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Exguerrillero contó en la JEP detalles del secuestro del ciclista Lucho Herrera

Reveló que, en medio de la presión de las autoridades, entregó al “Jardinerito de Fusagasugá”, luego de concretar rápidamente una millonaria cifra por el rescate.

Bernardo Mosquera Machado ante la JEP : Foto: captura de video JEP.jpeg
Bernardo Mosquera Machado ante la JEP / Foto: captura de video JEP

A Lucho Herrera , uno de los ciclistas más reconocidos y exitosos de la historia de Colombia, lo secuestraron durante 24 horas cerca de su finca en Fusagasugá hace más de dos décadas. Ocurrió en los primeros días de marzo del año 2000, cuando hombres con pistola y fusiles terciados lo raptaron y se lo llevaron. Los responsables del plagio eran guerrilleros de la entonces Farc-EP.

Bernardo Mosquera Machado, conocido como ‘El Negro Antonio’ relató los hechos ante la JEP. El exguerrillero hizo parte de la dirección del Frente 42 que operaba en varios municipios de Cundinamarca, principalmente en Viotá, Fusa, Silvania, La Mesa, Mesitas, Tocaima, Girardo y San Juan de Rioseco, entre otros, desde 1993 hasta finales de 2001.

Según ‘El Negro Antonio’ él estuvo en medio de esa operación y pese a que los mandos del entonces grupo subversivo tenían conocimiento del hecho, fue él quien asumió la negociación y participó en la entrega del ciclista.

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“Yo consulté, me dijeron: Hágalo. Como era un personaje público, reconocido a nivel nacional e internacional, entonces se nos vino el mundo encima. El mono (Jojoy) preguntó: ¿Ustedes tienen a Lucho Herrera? -Claro que sí, el operativo fue muy fuerte, nos dijeron: asegúrenlo. En el momento había mucho operativo, entonces vino el hermano, un familiar, habló con medios de comunicación y me dijo: negociemos, yo me comprometo a darle tanto, se me hizo fácil porque el operativo del Ejército era muy fuerte, que nos lo podían quitar o resultaba muerto, entonces yo, en ese momento determiné recibirle la plata al hermano y soltarlo (nos dio 4.000 millones)”, narró.

Explicó que, en medio de la premura, y el despliegue masivo que hubo de uniformados de la fuerza pública en la región, y la presión mediática, fue sancionado por no seguir los procedimientos establecidos en la entonces guerrilla, y expresó que, en el caso del ciclista Lucho Herrera, al no tomar la decisión correcta de consulta, fue llamado a responder por lo que fueran irregularidades en la operación.

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“Cuando salió la noticia de que lo habían soltado, me preguntaron ¿Por qué lo hizo? el argumento mío fue que había mucho operativo, que la verdad se me hizo fácil negociar con el señor y entregarlo, entonces inmediatamente me mandaron a recoger. Giovanni, que era el comandante, me dijo que entregara las unidades a “Campesino”, las que usted tiene y se viene para donde estoy yo. Me fui”, contó.

El Negro Antonio permanecía en Viotá y fue su resguardo durante gran parte de la guerra, pero relató que, con el secuestro y posterior entrega rápida de Herrera, tuvo que pagar una sanción, “por subordinado y no consultar”, y según explicó, le “pusieron cuarenta metros de trinchera: de un metro de ancho por tres de hondo, y cinco días cocinando”, dijo que fue su sanción, para posteriormente al cumplirla, fuera integrado al mando del frente que operaba en varios municipios de Cundinamarca.

Explicó que dependiendo las faltas que cometían los guerrilleros, las sanciones con base en los delitos cometidos podrían, incluso, llegar a un consejo de guerra donde hasta acarrearían fusilamientos en faltas mayores como la traición.

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En la audiencia enmarcada en el caso 01 de secuestro, expresó ante víctimas y algunos representantes, que cometió errores por los cuales se arrepiente y dice no debieron haber sucedido, y que, por tal motivo, su presencia y compromiso ante el tribunal es, y seguirá siendo, el de aportar a la verdad y dar cuenta de lo que sabe en los secuestros en los que tuvo participación.

“Es muy duro, ahora que me encuentro en esta situación, mucho desangre, hicimos mucho daño a las familias, secuestrar a una persona, llevarla a las montañas, es un sufrimiento para él y las familias. Ya reflexionando, eso no debimos hacerlo, pero de todas formas teníamos que cumplir, porque había unas resoluciones de plenos y conferencias”, expresó.

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Aunque la Jurisdicción Especial para la Paz ha realizado varias audiencias colectivas e individuales y el de secuestro es uno de los macrocasos que más ha avanzado, y se esperan pronto escritos de acusación y primeras decisiones, las audiencias en las que participan las víctimas y la Procuraduría, se extienden a compromisos en los que se manifiesta el interés de seguir aportando a la verdad después de que cierran las puertas de las comparecencias, donde el mismo Mosquera Machado, ha manifestado su interés de consultar, averiguar, y compartir información de hechos concretos en los que tuvo participación durante el conflicto armado en Colombia.

Escuche este informe en Mañanas BLU:

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