La búsqueda de personas desaparecidas en Colombia es un desafío constante debido a varios cuellos de botella que dificultan el proceso.
Pablo Cala, director de la Fundación Hasta Encontrarlos, ha dedicado su vida a esta labor y trabaja incansablemente para encontrar a los desaparecidos y brindar respuestas a sus familias, en diálogo con Mañanas Blu, con Camila Zuluaga, habló sobre el drama que viven las personas que incansablemente buscan a sus seres queridos.
Uno de los principales obstáculos es la falta de datos precisos sobre la cantidad de personas desaparecidas. Aunque el Estado colombiano ha creado la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, aún no se tiene claro cuántas personas están desaparecidas de forma forzada.
Esto, de acuerdo con Cala, dificulta la planificación de las acciones de búsqueda y rescate. Otro problema es la falta de recursos y personal capacitado para llevar a cabo las labores de búsqueda.
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Actualmente, existen equipos territoriales en diferentes regiones del país, pero no todos cuentan con la infraestructura y el personal necesario, especialmente en temas forenses y de antropología forense.
Esto retrasa la identificación de cuerpos y entrega de restos a sus familias. Además, la falta de acceso a la información es un factor clave en este proceso. Pablo Cala y su organización han pedido la apertura de los archivos militares de inteligencia administrativos de las Fuerzas Armadas para conocer la suerte y paradero de las personas desaparecidas de forma forzada.
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Sin embargo, hasta ahora no se ha logrado obtener la información necesaria. A pesar de estos desafíos, se han logrado avances significativos. El nuevo Sistema Nacional de Búsqueda tiene como objetivo coordinar las acciones de búsqueda y generar una política pública que prevenga la desaparición forzada.
Además, se ha implementado la Ley de Búsqueda , que reconoce y protege los derechos de las mujeres buscadoras, quienes son mayoría en esta lucha.
La angustiosa búsqueda de menores desaparecidos en Bogotá
Un mes atrás Yesika López, de 14 años, salió de la escuela en Bogotá y se encontró con un hombre mayor que aparentemente conoció en redes sociales. No volvió a aparecer, como sucede cada vez más frecuentemente con cientos de menores en la capital.
En lugar de ir a casa al terminar la jornada de estudios, la colegiala se fue junto al extraño a hacerse un 'piercing' en la lengua, según las averiguaciones de su madre y de la policía. Luego, desapareció.
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"Yo me siento angustiada, (...) no quiero que llegue la noche porque no sabemos lo que le está pasando a mi niña", lamenta su madre, Luisa Cuellar, una conductora en aplicaciones de movilidad de 37 años.
Según contó la mujer, autoridades establecieron que un hombre adulto había estado llamando al teléfono de su hija, pero no han podido identificarlo.
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Se trata de pistas similares a las de otros 2.213 casos de desaparición de niños y adolescentes que ha abierto este año la policía en Bogotá, ciudad de ocho millones de habitantes.
En el 65% de los casos la persona cuyo paradero se desconoce tenía menos de 18 años, dice el subintendente Luis Alejandro González de la SIJIN , un cuerpo especializado de la policía.
El año pasado se contabilizaron 3.474 desaparecidos en total y las cifras "siempre están al alza", dice el coordinador de la Unidad Investigativa de Búsqueda de Personas Desaparecidas de esa entidad.
Escuche aquí la entrevista:
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