El relator especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, Francisco Calí Tzay, culminó una visita por algunos departamentos de Colombia, tras sus reuniones con comunidades advierte sobre las graves violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo por parte de grupos armados.
“Pueblos Indígenas son afectados de manera particularmente grave por el conflicto, que suele tener una fuerte presencia e intensidad en sus territorios, inclusive en lugares sagrados, con un impacto desproporcionado en mujeres, niños, niñas y adultos mayores. Por ejemplo, una comunidad indígena fue obligada a ver cómo uno de sus ancianos fue sometido a abuso sexual en su lugar sagrado por alrededor de 30 o 40 combatientes, como un arma de guerra y una forma de humillación”, señaló Calí Tzay.
La situación que enfrentan los menores de edad que pertenecen a pueblos indígenas también es preocupante, pues hay casos de reclutamiento de niños de 6 años en algunas zonas del país.
“Muchos de esos reclutamientos son llevados a cabo con el fin de obtener inteligencia. Los niños y niñas son apartados de sus familias por algunas semanas y luego son supuestamente liberados, pero en realidad son reinsertados en sus comunidades con el fin de que sirvan de informantes, rompiendo la confianza y fracturando el tejido social del pueblo. En algunos casos, los menores reclutados no son aceptados de vuelta por sus comunidades, lo que los coloca en una situación de abandono y los lleva a la indigencia, adicción o inclusive la prostitución”, señala el relator especial de la ONU.
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Los menores de edad incluso han llegado a quitarse la vida, debido a la situación humanitaria que se está viviendo en algunas zonas del país.
“Preocupa el índice de suicidios entre niños y niñas indígenas, vinculados al reclutamiento armado y violencia sexual . Se destaca la dificultad para recopilar datos estadísticos precisos y la falta de una política pública de salud mental diferenciada y consultada con los pueblos indígenas para abordar esta emergencia”, señaló Francisco Calí Tzay.
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El llamado del relator especial de la ONU es para que las autoridades garanticen la seguridad y vida de los pueblos indígenas que se están viendo gravemente afectados por la violencia.
“Es imperativo adoptar medidas adecuadas y urgentes para abordar la vulnerabilidad y el riesgo de exterminio físico y cultural de los pueblos indígenas móviles o semimóviles en contacto inicial, como los pueblos Nukak, Hitnü, Juhup, Mapayerri y Jiw, entre otros. Estos se han visto desplazados a centros urbanos debido a la presencia de grupos armados o actividades económicas extractivas en su territorio ancestral. Miembros de estas comunidades indígenas han descrito las desfavorables condiciones de vida a las que se enfrentan, siendo compelidos a residir en vertederos de basura con acceso limitado a servicios básicos”, advirtió Calí Tzay
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