Los precios de la comida han subido más de un 12 % en lo que va de 2021, lo que tiene por las nubes no solo el mercado, sino la comida por fuera del hogar. Sin embargo, esto no necesariamente implica una época de ‘vacas gordas’ para el campo.
Según Jorge Bedoya, presidente de laSociedad de Agricultores de Colombia (SAC), el campo no puede aumentar la producción de alimentos a la velocidad que avanza la recuperación económica. Esto, debido a los tiempos que toman las cosechas y los engordes de animales. Muchos hogares que el año pasado no tenían dinero, este año pudieron salir de nuevo a la tienda y comprar más comida.
Además, los campesinos y empresarios del campo enfrentan una disparada en los insumos importados, incluyendo fertilizantes, abono y alimentos como la soya y el maíz que son básicos para la producción de res, cerdo y pollo.
“No es que los productores se estén llenando de plata y aún si estuvieran ganando dinero, es importante no olvidar las pérdidas económicas que tuvieron el año pasado cuando el IPC de alimentos fue negativo o cercano a cero, entre mayo y diciembre. Todos vimos a nuestros productores regalando la papa en las carreteras; cuando se cerraron los asaderos de pollo y los colegios que el consumo se cayó y la comida se perdió o tocó venderla por debajo del costo”, dijo Bedoya.
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El presidente de la SAC estima que el comportamiento de los alimentos podría tender a normalizarse, como ya ocurrió con el caso del arroz y el huevo, pero el costo internacional de la soya y el maíz, con los que se alimenta a los animales, es una gran preocupación.
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