La Superintendencia de Sociedades dio el pitazo inicial para la negociación de un acuerdo de reorganización que permita que PDVSA Gas, la propietaria del tramo del gasoducto Antonio Ricaurte en Colombia, pueda salir de la quiebra. La firma tiene cuatro meses para conseguir un acuerdo o se irá a liquidación.
La compañía tiene deudas hoy por unos 29.000 millones de pesos. Le quedó debiendo a la Dian, a las empresas de la luz, a los empleados, a las empresas de vigilancia y a CNG Energy, que le reclamó más de 18.648 millones de pesos en el proceso (más del 60 % del total), según los documentos del expediente.
Lo curioso del asunto es el CNG Energy también está en la ruina y hoy avanza su propio proceso de liquidación. Terminó en esa situación después de que la Supersociedades le hiciera una visita a la compañía en medio de una investigación por soborno transnacional en noviembre de 2018.
Ese año varios exfuncionarios del Gobierno venezolano reconocieron ante las autoridades de los Estados Unidos una trama de sobornos que desvió millones de dólares de PDVSA, en medio de la adjudicación de contratos para construir transformadores eléctricos.
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En la visita se encontraron tantas cosas irregulares en CNG Energy que la Supersociedades la sometió a control. La compañía no solo estaba colgándose en los pagos, además, tenía problemas en sus registros contables y líos jurídicos.
CNG Energy fue la última empresa en tener un contrato para hacerle mantenimiento al gasoducto Antonio Ricaurte en Colombia. El gasoducto hoy está parcialmente desmantelado y tiene serios problemascomo ya Blu Radio lo había mostrado antes.
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