La desnutrición crónica es una problemática en Colombia que termina siendo una huella en el zapato para el desarrollo de la sociedad y las cifras lo demuestran. Según la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco), más de cinco millones de personas sufren o han sufrido de desnutrición crónica en el país.
El 10,8 % de los niños menores de 5 años en Colombia, es decir, más de 500.000, tienen desnutrición crónica, una enfermedad irreversible que afecta no solo a su crecimiento sino también a su desarrollo físico, cognitivo y emocional.
“Un niño nacido en Colombia que sufra desnutrición crónica solo alcanzará del 50 al 60 % de su potencial de ingresos. Durante los tres primeros años de vida se forma el 80 % del cerebro de los seres humanos, por lo que la óptima nutrición es fundamental para garantizar que aumente la masa cerebral y que se conecten las neuronas”, informó la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia.
Lo más grave es que un buen porcentaje de niños en el país que sufren de desnutrición se encuentran en condiciones de pobreza o de pobreza extrema y su madre no alcanza una educación más allá de bachillerato.
Según cifras del DANE, existen seis veces más posibilidades de que un niño hijo de una mujer no educada sufra de desnutrición crónica, relacionado con los niños cuyas madres tienen un nivel educativo mayor a la secundaria.
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“Si no hay una cualificación, una educación y un proceso de acompañamiento a estas jóvenes y adolescentes que quedan embarazadas, no tienen otra alternativa que dejar de estudiar y enfocarse en su hijo, pues obviamente no va a haber una posibilidad de entender las necesidades propias en cuanto al alimento, en cuidado y en salud de los recién nacidos”, le dijo a BLU Radio, el asesor técnico nacional de la Fundación Plan, Juan Carlos Pardo.
Y está situación se verá reflejada en la vida adulta. La evidencia científica demostró que un adulto que sufrió desnutrición crónica en los primeros dos años de vida tiene 14,6 puntos menos de coeficiente intelectual, cinco años menos de educación y 54 % menos de salario en su vida adulta.
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La realidad en Colombia de desnutrición hay que atacarla desde varios frentes: educación, prevención, condiciones laborales, disminución de la pobreza y acompañamiento a cada madre y familia para que garantice una lactancia segura.
Los hijos del hambre son una radiografía de lo que es el país de los pobres. Una radiografía de la falta de acompañamiento y necesidad de regularizar y combatirla. Sin duda alguna, la educación de la madre es otro eslabón de esta mancha de nuestra Colombia.
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