que por su alto costo y compleja logística en la actualidad “semiparalizan” la ejecución de los proyectos.
Héctor Riveros y Laura Gil analizan si es verdad que estas consultas son un obstáculo para el desarrollo del país y cuestionan las alternativas que se abrirían para poder llevarlas a cabo como exige la ley.
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Para Laura Gil, “el desarrollo actual de las consultas se ajusta a los requerimientos internacionales” y no procede “echar la culpa a las comunidades por las tardanzas del Gobierno en la ejecución de proyectos”.
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Por su parte, Riveros afirma que “el Ministro ha visto afectada su gestión por las consultas y eso lo tiene molesto, salido de casillas” y no es correcto que su malestar llegue al punto de simplificar las razones de las consultas e incluso hacerlo por Internet.