Érika Sirley Pérez, una estilista y madre cabeza de hogar, desapareció en Medellín en 2022, tras una salida luego de su horario laboral. Lo que parecía como un día cualquier otro terminó en una tragedia.
Cuando finalizó su jornada laboral, una compañera del trabajo la invitó a tomarse una cerveza en un lugar cercano. A la salida se unió Juan Esteban Álvarez, hermano de Marisol. A pesar de que Marisol se retiró poco después, Erika se quedó en el lugar con Juan Esteban.
Lo que parecía una salida casual terminó en una desaparición. Después de un tiempo, la mujer se dirige al baño, se siente un poco tomada y sale del establecimiento con Juan Esteban y desde ahí no vuelven a saber de ella.
Al día siguiente la familia comenzó la búsqueda y su desaparición fue reportada por los padres de la víctima a las autoridades. Durante siete días la buscaron, pero no dio frutos.
Un cuerpo desnudo hallado en el río de Medellín alertó a la familia. Un tatuaje en el cuerpo encontrado fue clave para confirmar que se trataba de Érika Sirley Pérez. El cadáver mostraba signo de violencia.
El primer sospechoso fue Jair Agudelo, novio de Érika, con quien había tenido una discusión el día de la desaparición. La atención se centró en Juan Esteban Álvarez, la última persona que la vio con vida. Él señaló que la dejó en una estación de metro para que tomara su transporte.
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Cámaras revelaron la verdad
Gracias a cámaras de seguridad cercanas a la licorería revelaron que, en lugar de Juan Esteban dejarla en el metro, él llegó con Erika a su casa esa noche.
Las autoridades realizaron un allanamiento en la casa de Juan Esteban y encontraron el celular de la víctima y rasgos de sangre.
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Juan Esteban fue declarado culpable del feminicidio de Érika Sirley después de tres meses de investigación. Fue condenado a 31 años y cuatro meses de prisión y trasladado a la cárcel de la Dorada en Caldas.