En las últimas horas, ante la Secretaría General de la Cámara de Representantes, la congresista por la alianza verde Carolina Giraldo radicó el proyecto de ley con el que se busca prohibir las prácticas conocidas como ECOSIEG (Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual, Identidad o Expresión de Género) o mal llamadas “terapias de conversión” a personas LGTBIQ+.
Esta es la segunda vez que se trata de pasar este proyecto, luego del intento fallido que tuvo el exrepresentante a la cámara y ahora director del ICETEX, Mauricio Toro, cuya iniciativa no pudo ser debatida por una recusación presentada por un activista cristiano, que apelaba que el representante estaba impedido para votar este proyecto por ser una persona homosexual.
Según la iniciativa radicada, las personas con diferentes orientaciones sexuales no pueden ser catalogadas, bajo ninguna circunstancia, con trastornos mentales o problemas psicosociales.
“Las orientaciones sexuales diferentes a la heterosexual y las identidades y expresiones de género que no se identifiquen dentro del modelo binario-cisgénero no podrán ser bajo ninguna circunstancia un criterio catalogador de trastorno mental, discapacidad mental o problema psicosocial, ni un determinante para valorar la capacidad y salud mental de ninguna persona”, se lee en el documento.
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El proyecto de ley estima que cualquier tipo de prácticas, tratamientos o terapias que tengan como finalidad el cambio de orientación sexual o identidad o expresión de género, prohíbe la destinación de recursos públicos para promover este tipo de práctica violenta, y establece una pena entre 10 a 22 años de cárcel a las personas que promuevan y practiquen los ECOSIEG.
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“No vamos a parar de luchar contra las prácticas que buscan cambiar la identidad de género y la orientación sexual. Eso es tortura y discriminación”, sostuvo la representante Giraldo, autora de la iniciativa.
Según un boletín del Colegio Colombiano de Psicólogos, una investigación científica demuestra que las prácticas ECOSIEG no son recomendables porque “implica crear una falsa expectativa de cambio”. Además, tiene consecuencias como la estigmatización de la sexualidad y experiencia humana.
El proyecto radicado en la mañana de este jueves, 3 de noviembre, contó con el visto bueno de las diferentes organizaciones de la comunidad, el apoyo de 58 congresistas y entrará para su trámite por la Comisión Séptima de Cámara. Actualmente, países como Francia, Canadá, Alemania, Brasil, Chile, Ecuador y Malta, han prohibido las mal llamadas “terapias de conversión”.
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