Antes de que se fundara Ecopetrol a mediados del siglo pasado, el Gobierno entregaba la posibilidad de explotar petróleo a través de concesiones y solamente hay una que todavía existe desde esa época: Yalea.
El campo trinidad de la concesión Yalea está ubicado en los llanos orientales, es operado por la anglo francesa Perenco, produce unos 200 barriles por día y sus reservas están entre 1 y 1.5 millones de barriles.
Legalmente ese campo vuelve a manos del Estado en septiembre porque revierte la concesión y aunque se trata de un campo pequeño (el campo Trinidad), al Gobierno no le interesa que la producción se paralice o se pierdan esas reservas.
Por esta razón, el Gobierno está buscando mecanismos para asegurar la operación de las áreas devueltas a la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH. Asimismo, está tramitando la modificación al acuerdo 03 de 2022 para permitir la contratación directa y temporal en áreas devueltas a la ANH por finalización de la etapa de producción o por reversión de la concesión.
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El objetivo del Gobierno es que Perenco u otra compañía siga operando en Yalea y analice en un futuro, a través de estudios, si hay más potencial de producción en la zona. También se está pensando evaluar qué tan viable es poner a andar allí un proyecto de generación de energía con geotermia porque las condiciones aparentemente lo permiten.
Con la nueva reglamentación, que está a punto de expedirse la ANH, tendría unos meses para pensar si vale la pena hacer un proceso regular de contratación y adjudicar el área de Yalea de forma definitiva.
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