La designación de José Ismael Peña por parte del CSU como rector de la Universidad Nacional generó una gran polémica en la Universidad y a nivel nacional, pues una parte de la comunidad universitaria, así como el Gobierno del presidente Gustavo Petro rechazaron la designación por no tener en cuenta los resultados de la consulta (aunque esta no es vinculante), así como el método de votación utilizado.
Incluso, el presidente Gustavo Petro, a través su cuenta de X, expresó su desacuerdo con la designación de Peña, y aseguró que “los delegados del Gobierno nacional respetan las decisiones democráticas en las urnas de estudiantes y profesores para las rectorías de las universidades”.
También afirmó que le parecía un “exabrupto que el CSU no haya elegido la persona que ganó en elecciones en todos los estamentos universitarios” y que era “un golpe antidemocrático contra el estudiantado, el profesorado, y las y los trabajadores de la universidad”.
Estimada Paola, si la votación quedó 5 a 3, es obvio que esa votación fue la misma cuando ante el consejo superior de la universidad Nacional se puso la proposición de aprobar un mecanismo que no coincidiera con la votación de las bases universitarias.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) March 22, 2024
No tengo opinión… https://t.co/r2ORvntdij
Tras varios meses de tensión, el Ministerio de Educación convocó el 6 de junio a una sesión extraordinaria del CSU, que tuvo un cambio de 2 de sus integrantes, y aprobaron con un total de 5 votos dejar sin efecto la resolución de nombramiento de José Ismael Peña y designaron a Leopoldo Múnera, ganador de la consulta, como el nuevo rector de la Institución.
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Teniendo en cuenta los argumentos presentados en su momento por los designados del Gobierno, así como por la exministra Aurora Vergara, y las dos designadas presidenciales, e incluso el mismo presidente Petro, sorprende lo sucedido durante la sesión del CSU del pasado 10 de septiembre, en la que en algunas facultades fueron designados como decanos profesores que no habían obtenido la mayoría de los votos en la consulta realizada entre estudiantes, profesores y egresados.
La sesión fue presidida por el nuevo viceministro de Educación Superior, Ricardo Moreno Patiño, quien llegó a la cartera tras el nombramiento de Daniel Rojas Medellín como ministro el pasado mes de julio. Y tuvo como novedad que fue transmitida en tiempo real a través de redes sociales.
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Y participó también, con voz pero sin voto, el rector Leopoldo Múnera, quien en su momento se declaró en desobediencia civil, después de que el CSU designara a Peña sin desconociendo los resultados de la consulta.
La designación de los decanos se hace igual que la designación del rector: Primero se hace una consulta en la comunidad académica, que no es vinculante, y luego se lleva a cabo una votación en el Consejo Superior.
En total fueron 5 las decanaturas en donde el Consejo Superior Universitario designó profesores que no ganaron la consulta.
En la sede de Bogotá, en la Facultad de Enfermería con 5 de los 7 votos se designó a la profesora Blanca Nieves Piratoba quien había obtenido el 45.5% de los votos en la consulta, mientras que con el 49.9% de los votos, Gloria Mabel Carrillo, había ganado la consulta.
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Lo mismo sucedió con la Facultad de Odontología, donde con 5 de los 7 votos se designó al profesor Rafael Antonio Malagón que obtuvo el 41% de los votos, cuando la consulta para esta facultad la ganó José Manuel González con el 52%.
En la sede de Manizales, en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura con 5 de los 7 votos se designó al profesor Gustavo Adolfo Agredo, quien obtuvo el 27.4% en la consulta, mientras que Jairo Andrés Paredes fue quien obtuvo la mayoría de los votos con el 42.5%.
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En la sede de Palmira en el Valle del Cauca, en la Facultad de Ciencias Agropecuarias, se designó por 5 de los 7 votos al profesor José Ader Gómez quien recibió el 30.8% de los votos de la consulta, pero fue Mario Augusto García quien obtuvo la mayoría con el 64%.
Mientras que, en la sede de Medellín, se designó con cinco votos a la profesora Eva Cristina Manotas en la Facultad de Minas, quien había recibido el 22% de los votos en la consulta mientas que John William Branch había obtenido la mayoría con el 64% de los votos.
En estos cinco casos, la designación se dio por mayoría pues los cinco candidatos que no ganaron la consulta contaron con el voto tanto del viceministro de Educación, Ricardo Moreno Patiño, como de las dos delegadas presidenciales Danna Nataly Garzón y María Alejandra Rojas, el representante del Consejo Nacional de Educación Superior, el exrector Víctor Manuel Moncayo y la representante estudiantil Ana María Manrique.
Llama la atención que fue con estas mismas mayorías, por los mismos 5 votos, que pudo llevarse a cabo la anulación del nombramiento de José Ismael Peña y la designación de Leopoldo Múnera como rector, aludiendo a respetar los resultados de la consulta.
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Pues justamente la composición del Consejo Superior Universitario cambió entre el 21 de marzo y el 6 de junio con la salida de Humberto Rosanía como designado del CESU (Consejo Nacional de Educación Superior) y la renuncia de la representante de los estudiantes Sara Jiménez, y se mantiene exactamente igual hasta el día de hoy, salvo el puesto de los exrectores que está vacante tras la renuncia de Ignacio Mantilla.
Son varios las voces de inconformismo que han surgido dentro de la comunidad universitaria por estas designaciones:
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El profesor Mario Augusto García Dávila, candidato a decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, aseguró que “resulta inexplicable observar cómo una rectoría, que anteriormente reclamó la elección del CSU y se declaró en desobediencia civil por ignorar la voluntad expresada en la consulta para la elección de rector y que ha promovido un discurso en favor de la democracia, ahora hace caso omiso de lo expresado por los estamentos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias”.
Al tiempo que el candidato a decano de la Facultada de Ingeniería y Arquitectura sede Manizales, el profesor Jairo Andrés Paredes López, aseguró, tras conocerse los resultados que no comparte “la falta de coherencia y argumentación que justifique la designación. Esta decisión es contraria al discurso de defensa de la democracia universitaria que se viene promulgando desde la rectoría y tampoco se esgrimió ninguna razón por parte de quienes otorgaron su voto por el decano designado. Es absolutamente inexplicable”.
Mientras que la Asamblea General Multiestamentaria de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional, envió un comunicado en que el advierte sobre:
La falta de coherencia en las decisiones del Consejo Superior Universitario, cuya acción se distancia de los principios abanderados durante el paro por la polémica designación de Ismael Peña.
Y añade que la designación:
Se desdice de los ideales defendidos por la administración del rector Leopoldo Múnera, de los representantes del Gobierno Nacional y en especial, de la representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario, Ana María Manrique.
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El abogado y profesor de la Universidad Nacional, Rodrigo Uprimny, quien en su momento demandó la designación de José Ismael Peña, también se pronunció sobre los nombramientos y señaló que el CSU: “
Debe una explicación de por qué en ciertos casos no nombró como decanos o decanas a aspirantes que ganaron claramente la consulta. Esta explicación nos la deben en especial los representantes del gobierno en el CSU que dijeron que respetarían las consultas.
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