En la mañana de este lunes, 13 de enero, se habilitó nuevamente el paso por los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, que conectan a Colombia y Venezuela en el departamento de Norte de Santander. Lamovilidad en la frontera se normalizó en ambos sentidos tras el cierre de 72 horas ordenado unilateralmente por el gobierno venezolano el pasado viernes.
De acuerdo con la Cancillería colombiana, la decisión del cierre fue tomada sin previo aviso por parte del régimen de Nicolás Maduro, afectando a millas de personas que dependen del tránsito fronterizo. Durante este período, se instalaron contenedores en los pasos fronterizos, bloqueando el paso vehicular y peatonal.
Impacto en la comunidad fronteriza
El cierre generó caos y dificultades para los habitantes de la región, especialmente para los ciudadanos venezolanos que cruzan diariamente hacia Colombia en busca de alimentos, medicamentos y otros productos básicos. Desde la madrugada del viernes, se reportaron largas filas y escenas de tensión en los puntos de acceso, mientras los habitantes intentaban adaptarse a las restricciones impuestas.
Reacciones y reapertura
La reapertura de los pasos fronterizos fue recibida con alivio por parte de la comunidad. Autoridades locales y organismos internacionales han reiterado la importancia de garantizar el libre tránsito en la región, especialmente en una zona donde millas de familias dependen del comercio y la movilidad entre ambos países.
Aunque no se han detallado las razones detrás del cierre, se espera que las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela sigan siendo determinantes para evitar este tipo de medidas unilaterales que afectan a la población de la zona fronteriza.
La situación en la frontera fue monitpreada constantemente por el canciller Luis Gilberto Murillo que viajó en compañía del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y de delegados de Migración Colombia. También tendrá comunicación con las autoridades venezolanas para conocer lo que pueda estar sucediendo. Y es que la preocupación del Gobierno colombiano recae en que lo sucedido con la posesión de Nicolás Maduro desate una nueva ola migratoria.
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