Otro escándalo salpica a la fuerza pública en Colombia luego de que la Revista Semana revelara un caso de secuestro que involucra a integrantes del Gaula Militar, dejando al descubierto el invento de delitos para inflar los resultados.
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Se trata del caso de Estiven Beltrán, un joven de 22 años que fue secuestrado el pasado 20 de julio en un autoservicio del sur de Bogotá, donde fue abordado por varios hombres con uniforme del Gaula militar que lo detuvieron con una supuesta orden de captura por delitos sexuales.
Pero al ingresar a la camioneta que le indicaron los uniformados, empezó la pesadilla de su secuestro.
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Los investigadores iniciaron el proceso de rescate y, según la Revista Semana, por medio de las cámaras de seguridad identificaron el vehículo en el que secuestraron al joven, que resultó ser “el carro del director de los Gaulas Militares, el teniente coronel César Augusto Martínez, sobrino del comandante del Ejército Nicacio Martínez”.
De acuerdo con las interceptaciones a las líneas del sargento, descubrieron que “él se comunicaba con dos militares activos adscritos a la dirección de Gaulas Militares, quienes habrían perpetrado el secuestro”.
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El 25 de julio las autoridades lograron rescatar a Estiven en uno de los cuartos de una vivienda en Ciudad Bolívar. El joven estaba amarrado, con esposas y prendas del Gaula Militar.
Semana revela que “en medio del impacto, el joven contó que los militares lo habían secuestrado. Solo cuando se conoció el rescate, el director de los Gaulas Militares buscó a las autoridades para decir que el carro usado en el delito estaba asignado a él, y que los dos militares secuestradores estaban bajo su mando”, sin embargo, aclaró que no tenía ninguna relación con el hecho.
Además de este caso, se reveló que el 20 de marzo de este año el Gaula Militar de Cundinamarca registró la captura de 11 personas que harían parte de una banda de extorsionistas.
Sin embargo, dos días antes de la operación, la Fiscalía solicitó las órdenes de captura, pero por los delitos de corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico, y no por concierto para delinquir con fines extorsivos, como sostiene el Gaula.
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Adicional a este hecho, la revista asegura que “pudo contrastar documentos de la Fiscalía y los papeles internos de esa importante unidad militar, y encontró al menos 12 situaciones similares ocurridas entre febrero y julio. En otras operaciones, personas capturadas por clonar tarjetas bancarias o por hurto terminaron presentadas ante el Ejército como extorsionistas”.