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Militar responsable de falsos positivos entró al Ejército por ser infiltrado de las Farc

El militar Yeris Andrés Gómez reveló que entró a la guerrilla de las Farc a los 13 años y esta habría sido la razón por la que terminó en el Ejército.

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Audiencia de reconocimiento batallón La Popa /
Foto JEP

El soldado profesional Yeris Andrés Gómez en este momento se encuentra privado de la libertad debido a otros delitos que no tienen relación con el conflicto armado. A pesar de esto es responsable directo en ejecuciones extrajudiciales mientras estuvo en el batallón La Popa, con sede en Valledupar , entre 2002 y 2005.

Durante las audiencias de reconocimiento de la JEP por falsos positivos en el Caribe, Gómez reveló que entró a la guerrilla de las Farc a los 13 años y esta habría sido la razón por la que terminó en el Ejército.

Según su testimonio, que duró casi una hora, él pertenecía al frente 42 de la extinta guerrilla y en ese momento los mandos de dicha estructura querían infiltrar al Ejército con el fin de indagar más sobre presuntas alianzas entre los paramilitares y la fuerza pública, es por esto por lo que Gómez fue enviado al batallón La Popa.

A los 13 años ingresé a las Farc y en el 2000 me enviaron mis mandos a La Popa a infiltrarme como clandestino y ver el modus operandi del Ejército, porque en los años 90 entraban los paramilitares, hacían las masacres, se iban, y entraba el Ejército”, narró el exmilitar.

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Detalló los “premios” que recibía él y otros miembros del Ejército cuando cometían ejecuciones extrajudiciales. Incluso narró que una vez recibió 100.000 pesos por un falso positivo y la tropa que estaba con él habría recibido un arroz chino por este delito.

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Por otro lado, cuestionó a los altos mandos retirados, incluso excomandantes del Ejército y las fuerzas militares, a quienes señaló de haber entregado premios por los falsos positivos.

Los soles de Mario Montoya, Justo Eliseo Peña, González Peña, Rodríguez Barragán y Raúl Antonio Rodríguez Arévalo, así como mis manos, están untadas de sangre, sus soles y sus manos también están manchadas de sangre porque nos daban viajes a Cartagena, fiestas y pistolas como premio. Reuniones con trabajadoras sexuales. Es un crimen de Estado porque hasta el presidente pedía resultados, tropa que no daba resultado, no le daban permiso, eso era la seguridad democrática, solo matar a personas inocentes que no tenían que ver con el conflicto armado”, señaló.

En el mismo sentido pidió perdón a las víctimas y aseguró que estaba arrepentido por su participación directa en estos delitos, sin embargo, aseguró que no se merecía el perdón de las víctimas pues se había convertido en un monstruo que fue “entrenado para matar en el batallón La Popa”.

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