El Frente de Guerra Occidental del Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció un paro armado indefinido a partir de este sábado, 9 de noviembre, afectando los ríos San Juan, Sipí y Cajón en el departamento de Chocó. El grupo armado hizo público un comunicado en el que advirtió a los habitantes de la región sobre la necesidad de cumplir con las restricciones impuestas para evitar incidentes.
La situación se torna aún más crítica dado que este anuncio se produce apenas horas después de que el Gobierno colombiano y el ELN sostuvieran una reunión en Caracas para evaluar el estado crítico del proceso de paz.
El llamado de la Iglesia
En diálogo con Mañanas Blu, el monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina, Chocó, expresó su profunda preocupación por el impacto de este paro armado en la región. “Esta situación, que es recurrente, sobre todo cuando hay avances en la mesa de diálogo, normalmente viene acompañada de una declaración de paro armado, como efectivamente ahora”, afirmó.
El obispo destacó que este tipo de medidas afectan a una población que ya vive en constante estado de asedio y sufrimiento. "Es una situación de mucho dolor, pues la inmensa mayoría de la gente siente una inquietud profunda y un dolor constante", comentó, lamentando que “una parte ya se entregó al dolor y le es indiferente todo”.
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Monseñor Álvarez subrayó que este paro armado constituye una violación flagrante a la dignidad humana, afectando a miles de personas en municipios como Litoral de San Juan, Medio San Juan, Sipí y Nóvita. Se estima que entre 45.000 y 50.000 habitantes están en alerta, y de estos, alrededor de 8.000 a 10.000 personas son las que más sufren las consecuencias de estas restricciones.
El obispo describió cómo las comunidades han desarrollado estrategias para enfrentar estas situaciones. “La gente ya está hecha tanto a esta situación que en el día de hoy están movilizándose los que tenían algún compromiso en esta región; están acercándose a Istmina, otros están llevando las remesas, los víveres, porque mañana inicia este paro indefinido”, explicó.
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El obispo Álvarez hizo hincapié en la seriedad de las amenazas del ELN. “Esta gente normalmente cumple sus amenazas. No obstante, puede ser que, ante la presión del Gobierno, de la Iglesia, de los entes nacionales e internacionales, ojalá no lo realicen”, expresó.