La organización de bandas dedicadas exclusivamente al robo de supermercados es cada día más difícil de detectar para la seguridad, lo que se ha convertido en la principal causa detrás del aumento de las millonarias pérdidas por robos que acumularon en 2023 los supermercados y almacenes de cadena del país.
Según el Censo Nacional de Merma, realizado anualmente por Fenalco, entre enero y diciembre de 2023 las pérdidas por robos en el sector aumentaron un 8 %, lo que equivale a 144 mil millones de pesos. De esta cifra, 41.000 millones corresponden a robos internos y 103.00 a robos externos, el 85 % de los cuales fueron cometidos por bandas organizadas.
“Es un incremento sustancial que preocupa muchísimo porque esas cifras ponen en riesgo el estrecho margen de utilidad que tienen los establecimientos de comercio (...) Lo que se viene detectando es que cada vez los sistemas de robo son más sofisticados y que obedecen más a bandas organizadas que actúan con estrategias como el cambio de códigos de barras o de precios en los artículos, lo que muchas veces pasa desapercibido en las cajas”, explicó el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, durante la más reciente versión de Góndola, realizada en Cartagena.
Sin embargo, el reciente fenómeno de la restricción del uso de bolsas plásticas también podría estar asociado a este aumento en los robos hormiga: “Al restringir cada vez más el uso de bolsas en los establecimientos comerciales y permitir a los clientes llevar sus propias bolsas de aluminio, tela, etc., se ha facilitado mucho la forma de esconder y sacar productos de los establecimientos”, precisó.
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Entre los productos más apetecidos por los ladrones están chocolates y dulces, carnes frías, abarrotes, artículos de aseo, enlatados, licores, leche, electrodomésticos, gaseosas y medicamentos. A su vez, las regiones donde más se detectan estos casos son el occidente, con un 2.45 %; el centro del país, con un 1.78 %; y la Costa Caribe, con un 1.72 %.
El informe revela, además, que la merma operativa total, que contabiliza también las pérdidas por desperdicio de productos, averías, vencimientos y errores administrativos, entre otros, fue de 740.000 millones de pesos, lo que significa una disminución frente a 2022, pasando del 1.70 % al 1.48 %.