La controversia en torno a la ley ‘no más olé’, que prohíbe las corridas de toros en Colombia, ha cobrado relevancia nuevamente con la reciente admisión de una demanda ante la Corte Constitucional. Esta demanda, presentada por Juan Carlos Gómez, gerente de CorManizales, busca deshacer la legislación que impone restricciones a esta arraigada tradición cultural en regiones como, precisamente, Manizales.
Una ley controvertida
La ley conocida como no más olé fue sancionada por el presidente Gustavo Petro y ha generado un amplio debate sobre su impacto en las tradiciones taurinas y el bienestar de los toros de lidia.
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A pesar de que la ley ofrece un periodo de transición de tres años, las controversias sobre la necesidad de proteger u eliminar esta práctica continúan en aumento.
En diálogo con Mañanas Blu con Camila Zuluaga, Gómez argumentó que la ley no solo afecta a los aficionados, sino que también plantea desafíos económicos para muchos que dependen del mundo taurino actualmente.
Aseguró que esta ley no tiene aval fiscal ni estrategias claras para la reconversión económica de los trabajadores que dependen de esta industria.
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"La ley tiene un período de transición de tres años durante los cuales, obviamente, se seguirán dando los festejos taurinos. Como cualquier ciudadano y como todo el gremio taurino así lo piensa, es una ley que tiene no solo vicios desde el punto de vista de su trámite; no es esta la única demanda que ha sido admitida por la Corte, ya se han admitido varias de ellas y, obviamente, adicional vulnera varios principios constitucionales como es el derecho a la libertad de escogencia del trabajo", señaló.
Tradición y cultura taurina
Desde el siglo XIX, Manizales ha tenido una rica tradición taurina. En ese sentido, Gómez destacó que el toro de lidia es una especie que, sin las corridas, podría enfrentarse a la extinción, ya que su función principal es participar en ellas.
Explicó que esta situación genera un dilema moral, donde se debe analizar si es justo permitir la extinción de una especie por la sanción de una ley.
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"No entendemos por qué se prohíben las corridas de toros, más no las corralejas, más no las riñas de gallo, más no el coleo y no otra gran cantidad de actividades que se realizan alrededor de los animales", subrayó.
Las corridas sin estocada: ¿un cambio posible?
Algunas propuestas internacionales sugieren realizar corridas de toros donde los animales no sean sacrificados, como sucede en Portugal. Sin embargo, Gómez sostuvo que esto no abordaría el problema de fondo, ya que, en última instancia, los toros siguen enfrentando su muerte en los corrales después de los espectáculos.
Admitió que la discusión sobre el sufrimiento del animal es compleja; hay quienes defienden un cambio cultural, pero no necesariamente a través de prohibiciones, según dijo.
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Impacto en los trabajadores y la economía
Con la llegada de esta demanda a la Corte, se está evaluando cómo la ley afecta a las familias e industrias que dependen de las corridas. La magistrada Natalia Ángel, quien admitió la demanda parcialmente, no consideró el impacto cultural en su análisis inicial, centrándose en las repercusiones económicas y laborales.