El generalPaulino Coronado aceptó el jueves, ante la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, "no haber actuado diligentemente" en la vigilancia de los soldados que arrastraron a la muerte a campesinos o desempleados a punta de engaños.
Esta es la primera vez que un general del Ejército se declaró culpable como máximo responsable del asesinato de más de 100 civiles a manos de militares a su mando y que presentaron a las víctimas como guerrilleros caídos en combate.
En diálogo con BLU Radio, Coronado manifestó que en la Brigada 30 hay 36 casos del Batallón Santander y que hoy considera que debió sentar su posición frente a los mandos superiores.
“Ningún general va a decir: maten a aquel o aquel déjenlo vivir. Yo era el comandante superior, pero no era el único mando en la estructura jerárquica. Ayer reconocí mi omisión porque debí fijar posición ante los mandos superiores que, violando la cadena de mando, hacían programas de comunicación táctica, que llegaban hasta los pelotones”, puntualizó.
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El general dijo que los falsos positivos obedecían a las presiones, a las exigencias establecidas por el comando del Ejército.
“Esta condición que se da está supeditada a un proceder de los comandantes que ceden a las presiones, a la política de evaluación por número de resultados, de resultados operacionales, en las que las muertes eran la prioridad. Los falsos positivos no me los inventé yo”, añadió.
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El general en retiro aseguró que se enteró de los llamados falsos positivos por una rueda de prensa en septiembre 2008, entregada por el entonces ministro de Defensa Juan Manuel Santos, en la que habló del tema, a manera de confirmación de la denuncia. Cabe recordar que el expresidente, siendo ministro de Defensa, adelantó las investigaciones pertinentes, que terminaron con la salida de 27 oficiales del Ejército, incluidos tres generales.
“Los falsos positivos en Bogotá ya se conocían y estaban documentados en el Ministerio de Defensa. Yo estaba en Tibú, viajaba a Cúcuta y esporádicamente viajaba a Ocaña, pero no ocurrían en la puerta de mi unidad. Ocurrían en Ocaña y, ¿a quién se le ocurre que van a traer a unas personas a 16 horas de camino para matarlas?”, se cuestionó.
Agregó que, tal como lo explicaron quienes cometieron los crímenes, a las víctimas les quitaban las cédulas para dificultar la identidad, una conducta de la que, afirmó, no se enteró.
“No lo sabía, si lo hubiera sabido, lo hubiera dicho antes del ministro Santos. El CTI no notificó que había irregularidades”, agregó, tras afirmar que él, como comandante, se limitaba a recibir los informes de las unidades que reportaban las bajas.
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Escuche la entrevista completa en Mañanas BLU: