La espada del Libertador Simón Bolívar, que la guerrilla del M-19 robó como su primer acto simbólico y entregó cuando se desmovilizó, no estará presente durante la investidura del presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, por "falta de voluntad" y capricho del presidente saliente Iván Duque.
"Estamos sorprendidos con la actitud caprichosa y la falta de voluntad del presidente Duque ante la negativa de prestar la espada de Bolívar para que acompañe el acto protocolario de la transición de mando del presidente electo Gustavo Petro ", dijo a Efe la coordinadora de comunicaciones del acto, Marisol Rojas.
La espada de Bolívar, que robó la guerrilla que Petro integró en su juventud, era uno de los grandes símbolos con los que el nuevo presidente contaba durante su acto, así como la "Paloma de la Paz", elaborada por Fernando Botero tras la firma del acuerdo de paz con las FARC, con la que tampoco podrá contar.
La funcionaria explicó que para que estos dos símbolos estuvieran en la ceremonia "se hicieron todos los trámites requeridos, se habló en el Ministerio de Cultura, en el Museo Nacional y con la Quinta de San Pedro Alejandrino".
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El Gobierno de Duque exigió pólizas, que se cumplieron, pero "ayer (sábado) a última hora al finalizar la tarde el presidente Duque dio la orden de que la espada de Bolívar no sale".
"Es capricho, no hay voluntad, no quiere prestar la espada", insistió Rojas, que remarcó que "también le impiden a la 'Paloma de la Paz', del maestro Fernando Botero, de entrar a la Casa de Nariño".
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La "Paloma de la Paz" es una escultura de 70 centímetros de alto hecha en bronce y pintada de blanco. Estuvo en la Casa de Nariño dos años y en 2018 fue trasladada al Museo Nacional, lugar en el que se puede ver actualmente.
El robo de la espada
La espada de Bolívar cobró alto valor simbólico en Colombia por tratarse de la primera acción del M-19, que el 17 de enero de 1974 la sustrajo de la Quinta de Bolívar en el centro de Bogotá.
De acuerdo con Antonio Navarro, la operación para “recuperar” la espada estuvo directamente a cargo de Jaime Bateman (entonces comandante de esa guerrilla) y Álvaro Fayad, “todo un evento que llevó a pensar a la izquierda” que el M-19 serían militares en retiro que revindicaban a Bolívar.
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Días antes, en los principales periódicos de circulación nacional, la guerrilla del M-19 publicó de manera anónima grandes avisos en una suerte de campaña de expectativa.
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“¿Parásitos, gusanos? Espere M-19”, decían los anuncios que, sin saberlo las audiencias, avizoraban el surgimiento de un nuevo grupo armado ilegal en el país.
El robo de la espada de Bolívar tuvo un gran impacto mediático y posicionó al M-19 como un grupo capaz de llevar a cabo osadas acciones.
De acuerdo con integrantes del M-19, tras el fracaso de la toma del palacio de Justicia, se creó un grupo especial de intelectuales encargados de la protección de la espada sustraída, con altas personalidades latinoamericanas como: Fidel Castro, Omar Torrijos, Las madres de la Plaza de Mayo de Argentina, José Figueres Ferrer, monseñor Sergio Méndez Arceo, Eduardo Galeano y Mario Benedetti.
Tras el acuerdo de paz con el M-19, Antonio Navarro Wolff entregó a principios de 1991 la espada.
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Durante el encuentro entre Iván Duque y Gustavo Petro para el empalme en la Casa de Nariño, según el presidente electo, este le mostró la simbólica arma.
La idea de los encargados del empalme era que la espada de Bolívar, custodiada por un grupo especial, acompañara el recorrido que hace el presidente electo por algunas calles de Bogotá y luego ocupara un lugar especial en la tarima en donde se realizará la investidura.
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Vea en vivo la posesión de Gustavo Petro:
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