El Ministerio de Salud abrió una convocatoria pública para empezar un estudio, con la “mayor evidencia disponible”, al momento de identificar cuál es el tipo de sello frontal de advertencia que debería tener un paquete con altos índices de sodio, azúcares o grasas saturadas.
Lo que llama la atención es que después de casi un año, desde que se aprobó en el Congreso la ley de comida chatarra (la 2120 del 2021), que exigía este tipo de estudio, tres meses antes de que se acabe el periodo del presidente Iván Duque se solicite a la comunidad científica e independiente realizarlo. Aún más, cuando según la licitación la entrega de resultados debe ser 20 días antes de que cambie el gobierno.
La licitación está a título de “Proceso de etiquetado frontal” y pide realizar la evaluación de la mayor evidencia disponible para establecer formas, color, tamaño, leyendas y ubicación del etiquetado frontal de advertencia para productos procesados en Colombia. En el estudio, se deben presentar dos informes: el primero, 15 días después de entregada la licitación de cómo se realizará el estudio; el segundo, los resultados completos para el 17 de julio del 2022.
“La entrega número uno será un documento técnico que contenga la metodología para realizar la revisión sistemática de la literatura libre de conflicto de interés sobre la forma, contenido, figura, proporción, símbolos, textos, colores, tamaño, ubicación en los empaques de los productos que deban contenerlo, entre otros, para etiquetado frontal, incluidas las palabras claves de búsqueda y los criterios de inclusión y exclusión”, se retrata en la licitación.
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Ahora, en Colombia ya está rondando el etiquetado frontal con sellos circulares que el mismo Ministerio de Salud reglamentó bajo la resolución 810 del 2021, días antes que se aprobará la ley de comida chatarra.
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De acuerdo con entrevistas previas que tuvo BLU Radio con el viceministro de Salud, German Escobar, antes de publicar la resolución se realizaron estudios y se compararon con otros países desde el 2017, para reglamentar el etiquetado nutricional que está escrito en la resolución.
“El Ministerio de Salud, ante todo, quiere garantizar que en este proceso haya toda la solidez de la evidencia. En ese orden de ideas, estamos pensando sacar un proceso competitivo para que un independiente revise esa evidencia mundial”, explicó el viceministro Escobar el pasado 9 de febrero a los micrófonos de BLU Radio.
Pero, al parecer, y según la licitación, el periodo del contrato es de únicamente 45 días para encontrar ese estudio con la mayor evidencia disponible que exige la ley 2120 y, así, implementar el etiquetado nutricional en el país. El valor del contrato es de $72.287.737 garantizado como “mínima cuantía” para no demorar el proceso.
Hasta el momento en que BLU Radio revisó la convocatoria, hay 13 oferentes desde MiPymes y universidades que buscan realizar el estudio. Sin embargo, el tiempo es muy limitado. Ya la Universidad de Antioquia hasta envió una recomendación de modificación de los plazos.
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En una carta dirigida al Ministerio de Salud expresan que la idea de ser adjudicatario del proceso requiere, mínimo, una semana de pre alistamiento para la contratación de los profesionales, lo que dificulta la entrega del primer producto en 15 días después de firmado el contrato.
Nosotros consideramos que es poco tiempo y teníamos entendido que iba a haber un tiempo más prudente, pero somos conscientes de la urgencia de estos resultados que beneficiarían a la población y a los consumidores y de esa manera tomar la decisión correcta. Los tiempos fuesen suficientes si los recursos fueran suficientes; estamos esperando que de verdad haya una intención real política, que en 45 días se pueda hacer el estudio, pero con el personal especializado y requerido con un financiamiento que se amerita para esta solicitud
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También en diálogos con BLU Radio, el pasado 4 de abril del 2022, el director de la Cámara de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Camilo Montes, mencionó que la resolución 810 orienta a que toda la industria implemente el etiquetado frontal de advertencia, con una nueva tabla nutricional, un cambio en las declaraciones nutricionales y un etiquetado positivo de alimentos que, según la sociedad civil, confundiría al consumidor.
La gran pregunta que queda es que, si el estudio independiente que está convocando el Ministerio de Salud registra que el etiquetado más recomendable no es el circular, sino otro: ¿Qué va a pasar con los paquetes que ya se emitieron con sellos circulares? Hasta el 17 de junio se tendrá una respuesta.