En el marco de la ofensiva que llevan a cabo las fuerzas militares en todo el país contra el grupo armado Estado Mayor Central, liderado por alias Iván Mordisco, fueron descubiertos tres campamentos en la zona rural de Solano, Caquetá . Estos servían como escondite para varios integrantes de este grupo ilegal, desde donde, según las autoridades, planificaban actos criminales dirigidos especialmente a las comunidades de zonas conocidas como "Los Estrechos" y "Jerusalén".
El Ejército sorprendió a un grupo de disidentes, lo que resultó en un enfrentamiento. Este culminó con la muerte de ocho miembros de este grupo ilegal, entre ellos una mujer. Además, las autoridades confirmaron que varios sujetos resultaron heridos.
Según el comandante de la Sexta División, el brigadier general Miler Vladimir Nossa, “dos de los cuerpos de los fallecidos fueron encontrados en el río Caquetá y reportados por la comunidad a través de redes sociales; sin embargo, aún se desconoce su ubicación exacta, ya que dicha estructura ha amenazado a los pobladores para que no revelen información sobre el lugar donde se encuentran los cuerpos”.
Durante la operación, el Ejército también logró recuperar a un menor de edad, quien se encontraba herido por los combates y recibió atención médica inmediata. Según el comandante de la Sexta División, el menor, de 14 años, había sido reclutado de manera forzada para adelantar acciones criminales en contra de la población civil.
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Las tropas también incautaron un significativo arsenal que incluía un talonario con registros de extorsiones a la población civil, víveres, diez armas largas, cinco armas cortas, municiones de diversos calibres, proveedores, dos botes, equipos de campaña y chalecos multipropósito. Asimismo, se recuperaron equipos de comunicación y computadores con información de alto valor, que será analizada por las autoridades competentes. Se localizaron y destruyeron tres áreas campamentarias; una de ellas tenía capacidad para albergar hasta 250 integrantes del grupo, mientras que las otras podían alojar a 30 y 50 personas, respectivamente.
Pese a este operativo, las comunidades del Bajo Caguán y de la zona rural de Solano aseguran que aún continúan confinadas, sin alimentos y con temor por las restricciones de los grupos y los constantes enfrentamientos. Esperan que los gobiernos den una solución oportuna para poder volver a vivir en paz.
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