Esta semana se generó un revuelo a raíz de un proyecto de ley que prepara el Gobierno nacional, a través de la Superintendencia de Transporte, para regular y endurecer las multas contralas aplicaciones de transporte, que no son legales en Colombia. Los conductores de estas plataformas salieron a las calles para mostrar su descontento con esta decisión.
“Pasó algo muy peligroso, pero que terminó en algo positivo que fue un fantasma muy claro, a través del borrador del proyecto de la Superintendencia de Transporte, de prohibir de facto las aplicaciones de movilidad (…) Digo que hay cosas buenas en esto, es que el debate público mostró que prefieren la oportunidad de elegir y que el Estado no se meta con qué contenidos podemos o no usar. El reto no era evitar que las prohibieron, sino de la regulación. Los puntos esenciales: poner el tema social en el centro y proteger 100.000 familias que viven de esto y la mejor forma es reglamentar a lo que se dedican; en segundo lugar, esto no es de bandos, no se trata de quién gana porque hoy en las aplicaciones ya se encuentran taxis. Se trata de regular cada lado”, puntualizó en Sala de Prensa Blu, José Daniel López, presidente de Alianza In, gremio de aplicaciones para Latinoamérica.
López considera que el taxismo y las aplicaciones operan juntos, pues se abren mayores puertas y genera mayor seguridad también para el conductor al conocer los datos de sus pasajeros; según él, el diálogo se centró en la capacidad de elegir y la libre expresión y, además, la amenaza o el camino de cualquier autoridad de tomar decisiones que tal vez no quieren.
“El cupo es el tema más fregado en esta discusión. Esto lo crean algunas autoridades para poder limitar la cantidad de taxis que circulan en la ciudad y cuando se crea se estima que hay un límite, pero nunca se pensó que se iba a crear un mercado informal entorno a ese derecho, pero surgió y existe, muchas veces el cupo en ciudades como Bogotá o Medellín suele ser más costoso que el propio taxi, eso hay que reconocerlo”, aseveró.
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Finalmente, según él, lo más importante para lograr cualquier tipo de acuerdo debe haber una base importante: el respeto y, desde allí, empezar a trabajar en una mesa de diálogo que permita un acuerdo mutuo.