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Los emotivos testimonios de Alan Jara, Sigifredo López y Luis Mendieta ante JEP

Los exsecuestrados contaron con detalles las difíciles situaciones que vivieron durante el cautiverio.

318132_BLU Radio. Sigifredo López, Ajan Jara y Luis Mendieta / Foto: Blu Radio y AFP
BLU Radio. Sigifredo López, Ajan Jara y Luis Mendieta / Foto: Blu Radio y AFP
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Ante la Sala de Reconocimiento de Verdad y de Responsabilidad de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el exgobernador del Meta, Alan Jara, el general (r) Luis Mendieta y el exdiputado del Valle del Cauca, Sigifredo López, narraron sus secuestros en manos de las Farc. Los tres hombres duraron más de cinco años en poder de esa guerrilla.

El primero en entregar su informe escrito y oral fue Alan Jara, quién explicó que era imposible describir con detalle un episodio tan difícil y el sufrimiento vivido desde el primer día de su secuestro el 15 junio 2001.

"El secuestro se repite en cada despertar, en cada anochecer en cada una de esas noches de insomnio, son demasiado momentos de angustia, el miedo de perder la vida, y eso es muy complejo. Incluso después de salir a la libertad. Hoy, en la solemnidad de este espacio se agolpan recuerdos dolorosos, al primer año de mi secuestro, muere mi mamá", recordó.

Según Jara, durante ese tiempo las enfermedades hicieron más difíciles los días y la imposibilidad de valerse por cuenta propia era frustrante: "Yo padecí de paludismo, según me dijeron los enfermeros guerrilleros era paludismo cerebral, no podía caminar en línea recta, perdía temporalmente la visión en el ojo derecho y uno sin tener acceso a un médico, se imagina lo peor. En libertad me dijeron que era desprendimiento del vítreo".

Las condiciones de cautiverio atentaban contra la dignidad de los secuestrados

"Yo estuve en doce jaulas distintas y una de ellas era tan pequeña que no cabíamos los 34 que estábamos allí; ante las dificultades, cortábamos tablas y la dividíamos por el número de secuestrados, a cada uno le tocaba tabla y media. 20 centímetros de tabla", afirmó el exgobernador.

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Además, recuerda que vivía con permanente miedo a morir, ser asesinado o caer en un bombardeo. "Había guardias con fusiles. Esas alambradas era lo menos malo, porque cuando no estaban la manera de impedir esas fugas eran amarrándonos con cadena. Cada marcha era extenuante, entonces no solo era la enfermedad. Retumba en mi mente la orden de Jojoy a sus hombres: “el deber de ustedes es cuidar a los prisioneros, si no lo pueden lograr el deber es no dejarlos escapar. Mátenlos”, eso fue lo que causó la muerte de otros secuestrados".

Actualmente, Jara se pregunta por qué no se consideró un

acuerdo humanitario en el gobierno de Álvaro Uribe.

Vea también: Gobierno desembolsó $2.500 millones para defensa de exguerrilleros en la JEP

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"Ese desprecio por la vida, aún hoy genera un sentimiento entre el dolor y la tristeza, ¿por qué la vida no era lo más importante si la vida es un don de Dios?", afirmó.

El general (r) Luis Mendieta fue el segundo en entregar su informe. Tras la toma de Mitú, que empezó a las cuatro de la mañana cuando las Farc lanzaron diferentes artefactos con bazucas, tatucos y granadas.

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Mendieta recordó que alias ‘Urias’ lo tomó como rehén, mientras alias ‘Boyaco’ rociaba con gasolina el lugar donde estaban ocultos los demás policías.

"En ese momento pensaba “Dios hágase tu voluntad”, nos llevaron al río, nos pusieron unos cordeles en la mano, a las diez de la noche nos llevaron río arriba; al día siguiente nos montan a otra lancha y a los tres días llegan más policías secuestrados. Dos mil integrantes participaron en la toma, siete frentes actuaron según órdenes del ‘Mono Jojoy’", así recordó Mendieta sobre ese 1 de noviembre de 1998.

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Con lágrimas, el general (r) señaló: "Yo fui compañero de cadena con Alan Jara, el trato más humanitario de las FARC era mover un eslabón la cadena, uno podía respirar un poco mejor. En mi caso, por la presión de las cadenas se me dormía el cuerpo".

Al igual que Jara, Mendieta relató lo difícil que era estar enfermo: "Nos daban los medicamentos que querían, a un compañero casi lo dejan ciego, a otro casi lo hacen beber un ácido, yo tenía tos y me dieron un laxante. A mí me afectaron las piernas, me apoyaba con un palo, después no me daban y yo me atrasaba para llegar a los campamentos; llegué al punto de arrastrarme, le agradezco a Alan Jara porque él me ayudó en esa época, limpiaba una parte del terreno para que yo me pudiera acostar".

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Sin embargo, de los momentos más duros para el general (r) fue en diciembre de 2009, cuando después de llevar un año sin poder escuchar radio, uno de los guerrilleros le dijo que su hijo había muerto en un accidente de tránsito. "Hasta que me liberaron supe la verdad, vi a mi hijo vivo", contó.

Finalmente, terminó su historia recordando que cuando Álvaro Uribe subió a la presidencia, el ‘Mono Jojoy’ le dijo que sería el último en salir de su campamento, si es que algún día salía.

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El último en hablar fue Sigifredo López

Antes de entregar su informe, el exdiputado del Valle del Cauca, hizo fuertes pronunciamientos contra la directora administrativa de la JEP, Martha Lucía Zamora, afirmó que tenerla en la entidad era afectar la buena imagen y la garantía de la verdad. Sin embargo, aseguró que confiaría en el tribunal.

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En cuanto al secuestro, la primera solicitud que le planteó a la sala fue que se sepa quiénes, aparte de las Farc, apoyaron su secuestro y el de sus compañeros el 11 de abril de 2002.

"El primer día todos íbamos de corbata y saco en la selva, nos costó mucho desprendernos de estos objetos. Estando secuestrado en la selva me sentía en un inframundo, dormíamos tirados en un pantano, si el Ejército nos perseguía dormíamos sentados. Éramos un trofeo de guerra", señaló.

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Entre lágrimas, recordó cómo asesinaron a sus colegas y amigos: "A los cinco años, asesinaron a mis compañeros indefensos, el secretariado dio la orden, me salve porque un guerrillero me había faltado al respeto y yo le dije no sea ‘hijuetantas’ que yo no soy hermano suyo. Me llevaron a un cambuche donde me amarraron a una palma. Días después, escuche ráfagas de disparos, 20 minutos después llegaron por mí pálidos. A los ocho días, escuché a Fabiola Perdomo diciendo que, en un enfrentamiento con un grupo armado desconocido, asesinaron a todos los diputados, excepto a mí. Me lancé sobre ellos, “¡eso era mentira!”. Fueron cuatro meses en donde yo estaba perdiendo la cordura", afirmó.

Por otro lado, recordó una anécdota muy difícil para él sobre la vida de los niños en las Farc: "Había una niña de 13 años, creo que tenía problemas de tiroides, se llamaba Jazmín, ella cogió sus excrementos y los mezclo con las latas de sardina con las que nos alimentaron. El comandante la descubrió, le hicieron un consejo verbal de guerra y le pusieron la pena máxima, uno de sus primos la asesinó".

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Finalmente, pidió a las Farc que ofrezcan verdaderas disculpas a las víctimas. Le hizo un llamado a la JEP “para que algún día le pregunte al expresidente Uribe por qué no cumplían con su obligación ética y moral de salvar vidas humanas”. Según el exdiputado, “si se pudo lo más, que era un acuerdo de paz, por qué no se pudo lo menos, que era un acuerdo humanitario”.

 

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