Sandra Jeanette Castro es magistrada de la JEP desde el año 2018 y actualmente ocupa la presidencia de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, esta sección se encarga, entre otras cosas, de definir los sometimientos de quienes quieren comparecer ante este tribunal. Blu Radio conoció 3 denuncias que llegaron en las últimas semanas a la Comisión Nacional de Disciplina Judicial. Las personas, cuyo nombre mantendremos en reserva, han trabajado en el despacho de la magistrada Castro o han tenido funciones en la jurisdicción en las que ella termina siendo su jefe. En estos documentos, conocidos por Blu Radio, acusan a la magistrada por presunto acoso laboral, incluso, mencionan que durante el tiempo que estuvieron trabajando en el despacho o en funciones a cargo de la magistrada empezaron a tener problemas de ansiedad, depresión y otras enfermedades que afectan la salud mental de las denunciantes y de quienes están dispuestos a asistir como testigos en este proceso.
Testimonio 1
El primer caso es de una mujer que empezó a trabajar con Castro en este 2023, en el documento radicado ante la Comisión Nacional de Disciplina Judicial advierte que desde el comienzo sintió un ambiente laboral tenso, hostil y de poca colaboración entre colegas y asegura que incluso se hacían "chistes" sobre las insubsistencias, medidas tomadas por incumplimiento de las metas. “5:30 p.m. y no llegó la insubsistencia, un día más que sobrevivimos” o “Aun me sigue dejando ver y entrar a mi correo, no soy insubsistente”, son algunas de las citas que presenta la denunciante. Agrega que había también comentarios en el despacho sobre la alta rotación que se presentaba del personal que allí llegaba.
En el mismo sentido señala la mujer que las acciones de Castro en su contra constituyeron “expresiones ultrajantes que han vulnerado mi dignidad humana y mi trabajo” y “conductas que permiten inferir el propósito de inducir mi renuncia mediante la descalificación”. En este punto se refiere a algunas de las expresiones que habría usado la magistrada.
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"Eso no lo hace ni un estudiante de primer semestre de derecho”, le habría dicho en algunos casos. O también frases como “deberías plantearte seriamente si quieres ser abogada”. Allí la denunciante explica que, además de ser abogada, cuenta con especializaciones y otra serie de estudios relacionados con los casos y procesos que se manejan en la JEP.
Posteriormente y después de hablar de conductas que la mujer considera hostiles por parte de otros funcionarios del despacho narra un evento que ella describe como "el hecho y situación más grave, triste y vergonzosa que evidencia todos los elementos de maltrato y acoso laboral proveniente de la Dra. Sandra J. Castro Ospina y de la cual solo puedo recordar con dolor por permitirme recibir un trato indigno e inhumano", según se lee en el documento.
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El caso se habría presentado en el mes de julio, en medio de un proceso a nivel hormonal que había empezado la denunciante por tener SOP y una alerta de CA125 en sangre elevada, esta situación la había llevado a que los periodos menstruales fueran irregulares:
"Mis periodos menstruales son irregulares; lo anterior porque para el 12 de julio tenía un retraso de 8 días sin que tuviera síntomas de que tendría mi regla. Ese mensaje me generó dolor de estómago y como no había podido almorzar me fui al baño y vomité demasiado, cuando a las 4:30 p.m. aproximadamente la magistrada empezó a llamarme insistentemente, decidí atender la llamada y me dijo “Dónde estás? ¿Dónde está el proyecto? ¿Por qué no me has hecho las correcciones y enviado?”. Por lo anterior, le manifesté a la magistrada “estoy en el baño”, ella me dijo “debes venir ya o habrá consecuencias”, cuando llegue a mi puesto de trabajo, mi compañero me dijo “Haz los cambios rápidos son fáciles”, yo le dije “yo ya no sé cómo se hace y no puedo hacerlo realmente no puedo, hazlos tú”, entonces él dijo “No debería yo hacer esto que es tuyo”, entonces, la magistrada me dijo que debía ir a su oficina, empezó por decirme que debía agradecer tener una oportunidad como está de trabajo y dijo otras cosas como, que: “este es el despacho de la Sala con las decisiones de la mejor calidad”, “eres privilegiada a tu edad de tener un cargo como este”, “tu problema es ser la persona consentida del anterior magistrado”, “las mujeres no debemos esperar siempre un superhéroe y el magistrado no es tu superhéroe”, “ser linda no es lo más importante, también toca producir y ser profesionales buenas y reconocidas” entre otras cosas. Para ese momento y de la forma más avergonzada debo contar que empecé a sentir como bajaba sangre de mis piernas y me manchaba, tenía una falda y al no estar preparada estaba todo un caos, cuando la magistrada hizo una pausa en su discurso, le dije “debo ir al baño me llego el periodo”, esto la enfureció y me dijo “no te creo, siempre es la misma excusa de las mujeres débiles, deberías saber que tu compañera sufre con periodos menstruales más severos que tú y jamás se queja de eso conmigo, eres inmadura” para ese momento no soporté más y salí de la oficina llorando camino al baño", se lee en el documento.
Después de esto la magistrada le habría pedido que volviera a la oficina, allí continuaron los reclamos y se habría presentado un trato denigrante, una vez salió de la jurisdicción se habría dirigido a una clínica psicológica y psiquiátrica, pues asegura que tuvo pensamientos en los que sentía que "no encontraba una salida". En el centro médico fue valorada por una psiquiatra con “trastorno mixto de ansiedad y depresión”, por lo que recibió una incapacidad de 10 días. Al siguiente día, se despertó y tenía varios mensajes de sus compañeros sobre la nueva directriz de la magistrada de programar por horas el día de trabajo:
"Luego de todo lo ocurrido entro de la relación laboral, la magistrada una vez presente mi carta de renuncia continua en sus conductas de persecución y se opuso a la firma de mi paz y salvo laboral, al punto de verme inmersa en la presentación de un derecho de petición y ante la reiterada negativa la presentación de una acción de tutela. En respuesta dentro del trámite de tutela dada por la magistrada se puede evidenciar como de forma deliberada y arbitraria ella postula personas en un cargo y antes de ser una oportunidad laboral se convierte en un vínculo tortuoso y difícil de afrontar incluso luego de la desvinculación, pues sus demoras injustificadas en la entrega de paz y salvos es una constante", se lee en la denuncia.
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Por último, asegura que actualmente sigue sintiendo las consecuencias psicológicas y emocionales, y que en la JEP en el comité de convivencia laboral le han mencionado que simplemente la queja fue archivada y nada de lo solicitado podía ser revisado.
Finalmente menciona: "En días pasados supe de una persona que está en una situación económica complicada que trabaja con ella, que sus múltiples problemas la han puesto en situaciones de riesgo físico producto del estrés laboral, ha tenido pensamientos suicidas y con ello hoy me veo como persona, que también fue víctima de la misma persona, a denunciar y a no permitir que esto se quede en un archivo" advierte en la denuncia.
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Ante esto hace algunas solicitudes a la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, primero asegura que al sentir que esta no es solo una situación personal, ya que hay más afectados, se debe evaluar la situación de ambiente y relación laboral de los demás miembros del equipo. Pero también pide que como existe otra queja contra la misma magistrada se haga una acumulación de quejas. Mientras se resuelve la situación de Castro, también menciona que la magistrada debe ser apartada del cargo como presidente de la Sala de Definición, pues considera que su permanencia ahí es revictimizante y que podría haber más personas en peligro.
Al final plantea algunas conclusiones y adjunta los correos e incapacidades y diagnósticos médicos.
“La situación de acoso laboral y maltrato, además de la persecución laboral adelantada en mi contra por la magistrada Sandra J. Castro Ospina son una realidad mantenida en el tiempo, ejecutada de manera sistemática y reiterada que, al día de hoy, sigue perpetuándose, que se ha normalizado por los demás miembros del equipo de trabajo y se han adoptado conductas similares de trato que atentan contra la dignidad humana y el derecho fundamental a trabajar, además de conocer que aún continúa en este tipo de acciones en contra de otras personas”, finaliza el documento.
Testimonio 2
La segunda denuncia fue radicada ante la Comisión Nacional de Disciplina Judicial el pasado 12 de septiembre, también por acoso laboral y también contra la magistrada Castro. Ella empezó a trabajar en la JEP el mes de abril de este 2024 y explica que al comienzo, desde el despacho de la magistrada, más allá de ayudarle a cumplir sus objetivos, se dedicaron a atemorizarla sobre la exigencia laboral. Narra también que desde el principio, cuando buscó a la magistrada para aclaraciones sobre temas laborales, se sintió incómoda por las palabras y actitudes de Castro.
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"Es importante señalar que en varias oportunidades la magistrada Sandra Jeannette Castro Ospina ha hecho comparaciones entre los otros Magistrados Auxiliares que la apoyan y la suscrita, expresando que los demás Magistrados Auxiliares sí tienen conocimientos y la ruta clara a seguir, mientras que yo estoy desenfocada, que debo ser más estratégica, incluso me ha mandado a estudiar. Igualmente, ha indicado que no tengo resultados que mostrar", dice el documento. La magistrada también habría señalado que el trabajo desarrollado por la denunciante hasta la fecha no será tenido en cuenta para la evaluación que como magistrados supervisores deben realizar del mismo.
Por otro lado, se refirió a un episodio en el que fue a pedirle permiso para realizarse un tratamiento quirúrgico, los hechos se habrían presentado en julio, en ese momento, también se habrían presentado comentarios en su contra.
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"Me reiteró que yo estaba desenfocada, a diferencia de los demás Magistrados Auxiliares", explicó la denunciante, quien aseguró que también Castro le habría dicho "Que por su parte notaba que carecía de conocimientos y capacidades, que debía ser estratégica. Incluso me indicó que yo debía aprovechar la incapacidad que me darían por mi cirugía y dedicarme a estudiar, porque no tenía conocimiento del tema. También señaló que, por ser mamá soltera de tres niños, seguramente necesitaba continuar con el trabajo, de su parte consideraba que mi calificación sería negativa, porque me había dedicado a trabajar el caso a caso sin ninguna estrategia", señala la mujer en la denuncia.
Posteriormente, la magistrada Castro habría enviado un correo a todo el equipo en el que informaba sobre el permiso para el procedimiento, situación que expuso la condición de salud de la denunciante, y algo que para ella evidencia cómo la magistrada Castro Ospina busca "exponerme y minimizarme como persona y como profesional".
La denunciante también cita un caso en el que la magistrada habría enviado un correo con comentarios a un proyecto en el que dice que el trabajo realizado "Es de los peores proyectos que he tenido para revisión en mi vida" también agregó que: "No sirve para nada" y que "solo me hace perder tiempo".
Por otra situación presentada, la magistrada tomó después, según la denuncia, la decisión de sustraerle todos los casos asignados y habría continuado enviando correos en los que ante otras personas del equipo se refería con términos desobligantes al trabajo de la mujer que denunció los hechos.
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El 6 de agosto señala la denuncia que ante “mi supuesta incompetencia, incapacidad y brutalidad considerada por parte de la magistrada Sandra Jeannette Castro Ospina, ya era de conocimiento de los demás magistrados de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas y de sus equipos de trabajos. Ese día varios compañeros murmuraban en el piso 9 sobre los correos remitidos por la magistrada en los que degrada y descalifica mi trabajo, en particular, un correo enviado a los magistrados del Grupo A, mediante el cual solicitó la revisión y comentarios de su parte al proyecto de rechazo, que advierte le tocó hacer a ella, debido a mi incompetencia, incapacidad y desconocimiento", dice la denuncia.
Posteriormente, el documento cita un hecho que se habría presentado por parte de Castro contra una magistrada de la misma sala, en este caso, se habría referido en términos peyorativos a los integrantes de los pueblos étnicos. Este caso lo citó la denunciante teniendo en cuenta que ella es una mujer indígena.
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"Cabe resaltar, que la murmuración de los compañeros se acentuó en lo dicho por la magistrada Castro Ospina sobre mis “supuestas incompetencias” comparándolas con las expresiones que en semanas anteriores la magistrada presidenta en el marco de una Sala, le había dirigido a la magistrada Heydi Patricia Baldosea Perea (Q.E.P.D), mujer perteneciente al Pueblo Afrocolombiano, de quien consideraba no tenía las competencias para ser la vicepresidenta de la JEP, y refiriéndose de manera peyorativa a los integrantes de los pueblos étnicos que laboramos para esta Jurisdicción", asegura en la denuncia.
En este punto se explica en el documento que la situación le generó estrés y ansiedad, así como desmotivación sobre su trabajo, incluso, dijo que tuvo una sensación de acorralamiento, que la llevó a pensar en quitarse la vida.
"Impedirme subsanar el proyecto, utilizar un lenguaje ofensivo, sustraerme de todos los casos que tenía asignados de su despacho, el temor por el perjuicio laboral, la desarmonía en el ambiente laboral, y la exposición a mi buen nombre y honra, produjeron en mí una sensación de acorralamiento e intención de suicidio. Y cómo no sentir miedo, angustia, terror, desmotivación, si soy una mujer indígena, madre cabeza de familia, y que actualmente enfrento una lucha para ganarle la batalla a una enfermedad" advierte en su denuncia.
Para la denunciante son evidentes los actos discriminatorios de la magistrada Castro contra ella por ser mujer indígena, lo que habría afectado sus labores en la jurisdicción y varios de sus derechos.
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Además, adjuntó correos y capturas de pantalla para sustentar lo dicho durante su escrito, por último realiza algunas solicitudes preventivas a la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, entre las que se encuentra la acumulación de las quejas y que se solicite a la JEP apartar del cargo como presidenta de Sala de Definición de Situaciones Jurídicas a Castro.
Testimonio 3
El 11 de septiembre también otra funcionaria de la JEP hizo una ampliación de queja de manera escrita ante la Comisión Nacional de Disciplina Judicial contra la magistrada Castro. Esta mujer se ratificó en todos los hechos que denunció el 25 de junio de 2020, dado que la primera denuncia la presentó ante el Comité de Convivencia Laboral de la Jurisdicción Especial para la Paz, por "conductas constitutivas de acoso y maltrato laboral". En el escrito dice que vivió episodios traumáticos y que aún comparte espacios con la magistrada desde donde ha escuchado de otros casos. Ella está vinculada a la JEP desde 2018 y dice que aunque reconoce que pudo tener errores en el trámite de algunos procesos, nunca fue negligente ni irresponsable.
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"Precisamente su trato grosero, insultante, denigrante de la dignidad de la persona y del profesional que es su subalterno, fue una constante, lo que no solo quedó registrado en los correos electrónicos, oficios y demás documentos que aporté en la queja y que hacen parte de la presente investigación, sino también porque los recibí de manera directa y personal, incluso soy testigo de los comentarios denigrantes, discriminatorios y sexistas que hacía del personal a mi cargo", señala en la denuncia.
Asegura que fue durante la pandemia del Covid 19 que la situación empezó a empeorar, por la virtualidad, pues eso agudizó la mala relación que tenía con la magistrada Castro.
"Situación que fue escalando al punto de generar graves afectaciones en mi salud física y mental como lo certificó mi médico tratante, en la medida que desarrolle ansiedad y episodios de pánico, por lo que debí someterme a tratamiento médico por el área de psiquiatría de manera urgente tanto de forma particular como por la EPS Sanitas y farmacológico por más de un año. (Anexo historia clínica, recomendaciones y tratamiento)", dice la denunciante en el documento.
En los correos que recibía a diarios dice que sentía un trato irrespetuoso y descalificante y que en 2019 debido a la ansiedad y los ataques de pánico estuvo incapacitada por psiquiatría. Lo que la habría llevado a presentar la denuncia fue un hecho que ocurrió con una de las auxiliares que la denunciante tenía a su cargo, pues por un error que cometió la funcionaria, la magistrada Castro habría pedido que se presentara una denuncia penal en su contra.
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"Esta lamentable situación que relaté en la denuncia en el numeral 19 y que versa sobre los hechos ocurridos el 25 de junio de 2020, describen perfectamente el patrón
“criminal” de ella, dado que sin siquiera intentar averiguar lo que sucede, o indagar de forma respetuosa con las demás personas, y con completo desconocimiento de la situación particular, arremete contra una persona, la descalifica, le imputa responsabilidad, y exige que sea reprendida, violentando las mínimas garantías constitucionales de que todas las personas gozamos, como lo es la presunción de buena de inocencia y de buena fe en el marco de las actuaciones de los servidores públicos", dice la mujer que ha denunciado el caso.
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En el mismo sentido, asegura que una vez denunció los hechos ante el Comité de Convivencia Laboral, la magistrada, según la denuncia, tuvo una actitud vengativa.
"El 4 de julio de 2020, la magistrada Castro radicó queja por acoso laboral contra los magistrados Mauricio García Cadena, Pedro Elías Díaz Romero y la suscrita en calidad de Secretaria de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, -documento que adjunto-, por las supuestas conductas de “1. Causar perjuicio laboral, 2. Inducir a la renuncia, 3. Discriminación laboral en la modalidad de entorpecimiento laboral”, cuyo trámite se adelantó en paralelo a la mía, y que lo único que buscada era descalificar la denuncia en su contra, e intimidarme para que desista de seguir adelante", cuenta en el documento la denunciante.
Por último muestra su desilusión e impotencia, pues dice que han trascurrido más de cuatro años desde que la queja fue traslada a instancias de la Comisión de Disciplina Judicial, y apenas a finales del año pasado se abrió la investigación y advierte que el miedo ha impedido que más casos salgan a la luz, pues habría personas que incluso habrían sido declaradas insubsistentes cuando han tratado de defenderse. En este punto menciona 6 nombres de funcionarios y exfuncionarios que también habría pasado por la misma situación, por otro lado, advierte que al interior de la JEP hay un silencio cómplice. Finalmente, adjuntó 23 archivos para demostrar algunas de las denuncias que ha hecho.
"Ello por solo mencionar algunos ejemplos, pues la lista de personas que han sido sometidos a este tipo de actos de maltrato es extensa. Valdría la pena indagar con la Secretaria Ejecutiva de la JEP, el número de funcionarios a los que ha declarado insubsistentes o le han renunciado en los seis años de funcionamiento de la JEP. Lo raro es que, al interior de la JEP, esta situación tan evidente, en lugar de prender las alertas y que las directivas como el Órgano de Gobierno o la presidencia de la JEP tomen cartas al respecto, han guardado silencio cómplice, tal vez a la espera que suceda una tragedia que los obligue a pronunciarse", explica el documento.
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Respuesta de la JEP y de la magistrada Sandra Castro
Blu Radio contactó a la magistrada Sandra Castro y al presidente de la JEP, magistrado Roberto Vidal.
La jurisdicción aclaró que, por el momento, la magistrada Castro no se va a pronunciar. Sin embargo, Vidal sí aclaró que tuvo conocimiento sobre una “situación compleja” que involucra a la magistrada Castro y a una funcionaria de la jurisdicción. Dice que han tomado cartas en el asunto de manera institucional y que se hizo una intervención con la ruta de salud mental y cuidado de las emociones, al interior de la JEP.
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En el mismo sentido, el presidente de la JEP ha dicho que en la jurisdicción hay recambio de equipos y presiones extraordinarias y señaló que la información del Comité de Convivencia no es de su conocimiento, pues es reservada.