Entre el 1 y el 2 de mayo de 2002 se produjo una de las peores masacres en la historia del conflicto armado en Colombia. Combates entre las Autodefensas y la entonces guerrilla de las Farc dejaron como saldo un centenar de muertos entre mujeres, hombres y más de cuarenta niños.
Durante horas, el estruendo de los fusiles se mezcló con el impacto de una pipeta bomba en la iglesia de Bellavista en Bojayá, Chocó.
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Luego de 18 años, quienes padecieron el horror de la guerra relatan que la responsabilidad de los grupos al margen de la ley y la indiferencia del entonces Gobierno se sumaron para provocar una tragedia que era inminente y estaba anunciada.
Vea y escuche los relatos de Domingo Chalá, Leyner Palacios, Albeiro Parra, Antún Ramos, donde, a pesar de la violencia que permea las selvas chocoanas y las riberas del Atrato, aún creen en la paz y llaman a un pacto de reconciliación.
El confinamiento no solo es por la cuarentena que deriva de la pandemia del coronavirus, sino por la violencia que no cesa en un pueblo que clama para que la reparación vaya más allá de actos simbólicos y accesos escasos a servicios públicos, para que se pueda consolidar una garantía de no repetición y que las nuevas generaciones no tengan que sufrir la epidemia de un olvido estatal.
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