En el encuentro del quinto acto de reconocimiento a las víctimas de la violencia, la Comisión de la Verdad escuchó varios testimonios que relataron cómo miembros del personal de salud de diferentes regiones del país se vieron afectados por la guerra.
La entidad hizo un reconocimiento a las misiones médicas y al impacto del conflicto armado en la salud, especialmente en las zonas rurales del país.
Las víctimas contaron hechos de violencia que ocurrieron en Puerto Lleras, Meta, en el 2002; en la vereda de Santo Domingo, en el municipio de Tame, Arauca, en el año 1998; hechos de desviación de recursos públicos en el sistema de salud que creó el pueblo indígena llamado Manexka EPS, las historias de algunas parteras del Cauca y de Timbiquí, entre otros.
“En 1997 el pueblo zenú creó una empresa promotora de salud indígena; Manexka EPS. Pero un líder indígena implicado en la parapolítica provocó la desnaturalización y el debilitamiento del sistema de salud propio e intercultural“: Saúl Franco #EnVivo ► https://t.co/Z9uuiQitRf pic.twitter.com/ppiEjIoHKD
— Comisión de la Verdad (@ComisionVerdadC) September 24, 2020
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Pero también se contaron hechos de violencia de la costa Caribe donde, según la comisión, entre el año 2000 y el 2010, siete zonas de la región fueron sometidas por la parapolítica que usó los recursos de la salud para imponer a los actores armados y que, además, violaron los derechos humanos de 99 directivos de instituciones de salud y de 141 trabajadores del sector.
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Uno de los relatos fue el de una enfermera de Soledad, Atlántico, quién fue víctima de abuso sexual después de prestar su servicio médico:
"Yo iba era a trabajar, a atender unos heridos. Pasé toda la tarde acompañando y ayudándoles a los médicos. Cuando ya terminó todo, me dijeron, ya su trabajo terminó allá, ahora viene su otro trabajo, yo les pregunte qué ¿cuál otro trabajó? Me dijeron que no preguntara", dijo.
Aseguró que, pese a que intentó poner resistencia, no pudo hacer nada era de noche y todos estaban armados.
Esa persona que me empujaba y me metió a ese cuarto andaba alicorado y ahí fue donde él abuso de mí. Cuando a la medianoche entró otro tipo, también abusó de mí. Ponían una música de Farid Ortiz, yo escuchaba la música. Ya casi en la madrugada entró otro. Fueron tres que abusaron de mí
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Por otro lado, Jaime Alberto Parra, alias ‘El Médico’, exintegrante del secretariado de las Farc, reconoció los daños que afectaron al personal de la salud en la guerra y aseguró que quieren “reparar y devolver la dignidad a las víctimas. Luchar por la recuperación de sus derechos políticos, económicos y sociales, trabajar incansablemente por la consciencia colectiva de la no repetición’’ y que están ‘‘abiertos y dispuestos al reconocimiento de responsabilidades”.
Además, ofreció disculpas por casos específicos que algunas víctimas narraron en el acto.
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Pedimos perdón por las amenazas contra las personas, contra quienes ejercieron la misión médica en el Hospital de Puerto Lleras, Meta, en julio de 2002. Pedimos perdón por el asesinato del promotor de salud de la comunidad Jiw en Guaviare en agosto de 2002, hecho que tuvo relación con el asesinato del docente Saúl Enrique Niño, propiciando, en ambos casos, el desplazamiento de toda la comunidad desde este resguardo y durante dos años
“Pedimos perdón por el asesinato del promotor de salud de la comunidad Jiw en Barranco Colorado, Guaviare en agosto del 2002. Hecho que tuvo relación con el asesinato del docente Saúl Enrique Niño, lo que propició el desplazamiento forzado”: Jaime Parra, exmiembro FARC pic.twitter.com/m1hwabD6dJ
— Comisión de la Verdad (@ComisionVerdadC) September 24, 2020