por el terremoto del Eje Cafetero de 1999.
Después del desastre, científicos del Servicio Geológico Colombiano (SGC) tomaron la iniciativa para implementar redes de monitoreo y sistemas de alerta temprana.
Este esfuerzo fue crucial para que en 2008, cuando el volcán Nevado del Huila hizo erupción y desencadenó flujos mayores que los de 1994, las consecuencias no fueran igualmente devastadoras.
La articulación con la Corporación NASA KIWE fue esencial para la reconstrucción y rehabilitación del territorio, así como para la mitigación del riesgo volcánico y sísmico.
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Más allá de la tragedia, el terremoto del 6 de junio de 1994 dejó un legado de resiliencia. Las comunidades afectadas demostraron una capacidad impresionante para reponerse y reconstruir sus vidas.