¿Quiénes son las nuevas víctimas que las Farc reconoció?

Las Farc reconoció el asesinato de seis personas, de los cuales se encontraba el exministroÁlvaro Gómez Hurtado y el excomandante del M-19 Hernando Pizarro Leon-Gómez. También reconocieron los asesinatos de José Fedor Rey, Jesús Antonio Bejarano, general ( r ) Fernando Landazábal Reyes, Pablo Emilio Guarín. Conozca quiénes eran ellos:

Álvaro Gómez Hurtado, asesinado el 2 de noviembre de 1995

El asesinato del exministro y candidato a la presidencia Álvaro Gómez Hurtado, hijo también del expresidente Laureano Gómez, ocurrió en la mañana del 2 de noviembre de 1995, frente a una de las sedes de la Universidad Sergio Arboleda, donde dictaba la cátedra de Cultura Colombiana.

Gómez Hurtado también fue periodista y director del medio de comunicación El Siglo. Su asesinato fue declarado como crimen de lesa humanidad y, hasta ahora, las Farc admiten su responsabilidad. Uno de los salpicados en el caso era el expresidente Ernesto Samper, quien se declaró ajeno a los hechos ante la Comisión de la Verdad, recalcó que el asesinato de Gómez Hurtado era una conspiración contra su gobierno.

Hernando Pizarro León-Gómez, asesinado el 25 de febrero de 1995

Fue conocido por ser hermano del comandante del Movimiento 19 de abril (M-19), Carlos Pizarro León-Gómez y, también, por ser el segundo al mando del Comando Ricardo Franco. Al igual que José Fedor Rey, alias ‘Javier Delgado’, protagonista de la Masacre de Tacueyó, Cauca, en donde torturaron y asesinaron a 164 guerrilleros. El día de su asesinato, Pizarro León-Gómez fue interceptado por vehículos que se habían hecho pasar por agentes de la CTI y de la Fiscalía. En septiembre de ese mismo año, un exfuncionario del CTI fue imputado por el asesinato de Pizarro.

José Fedor Rey, alias ‘Javier Delgado’, asesinado el 30 de junio de 2002

Conocido también como el ‘monstruo de los Andes’, era guerrillero y perpetrador de muchos crímenes, entre ellos, la masacre de Tacueyó, que ocurrió en 1985, cuando era comandante del Comando Ricardo Franco Frente- Sur. Allí, torturó brutalmente, junto a Hernando Pizarro León, a 164 de sus guerrilleros porque, según ellos, eran infiltrados o informantes del Ejército Nacional de Colombia o la CIA. Javier Delgado fue condenado a 19 años de prisión, pero el 30 de junio del 2002, en su celda, fue encontrado ahorcado.

Jesús Antonio Bejarano, asesinado el 15 de septiembre de 1999

Fue asesinado en las instalaciones de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, donde era decano. Fue víctima de la violencia política que se vivía en el país en esa época. Era experto en la resolución de conflictos. Fue consejero de Paz en los gobiernos de Virgilio Barco y César Gaviria , así como participante en las negociaciones con las guerrillas.

Ahora, su asesinato se confirmó a manos de las Farc, ya que los acusaba públicamente de incumplir los diálogos de paz que se llevaban en el Caguán.

General (r) Fernando Landazábal Reyes, asesinado el 12 de mayo de 1998

Con una carrera militar de 36 años, ocupó comandancias en brigadas del Ejército y fue ministro de Defensa, entre 1982 y 1986. En la presidencia de Belisario Betancur, desde ese cargo, atribuyó a la responsabilidad por la violencia del país al Partido Comunista Colombiano, al que acusó de ser el principal patrocinador de la guerrilla. Landazábal se retiró del obierno cuando el presidente sostuvo una reunión con miembros del M-19 sin consultarlo con las Fuerzas Militares de Colombia.

Pablo Emilio Guarín, asesinado el 15 de noviembre de 1987.

Representante a la Cámara por el Partido Liberal, fue asesinado el 15 de noviembre de 1987, cerca de Bogotá. Fue uno de los principales líderes políticos en Puerto Boyacá, anticomunista férreo. Impulsó las autodefensas y era considerado como el verdadero vocero de los paramilitares del Magdalena Medio. Al principio de su vida política estuvo cercano al Partido Comunista, pero cuando las Farc mató a uno de sus mejores amigos le declaró la guerra a la insurgencia. Creó cooperativas ganaderas para armarse y defenderse de la guerrilla.