La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA, publicó un reporte sobre la situación que vivió el Cauca
durante el 2024. La situación de violencia afectó a casi 40.000 personas en el departamento el año pasado, se agravó en marzo, tras la suspensión del cese al fuego bilateral del Gobierno con las disidencias de las Farc al mando de alias ‘Iván Mordisco’.
"Durante el 2024 se registraron 43 emergencias humanitarias
de desplazamiento masivo y confinamiento en las que fueron afectadas al menos 39.836 personas de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, al quedar expuestas a fuego cruzado, el uso de viviendas y establecimientos educativos como escudo y la presencia de explosivos remanentes de guerra en caminos transitables, cultivos de pan coger y accesos a agua", señaló la OCHA.
Las acciones armadas se han presentado tanto en las zonas rurales como en casos urbanos, por eso desde la ONU explican que en algunos casos la población civil queda en medio de las confrontaciones
. Una de las situaciones más preocupantes tiene que ver con el reclutamiento de menores de edad, pues aumentó un 42 % en 2024 si se compara con el año anterior.
"Los Grupos Armados No Estatales han diversificado sus estrategias de captación mediante redes sociales y promesas de beneficios económicos, trasladando a niñas, niños y adolescentes a municipios distantes y otros departamentos. Se han registrado ataques a bienes civiles, daños a infraestructuras educativas e instalación de artefactos explosivos improvisados que ponen en riesgo a estudiantes y personal docente", se lee en el reporte.
Además, los desplazamientos y confinamientos que se presentaron por la violencia tuvieron un impacto en la seguridad alimentaria de las comunidades, también en la educación y la salud. Por otro lado, Cauca se encuentra en la lista de los 10 departamentos con mayor afectación por la presencia de artefactos explosivos
.
"La instalación masiva de artefactos explosivos como arma de guerra genera impactos humanitarios dado que estos dispositivos se despliegan estratégicamente en zonas rurales, cultivos de pan coger, cerca de establecimientos educativos y a lo largo de la Vía Panamericana con el propósito de infundir temor entre la población civil, así como de perpetrar atentados contra la fuerza
pública", agregó la OCHA.